Sánchez aterrizará en Andalucía para ‘evangelizar’ sobre su nuevo PSOE

Los socialistas andaluces recelan de la llegada de la gira ideada por Ferraz, que aspira a reactivar la agenda social del partido y tendrá a Sevilla como parada clave

02 ene 2018 / 18:23 h - Actualizado: 02 ene 2018 / 22:06 h.
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  • Díaz y Sánchez, durante el congreso del PSOE-A del pasado verano. / Efe
    Díaz y Sánchez, durante el congreso del PSOE-A del pasado verano. / Efe

Año nuevo, vida vieja. Porque hay cosas que nunca cambiarán. En el PSOE, por ejemplo, nada hace pensar que en 2018 se solventará la dicotomía entre Ferraz y Andalucía, ahora instalada en forma de tensa calma. La guerra fría entre Sánchez y Díaz seguirá marcando la agenda orgánica de un partido que echando la vista atrás percibe en su seno cambios ciclópeos en 18 meses de vorágine.

Mientras al sur de Despeñaperros, en su cuartel de invierno andaluz, Díaz se ha refugiado en lides gubernativas, Sánchez también ha llegado a la conclusión de que obtendrá más réditos con el «programa, programa y programa» que acuñara Julio Anguita. Por eso, una vez reconquistada la plaza con las primarias y dedicado en lo que quedaba de año a un pertinaz trabajo de oficina, con resultados como una Ejecutiva a su medida, un Comité Federal nada belicoso y el blindaje ante los barones, el secretario general socialista acaba ahora de tejer un plan que pretende sincronizarse programáticamente con sus bases, que zarandee a una izquierda que considera dormida en cuanto a agenda social, que coma el terreno perdido con Podemos y que le imbuya de ese chute de liderazgo que solo ha vivido en la batalla orgánica del pasado mayo.

Para ello, Sánchez «se echará a la calle», como atestiguan firmes colaboradores andaluces del madrileño, en una estrategia de asambleas abiertas donde las pensiones serán el primer leiv motiv y que tiene a Andalucía como uno de los puntos neurálgicos. Tanto es así, que hasta este primer día laborable del año en el que se estaban cerrando las agendas y los actos, el territorio comanche de su archirrival Díaz aparecía como posible punto de partida de la gira del nuevo PSOE de Sánchez.

Aunque todo hace indicar que finalmente no será Andalucía el primer destino de la tourneé socialista, este aún por confirmar, la región aparece marcada en rojo en los planes de Ferraz. Oficialmente porque es la federación más fuerte del partido y el gobierno autonómico más estable y sottovoce porque es precisamente el territorio que menos apoyó a Sánchez, donde más necesita reconectar y por el insondable interés de demostrar dónde está el mando: «Ahí tiene que dejar el resto», insisten.

Y este es, sin temor a dudas, el quid de la cuestión. Las intenciones evangelizadoras de la izquierda de Sánchez chocan frontalmente con los planes del PSOE andaluz, que defiende que la agenda social ya la demuestran día a día con acciones de gobierno. Fuentes cercanas a Díaz exclaman que en materia de prestaciones sociales, los socialistas andaluces no necesitan lecciones, y que bien haría Ferraz en tomar como modelo propuestas como la recién aprobada renta mínima de inserción social, una de las medidas estrella de la presidenta andaluza para el recién estrenado 2018.

La controversia, por tanto, está de nuevo servida. Mientras en Ferraz se insiste en la estrategia andaluza, en el PSOE-A se recela de las intenciones que llegan desde Madrid. Los más críticos con el renacido secretario general recelan de futuros descabalgues, pese a que fue hace apenas seis meses cuando Díaz reafirmó tajantemente su poder en el sur. Esa fue la última aparición de ambos. En el Congreso Regional del PSOE-A, la trianera exclamó en las propias narices de Sánchez que no la «obligara» a elegir entre la lealtad a su partido o a su tierra, en claras alusiones al conflicto territorial abierto y a que su corto plazo se centraba en la gestión de la autonomía.

En cualquier caso, en Ferraz no hay intención de volcar el plan previsto. Por eso, ya está cuadrado que en la segunda quincena de enero Sánchez pise suelo andaluz, siendo Sevilla la primera ciudad que aparece en la lista. La estrategia, además, está trazada por uno de los fontaneros andaluces del sanchismo, Gómez de Celis, que conoce al detalle las intríngulis de la corte de Díaz. Aún está por decidir el sitio, pero sí parece seguro que no habrá parada en Dos Hermanas, el gran feudo sanchista. Todo hace indicar que el aparato andaluz participará con cortapisas en la asamblea abierta que propone Ferraz, aunque desde las plataformas de apoyo que se construyeron como apoyo a Sánchez en Andalucía, ahora convertido en foro deliberativo, se trabajará para conseguir una movilización potente que palie el hipotético vacío de un socialismo del sur que aún es fiel al toque de corneta susanista.