Tras fracasar las negociaciones para sellar un pacto institucional en el Parlamento, los cinco partidos que han entrado en la Cámara barajan ya que la formación del gobierno andaluz puede postergarse hasta después de las elecciones municipales del 24 de mayo. El recién elegido presidente de la Cámara, el socialista Juan Pablo Durán, empezará la semana que viene las consultas con los portavoces de PSOE, PP, Podemos, Ciudadanos e IU, para luego proponer a un candidato a presidente de la Junta. Sólo la socialista Susana Díaz se ha postulado, y para lograrlo necesita que alguno de sus rivales facilite su investidura, o votando a su favor o absteniéndose. Ninguno de los dos extremos es alcanzable ahora. «Díaz manda a negociar a unos hooligans, nos pega una patada en la espinilla, nos insulta y nos pide que la apoyemos», se quejó ayer el líder del PP-A, Juan Manuel Moreno.

El reglamento del Parlamento otorga a Durán un plazo límite para proponer un candidato a presidente –el 6 mayo–, aunque el día de la sesión de investidura puede fijarlo antes o después (tiene dos meses). Fuentes socialistas barajan que Durán convoque «el primer pleno de investidura» antes –previsiblemente entre el 4 y el 6 de mayo, aunque Díaz no cuente aún con apoyo de sus rivales. En la primera sesión de investidura, la socialista necesita una mayoría absoluta que no tiene. En la segunda vuelta, que debe celebrarse 48 horas después, le bastaría con la abstención de los otros (sólo con la del PP saldría elegida). Pero también esa opción se la niegan de plano.

¿Por qué el presidente de la Cámara va a convocar ahora un pleno de investidura sin garantías de que el único candidato salga elegido? Una de las razones es que, si no lo hace antes del 8 de mayo, no podrá hacerlo hasta que pasen las municipales. El 8 de mayo, a las 00.00 horas, arranca la campaña electoral. El reglamento de la Cámara no prohíbe celebrar plenos en campaña, pero fuentes parlamentarias explican que «por un acuerdo tácito de los partidos, nunca antes ha habido plenos –y menos de investidura– durante los 15 días de campaña, para evitar que la Cámara sirva de altavoz de promesas electorales» [algunos diputados son candidatos a las municipales].

Si la sesión de investidura se celebra antes de la campaña, como prevé el PSOE, lo que resulte de ella será un motivo argumental para todos los candidatos. En caso de que Díaz no logre apoyos para formar ejecutivo, el PSOE acusará al resto de partidos de «obstruir la investidura en contra del resultado de las urnas», y la inacción del gobierno andaluz es algo que afecta de lleno a los ayuntamientos. PP, Podemos, Ciudadanos e IU usarán el mismo mensaje en contra, acusando a Díaz de haber provocado esta «situación de inestabilidad política». La fecha de las municipales y autonómicas condiciona desde el principio la formación del gobierno andaluz.

El resultado del 24M desvelará el nuevo mapa político en los municipios y ciudades de toda España, y entonces se verá un amplio abanico de posibles pactos entre distintas formaciones políticas. Esas opciones, por ejemplo que PSOE y Podemos (o Ganemos) puedan aliarse para arrebatar importantes capitales al PP (Sevilla, Cádiz, Madrid, Barcelona o Valencia, según algunas encuestas) van a pesar mucho en las futuras negociaciones para formar gobierno en Andalucía. «Nadie quiere servir de muleta al PSOE de Susana Díaz antes de ver lo que pasa en los ayuntamientos y en el resto de España», explican fuentes del PP.

El secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, aseguró ayer que no entrará en un juego de «trueques» con otros partidos. «No vamos a ligar las municipales con las autonómicas», dijo al ser preguntado. Cornejo pidió «responsabilidad» al resto de fuerzas, y advirtió a los rivales de Díaz de que los ciudadanos castigarán a los que «obstruyan la investidura». El número dos del PSOE-A afirmó que su partido «no ha roto puentes» con el PP, y admitió que hay «grandes coincidencias» con Ciudadanos y «algunas» con Podemos. Si Díaz no logra formar gobierno antes del 30 de junio, se verá obligada a convocar nuevas elecciones, un escenario que «perjudicaría a todos», admiten desde el PSOE y desde el PP.