Más sombra, agua en la calle y bancos adecuados para Sevilla

En España mueren más personas de cáncer de piel actualmente que por caídas de ramas. Nos preocupamos más por la ramas que de las elevadas radiaciones ultravioletas

03 jun 2017 / 21:39 h - Actualizado: 04 jun 2017 / 07:54 h.
"Medio ambiente","En verde"
  • Más sombra, agua en la calle y bancos adecuados para Sevilla

En las jornadas de arboricultura organizadas por la Asociación Española de Arboricultura, que se están celebrando en estos días en Guadalajara, Maribel Lozano, de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha recordado una frase de Plinio el Viejo, de hace más de 2.000 años, que decía «la sombra de un árbol fue el primer templo humano». El agua ayudó al origen de la vida, sin agua no podemos vivir. Los lugares donde sentarse favorecen el encuentro relajado, el reposo y facilitan la comunicación y la convivencia. Desde antiguo el ser humano en evolución ha buscado la protección del árbol ante los rigores del sol, se asentó en lugares donde el agua pura fluía libre y adecuó espacios para el reposo o el debate colectivo. Si esto es así ¿por qué en las ciudades echamos de menos en muchos lugares la sombra, el agua en la calle y los bancos adecuados? ¿Por qué la ciudad de Sevilla tiene carencia de sombra, agua vista y para beber en las calles y bancos confortables?

Estos días se inicia en Madrid, inaugurado por Norman Foster, un foro donde se pretende debatir sobre la ciudad como problema y solución, bajo el lema El futuro ya está aquí (Future is Now). Habrá grandes debates sobre la ciudad de hoy y sus problemas, sobre el imparable aumento de la población urbana, y acerca de los espacios de desigualdad en las mismas. Grandes discursos teóricos se escuchan, pero ¿dónde está la sombra, el agua y los bancos que merezcan este nombre en las calles de las ciudades? La urbanización es una de las principales causas de cambio climático. Los escenarios, presentados por la consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, para nuestra comunidad autónoma son muy preocupantes con un alarmante aumento de las temperaturas, y veranos largos y tórridos. ¿Tienen nuestros pueblos y ciudades suficiente sombra y agua en las calles? En el año 2009 escribimos un libro titulado Ciudad y Cambio Climático. 707 medidas para luchar contra el cambio climático desde la ciudad, con soluciones a estos temas. Para algunos urbanistas el problema es que hay que plantear hoy la construcción de ciudades para más 1.000 millones de personas, pero creemos que el problema esencial es qué tipo de ciudades vamos a construir. Primero el qué y luego el cómo. En Quito, en el mes de octubre de 2016, se ha establecido una nueva agenda relativa a la salud urbana en la reunión Health as the Pulse of the New Urban Agenda. En sus conclusiones establecen que no solo se trata de reducir meramente los factores para el riesgo de la salud en las ciudades, sino que se debe evitar todo el potencial de riesgo que podría existir en el medio ambiente urbano. Se pretende lograr que las ciudades sean inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles. En el mes de marzo se desarrollaron en Sevilla las jornadas multidisciplinares Sevilla ciudad sostenible. De los orígenes del jardín al sistema verde urbano, inscritas en el ciclo Agua, Paisaje y Ciudadanía (APC), organizadas por el Ayuntamiento de Sevilla y la Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla de Aguas (Emasesa).

Entre sus conclusiones se plantea que los parques y jardines de la ciudad, así como el arbolado viario, se configuran como equipamientos sociales que, además de contribuir al recreo de los ciudadanos y ser un atractivo para los visitantes, prestan imprescindibles servicios ecológicos fomentando la salud y el bienestar. Hace pocos días, organizada por el Defensor del Pueblo Andaluz, se ha celebrado la jornada Los gobiernos locales ante la nueva agenda urbana. En ella se puso de manifiesto que hay que pasar a la acción inmediata partiendo de un conocimiento detallado de la situación en relación con aspectos ecológicos de salud y sociales de la ciudad en cada barrio, a través de un modelo de ciudad.

En Sevilla sigue faltando sombra, mucha sombra. En Sevilla faltan fuentes y agua para beber en las calles. En Sevilla hay carencia de bancos adecuados para sentarse en las calles y no esas lápidas al sol que vemos, al sol con temperaturas de más de 50ºC. En una determinada zona de Sevilla, recién abierta a la ciudadanía, pregunté a una familia inglesa su impresión y me contestaron Quizás esté bien para Suecia, no para Sevilla. Nos referimos al paseo del Marqués del Contadero. La imagen lamentable que muestra, contradictoria con los planteamientos actuales, es muy desilusionante como planeamiento urbanístico para nuestra ciudad. Las personas que paseen por allí en horas diurnas van a recibir un baño de radiación ultravioleta y correrán el riesgo de un golpe de calor.

En España mueren muchas más personas de cáncer de piel actualmente que por caída de ramas de los árboles. Nos preocupamos más del riesgo de caída de ramas que de la elevada cantidad de radiación ultravioleta. Existen otros lamentables ejemplos recientes, como la calle Almirante Lobo, con un diseño no coherente con la necesidad real de espacios ecológicos, saludables y sociales que necesita Sevilla. El alcalde, Juan Espadas, se ha encontrado con obras que le son heredadas, que no han sido diseñadas por la actual corporación, y ante las que tiene que buscar las soluciones ecológicas de confortabilidad adecuadas para la ciudadanía y para el turismo. El doctor Ismael Yebra, conocido dermatólogo de esta ciudad, alerta sobre los peligros del elevado índice de ultravioleta que tenemos durante muchos meses. A los 25 años de la Exposición Universal de 1992 vuelven los espacios duros a Sevilla. No los merecemos. El alcalde de Sevilla, sin culpa en este desatino urbanístico, tiene que afrontar su arreglo, además del reto de disminuir la desigualdad entre barrios de nuestra ciudad. Por ello, resulta muy lamentable que actuaciones planteadas con anterioridad, realizadas con dinero público precisen hoy, con las necesidades que tenemos en la ciudad, de nuevas inversiones públicas que las vuelvan más ecológicas, más saludables y más sociales.