Siete de cada diez menores encuentra fácil acceder a beber alcohol

Baja el consumo de riesgo y la asistencia a botellones, una práctica que casi la mitad de los jóvenes hasta 30 años está a favor de multar. La droga ilegal más consumida es el cannabis

28 dic 2016 / 22:17 h - Actualizado: 29 dic 2016 / 17:51 h.
"Consumo de alcohol","Drogas"
  • Desde 2011 ha bajado el número de jóvenes que admite haber asistido a botellones. / Javier Cuesta
    Desde 2011 ha bajado el número de jóvenes que admite haber asistido a botellones. / Javier Cuesta

La Policía Local acaba de precintar en pleno centro de Sevilla un bar por vender alcohol a menores, una práctica prohibida desde hace años que en 2014 fue endurecida aumentando las sanciones por la venta pero también con multas a los padres cuyos hijos beban y la limitación del horario para la venta de alcohol incluso a adultos en establecimientos no hosteleros hasta las 22.00. La ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, planteó en noviembre la necesidad de ir más allá para evitar casos como la muerte por coma etílico de una niña de 12 años y la intoxicación de otros tres menores en botellones en Galicia y Madrid. Sin embargo, el informe La población andaluza ante las drogas revela que siete de cada diez menores andaluces encuentran «relativamente fácil o muy fácil» conseguir alcohol. En el caso de los adolescentes próximos a la mayoría de edad, entre 16 y 17 años, tiene esa percepción sobre la disponibilidad del alcohol un 84 por ciento. La edad media de inicio al consumo de alcohol se sitúa en los 13,9 años, similar a la media nacional.

Pese a esta facilidad de acceso, y al auge en los últimos años entre los más jóvenes de fórmulas de consumo basadas en atracones de cinco o más vasos de alguna bebida alcohólica en menos de dos horas, el informe revela un descenso generalizado en el consumo de alcohol, tabaco y drogas ilegales respecto a la última edición, de 2011.

Así, la prevalencia del consumo diario ha bajado del 8,9 al 6,4 por ciento (10,7 por ciento entre los hombres y 2,2 entre las mujeres), situándose en cifras de 2009. El informe distingue entre días laborables y fines de semana, cuando se duplica el consumo diario y esporádico y al consumo de cerveza y vino se suman los combinados. Y los datos revelan diferencias territoriales, siendo Almería la provincia con mayor tasa de consumo diario (9,5 por ciento) y Málaga la que menos (2,7 por ciento). En Sevilla, el 6,2 por ciento de los encuestados (555 sevillanos) bebió alcohol a diario en el mes anterior al estudio (realizado en noviembre de 2015 con 3.600 entrevistas).

El informe también revela un descenso significativo del fenómeno del botellón, concentrado en los menores de 30 años. Si en 2011 la mitad de los encuestados reconocía haber asistido a uno en los últimos seis meses, ahora es el 39 por ciento, sobre todo los jóvenes entre 16 y 24 años. Curiosamente, preguntados sobre las sanciones por esta práctica, un 47,5 por ciento está a favor de multas económicas para quien haga botellón en la calle y un 79,1 por ciento vería bien imponer prestaciones en beneficio de la comunidad.

También los datos del consumo de riesgo (equivalente a cuatro cervezas diarias o dos copas en el caso de los hombres y a dos cervezas o algo más de un combinado al día en el caso de las mujeres) y de intoxicaciones etílicas han bajado respecto a 2011. Así, la tasa de consumo de riesgo ha pasado del 4,6 al 2,2 por ciento (1,6 en Sevilla) mientras que el porcentaje de encuestados que admite haberse emborrachado en el último mes ha descendido del 10,2 al 7,9 por ciento (si bien la mayoría se sitúa entre los 16 y los 24 años).

La droga ilegal más consumida es el cannabis, pero también baja un punto su consumo en el último año (10 por ciento) y se mantiene el ocasional en algún momento de la vida (30 por ciento). Le siguen muy de lejos la cocaína (consumida por el 1,5 por ciento en el último año), el éxtasis (1,3) y los tranquilizantes sin receta médica (0,9 por ciento), la única sustancia más habitual entre las mujeres que entre los hombres.

Baja la permisividad respecto al consumo de drogas en el ámbito privado (el 28,8 por ciento lo permitiría frente al 46,9) y el 87,1 por ciento rechaza legalizar todas las sustancias. Sólo la regulación del cannabis tiene defensores y detractores al 50 por ciento.

La Policía Local acaba de precintar en pleno centro de Sevilla un bar por vender alcohol a menores, una práctica prohibida desde hace años que en 2014 fue endurecida aumentando las sanciones por la venta pero también con multas a los padres cuyos hijos beban y la limitación del horario para la venta de alcohol incluso a adultos en establecimientos no hosteleros hasta las 22.00. La ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, planteó en noviembre la necesidad de ir más allá para evitar casos como la muerte por coma etílico de una niña de 12 años en Madrid y la intoxicación de otros tres menores en botellones en Galicia y Madrid.

Sin embargo, el informe La población andaluza ante las drogas revela que siete de cada diez menores andaluces encuentran «relativamente fácil o muy fácil» conseguir alcohol. En el caso de los adolescentes próximos a la mayoría de edad, entre 16 y 17 años, tiene esa percepción sobre la disponibilidad del alcohol un 84 por ciento. La edad media de inicio al consumo de alcohol se sitúa en los 13,9 años, similar a la media nacional.

Pese a esta facilidad de acceso, y al auge en los últimos años entre los más jóvenes de fórmulas de consumo basadas en atracones de cinco o más vasos de alguna bebida alcohólica en menos de dos horas, el informe revela un descenso generalizado en el consumo de alcohol, tabaco y drogas ilegales respecto a la última edición, de 2011.

Así, la prevalencia del consumo diario ha bajado del 8,9 al 6,4 por ciento (10,7 por ciento entre los hombres y 2,2 entre las mujeres), situándose en cifras de 2009. El informe distingue entre días laborables y fines de semana, cuando se duplica el consumo diario y esporádico y al consumo de cerveza y vino se suman los combinados. Y los datos revelan diferencias territoriales, siendo Almería la provincia con mayor tasa de consumo diario (9,5 por ciento) y Málaga la que menos (2,7 por ciento). En Sevilla, el 6,2 por ciento de los encuestados (555 sevillanos) bebió alcohol a diario en el mes anterior al estudio (realizado en noviembre de 2015 con 3.600 entrevistas).

El informe también revelan un descenso significativo del fenómeno del botellón, concentrado en los menores de 30 años. Si en 2011 la mitad de los encuestados reconocía haber asistido a uno en los últimos seis meses, ahora es el 39 por ciento, sobre todo los jóvenes entre 16 y 24 años. Curiosamente, preguntados sobre las sanciones por esta práctica, un 47,5 por ciento está a favor de multas económicas para quien haga botellón en la calle y un 79,1 por ciento vería bien imponer prestaciones en beneficio de la comunidad.

También los datos del consumo de riesgo (equivalente a cuatro cervezas diarias o dos copas en el caso de los hombres y a dos cervezas o algo más de un combinado al día en el caso de las mujeres) y de intoxicaciones etílicas han bajado respecto a 2011. Así, la tasa de consumo de riesgo ha pasado del 4,6 al 2,2 por ciento (1,6 en Sevilla) mientras que el porcentaje de encuestados que admite haberse emborrachado en el último mes ha descendido del 10,2 al 7,9 por ciento (si bien la mayoría se sitúa entre los 16 y los 24 años).

La droga ilegal más consumida es el cannabis, pero también baja un punto su consumo en el último año (10 por ciento) y se mantiene el ocasional en algún momento de la vida (30 por ciento). Le siguen muy de lejos la cocaína (consumida por el 1,5 por ciento en el último año), el éxtasis (1,3) y los tranquilizantes sin receta médica (0,9 por ciento), la única sustancia más habitual entre las mujeres que entre los hombres.

Baja la permisividad respecto al consumo de drogas en el ámbito privado (el 28,8 por ciento lo permitiría frente al 46,9) y el 87,1 por ciento rechaza legalizar todas las sustancias. Sólo la regulación del cannabis tiene defensores y detractores al 50 por ciento.