Temiendo al viento de poniente

Los operarios del Infoca se afanaron anoche en acotar lo más posible el incendio que amenaza Doñana antes de que cambie el tiempo

26 jun 2017 / 08:41 h - Actualizado: 26 jun 2017 / 14:57 h.
"Incendio en Doñana"
  • Temiendo al viento de poniente
  • A primera hora de la mañana el incendio de Moguer continúa activo, desconociéndose, a la espera de la información de los técnicos, cómo ha podido ser su evolución durante la noche.
    A primera hora de la mañana el incendio de Moguer continúa activo, desconociéndose, a la espera de la información de los técnicos, cómo ha podido ser su evolución durante la noche.
  • Temiendo al viento de poniente

El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, José Fiscal, ha asegurado este lunes que el incendio forestal declarado este sábado por la tarde-noche en el término municipal de Moguer (Huelva) evoluciona “muy bien”, como establecían las previsiones, así como ha indicado que toda la zona afectada por el fuego está perimetrada.

Dos de la madrugada. Todavía la autovía de Huelva en sentido Sevilla tiene más tráfico del habitual. En una noche de domingo cualquiera serían los playeros rezagados, los listos que han preferido apurar hasta los últimos rayos de sol al lado del mar, con el propósito de regatear al atasco. Pero esta vez el retraso tenía una justificación muy distinta. Entre grupo y grupo de coches algún camión de bomberos, más patrullas de la Guardia Civil de lo habitual y ya en dirección Huelva camiones del ejército de color verde camuflaje. El fuego araña a Doñana. El fin de semana de playa no ha tenido aroma a barbacoa sino a madera quemada. El incendio que se originó el sábado en el término municipal de Moguer amenaza con chamuscar una de las joyas verdes del hemisferio norte.

Al llegar a Mazagón ya se observa alguna columna de humo y con abrir la ventanilla un dedo ya es suficiente para percibir el olor a quemado. El Polígono El Pino se ha convertido en el centro de operaciones desde el que se coordina el trabajo de extinción. En apenas 200 metros conviven policías militares, nacionales, locales, guardias civiles, miembros de la UME, empleados del Infoca y de Protección Civil. Distintos uniformes, pero todos pelean en el mismo bando, todos combaten contra el mismo enemigo: las llamas. “Entramos ahora a dar el relevo. Nuestra tarea es la de asegurar el perímetro y estaremos unas diez horas combatiendo el fuego”, cuenta uno de los trabajadores del Infoca, que cuenta su misión sin darle importancia, como si fuera cosa de todos los días. “Venimos de Málaga y cada vez que hay algo gordo nos reclaman”, explica. Los que llegan se aprovisionan de un bocadillo y, pese a las horas, hacen la llamada que alguien esperaba nerviosa para cerciorarse de que todo ha ido bien.

El puesto de mando parece tranquilo, pero es un trampantojo. El viento trae preocupación. “No es bueno, esto no es nada bueno”, cuenta uno de los policías nacionales que está a la entrada. Después de la calma de la tarde-noche, el aire del norte sopla otra vez. Viene desde Sevilla, está destinado en las 3.000 viviendas y también participa en los dispositivos que se organizan cuando hay un desplazamiento de la presidenta de la Junta o algún suceso importante. “El domingo al mediodía teníamos al fuego a un palmo de nosotros, allá al fondo en la última farola”, señala a una ubicación que no está a más de 200 metros. “Con lo bien que estaban trabajando, en tijera, cortando el paso al fuego. Esto no es bueno, esto no es bueno”, insiste.

Se presenta como Codina y mientras no aparece el director técnico del Infoca para dar la última hora de la situación, ofrece agua, asiento y hasta bocadillo. “En estos casos es cuando se aprecia a la gente buena”, dice. Y es que las provisiones no han llegado por arte de magia hasta el puesto de mando, las ha traído hasta Mazagón un hostelero sevillano que regenta la cervecería Un Poquito en Montequinto. Por si no fuera suficiente, justo frente a las tiendas de campaña, una gran nave de Supermercados El Jamón está de guardia. Estará abierta hasta que las llamas no pasen a mejor vida. “La máquina de café está a pleno rendimiento, mira con espumita y todo”, cuenta un compañero de Codina. Todavía hay más gestos que retratan a gente buena: las casas de hermandad de El Rocío han abierto las puertas para aquellas personas que necesiten techo al haber sido desalojadas de sus viviendas de Mazagón.


Cuatro de la madrugada. Llega un cambio de turno. “Venimos de la parte de Moguer, esa parte ya está controlada. Ahora vamos a descansar un poco”, explica uno de los operarios del Infoca, que se protege con una cazadora del viento del norte. Sopla todavía más fuerte. Hasta en mitad de acontecimientos tan problemáticos como un incendio de esta magnitud hay tiempo para el chiste. “Pepe, pero por qué lloras” “Porque me han quitado la Nocilla, mira el papel” “La Nocilla, no Pepe, la tutela, la tutela”. La llegada de una furgoneta de una empresa de drones interrumpe las risas. “Estos aparatos están haciendo un trabajo increíble. Vuelan por encima del incendio, graban imágenes que luego se ven en 4K, como si fuera de día”, explica Codina.


En el puesto de mando se trabaja en la estrategia. “Esto está quemado, esto está ardiendo. Aquí es donde opera ahora la UME”, comenta un trío de técnicos ante un mapa de la zona. Por encima de ellos está el director técnico del Infoca, que tiene el detalle de atender durante unos minutos a este periódico para explicar cuál es la situación. Cuenta que el incendio se extiende desde Moguer hasta la Casa del Abalorio, aunque hasta que no sea de día y se pueda sobrevolar el área no se atreve a dar una extensión exacta del perímetro. ¿El viento? “Ahora mismo sopla fuerte del norte. Digamos que no es bueno, pero tampoco nos perjudica. El problema será por la mañana cuando se espera que role a poniente. Ahí es cuando pueden llegar las complicaciones. Por eso es muy importante que antes de las diez o las once de la mañana tengamos controlado el fuego lo máximo posible”. La situación no es crítica, pero ese cambio del viento esta mañana puede cambiar el panorama, “podría hacer que focos o zonas que estén contenidas vuelvan a descontrolarse”, explica mientras siguen llegando jeeps y más jeeps. Otra de las buenas noticias es que después del susto de ayer por la tarde, ahora mismo el incendio está lejos de cualquier núcleo de población. “Seguimos trabajando, y estamos trabajando bien”.

Por su parte el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente ha enviado seis aviones anfibios con capacidad de descarga de 5.500 litros cada uno de ellos. También se han desplazado dos helicópteros Kamov con capacidad de descarga de 4.500 litros de las bases de La Almoraima en Cádiz y de Plasencia de Cáceres.