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«Todos los días, las 24 horas, salvamos vidas en el mar»

Entrevista con el jefe del centro de control de Salvamento Marítimo en el Estrecho de Gibraltar: están desbordados

29 jul 2018 / 21:39 h - Actualizado: 29 jul 2018 / 23:54 h.
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Desde una atalaya en la que se divisa la costa de Marruecos, el centro de coordinación de Salvamento Marítimo de Tarifa (Cádiz) organiza el rescate de los centenares de inmigrantes que tratan de cruzar el Estrecho. Sus miradas de «alivio» son la mayor recompensa de sus trabajadores.

«Todos los días somos conscientes de que estamos salvando vidas», explica Adolfo Serrano, jefe de este centro, que coordina el trabajo del centenar de efectivos que, ahora mismo, con los refuerzos llegados por la explosión de pateras de este verano, trabajan sin descanso, las 24 horas al día, en el rescate de decenas de pateras.

Salvamento Marítimo, creado hace 25 años y dependiente del Ministerio de Fomento, no tiene competencias en inmigración ni la misión de conocer las causas del extraordinario repunte de pateras que se vive este verano.

«Nosotros lo único que podemos conocer son las condiciones meteorológicas. Por el tipo de embarcaciones que usan con condiciones meteorológicas adversas no es que no puedan realizar el viaje, es que no pueden salir de las playas», explica.

Por ello entiende que las condiciones meteorológicas «tan buenas» que registra el Estrecho «desde hace meses, donde no es frecuente tantísimo tiempo sin tener siquiera un temporal de Levante» es un factor que se suma a otros (económicos, sociales, o circunstanciales como el cierre de otras rutas en el Mediterráneo) por el que se ha incrementado «enormemente» el número de inmigrantes que tratan de cruzar el Estrecho.

En el centro de coordinación, ubicado en terrenos militares, trabajan por turnos las 24 horas del día una plantilla de 21 personas. Aquí reciben las alertas de la existencia de pateras, que acciona en cuestión de minutos a las tripulaciones de las embarcaciones, el helicóptero o incluso los aviones que emprenden las búsquedas y rescates hasta llevarles a un puerto seguro.

Desde hace cinco años la mayoría de las pateras, sobre todo las que usan los subsaharianos, son las llamadas toy, tan pequeñas y de plástico, que ni siquiera son detectadas por los radares. El contacto visual es el único medio que puede llevar a localizarlas.

«Una tecnología que es de andar por casa, el teléfono móvil» se ha convertido en un instrumento que facilita mucho las búsquedas y el tiempo de respuesta de Salvamento Marítimo, porque desde él los propios inmigrantes pueden compartir desde la patera su ubicación.

Familiares de los inmigrantes, las ONG que trabajan en el norte de Marruecos, o alguno de los 250 buques que cada día circulan por El Estrecho, se convierten también en sistemas de «alerta» para Salvamento Marítimo.

Porque este servicio sabe que sólo por el tipo de embarcaciones que utilizan, una toy con 6 o 12 personas la mayoría o una zódiac con entre 40 y 60 viajeros a bordo hay un «riesgo evidente» de que naufraguen.

Adolfo Serrano explica que la primera sensación que tienen los inmigrantes al ser rescatados es el «alivio de haberse salvado de un peligro importante», porque el Estrecho de Gibraltar es un tramo angosto, unos 14 kilómetros en la franja más cercana entre Europa y África, pero lleno de turbulentas y peligrosas corrientes y vientos.

«Lamentablemente, algún día rescatamos personas ya fallecidas o terminamos operaciones de búsquedas dando por desaparecidos a quienes buscamos. Esa es la parte triste, dura, pero hay que quedarse con la parte positiva para poder reiniciar al día siguiente nuevas operaciones de búsqueda», explica.

En el Estrecho de Gibraltar, Salvamento Marítimo trabaja con la perspectiva de adecuar sus medios «a medida que la situación vaya evolucionando» para «poder dar una respuesta a todas y cada una de las emergencias».

Y eso cuando ya, en los siete primeros meses, se ha superado la entrada de 8.100 inmigrantes en pateras contabilizados el año pasado, cuando hubo un incremento del 170 por ciento con respecto a 2016. Solo por este punto han entrado la mitad de las 15.686 personas que han arriesgado su vida para pasar a la península Ibérica o las Baleares.

Desde una atalaya en la que se divisa la costa de Marruecos, el centro de coordinación de Salvamento Marítimo de Tarifa (Cádiz) organiza el rescate de los centenares de inmigrantes que tratan de cruzar el Estrecho. Sus miradas de «alivio» son la mayor recompensa de sus trabajadores.

«Todos los días somos conscientes de que estamos salvando vidas», explica Adolfo Serrano, jefe de este centro, que coordina el trabajo del centenar de efectivos que, ahora mismo, con los refuerzos llegados por la explosión de pateras de este verano, trabajan sin descanso, las 24 horas al día, en el rescate de decenas de pateras.

Salvamento Marítimo, creado hace 25 años y dependiente del Ministerio de Fomento, no tiene competencias en inmigración ni la misión de conocer las causas del extraordinario repunte de pateras que se vive este verano.

«Nosotros lo único que podemos conocer son las condiciones meteorológicas. Por el tipo de embarcaciones que usan con condiciones meteorológicas adversas no es que no puedan realizar el viaje, es que no pueden salir de las playas», explica.

Por ello entiende que las condiciones meteorológicas «tan buenas» que registra el Estrecho «desde hace meses, donde no es frecuente tantísimo tiempo sin tener siquiera un temporal de Levante» es un factor que se suma a otros (económicos, sociales, o circunstanciales como el cierre de otras rutas en el Mediterráneo) por el que se ha incrementado «enormemente» el número de inmigrantes que tratan de cruzar el Estrecho.

En el centro de coordinación, ubicado en terrenos militares, trabajan por turnos las 24 horas del día una plantilla de 21 personas. Aquí reciben las alertas de la existencia de pateras, que acciona en cuestión de minutos a las tripulaciones de las embarcaciones, el helicóptero o incluso los aviones que emprenden las búsquedas y rescates hasta llevarles a un puerto seguro.

Desde hace cinco años la mayoría de las pateras, sobre todo las que usan los subsaharianos, son las llamadas toy, tan pequeñas y de plástico, que ni siquiera son detectadas por los radares. El contacto visual es el único medio que puede llevar a localizarlas.

«Una tecnología que es de andar por casa, el teléfono móvil» se ha convertido en un instrumento que facilita mucho las búsquedas y el tiempo de respuesta de Salvamento Marítimo, porque desde él los propios inmigrantes pueden compartir desde la patera su ubicación.

Familiares de los inmigrantes, las ONG que trabajan en el norte de Marruecos, o alguno de los 250 buques que cada día circulan por El Estrecho, se convierten también en sistemas de «alerta» para Salvamento Marítimo.

Porque este servicio sabe que sólo por el tipo de embarcaciones que utilizan, una toy con 6 ó 12 personas la mayoría o una zódiac con entre 40 y 60 viajeros a bordo hay un «riesgo evidente» de que naufraguen.

Adolfo Serrano explica que la primera sensación que tienen los inmigrantes al ser rescatados es el «alivio de haberse salvado de un peligro importante», porque el Estrecho de Gibraltar es un tramo angosto, unos 14 kilómetros en la franja más cercana entre Europa y África, pero lleno de turbulentas y peligrosas corrientes y vientos.

«Lamentablemente, algún día rescatamos personas ya fallecidas o terminamos operaciones de búsquedas dando por desaparecidos a quienes buscamos. Esa es la parte triste, dura, pero hay que quedarse con la parte positiva para poder reiniciar al día siguiente nuevas operaciones de búsqueda», explica.

En el Estrecho de Gibraltar, Salvamento Marítimo trabaja con la perspectiva de adecuar sus medios «a medida que la situación vaya evolucionando» para «poder dar una respuesta a todas y cada una de las emergencias».

Y eso cuando ya, en los siete primeros meses, se ha superado la entrada de 8.100 inmigrantes en pateras contabilizados el año pasado, cuando hubo un incremento del 170 por ciento con respecto a 2016. Solo por este punto han entrado la mitad de las 15.686 personas que han arriesgado su vida para pasar a la península Ibérica o las Baleares.

BALANCE SEMANAL: 3.200 PERSONAS RESCATADAS

Salvamento Marítimo y la Guardia Civil han trasladado a las costas andaluzas desde el lunes día 23 y hasta este domingo día 29 a más de 3.200 personas, entre ellas algunos bebés, niños y adolescentes, tras rescatarlas de al menos 216 pateras por aguas del Estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán.

El viernes fue el día con más migrantes auxiliados: 820 personas en 55 infraembarcaciones, mientras que el domingo fue cuando menos migrantes se trasladaron a Andalucía: 247 personas, informó Salvamento Marítimo a la agencia Europa Press. Asimismo, varias decenas de personas también llegaron por sus propios medios el sábado en una patera a la playa de Zahora, en el término de Barbate (Cádiz). Todos sus ocupantes, a su llegada a la orilla, se alejaron, exceptuando un joven que, tendido en el suelo, precisó de asistencia por parte de los bañistas. Por su parte, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, reconoció este sábado en una visita a Algeciras (Cádiz), que se está produciendo una «situación absolutamente excepcional y extraordinaria» con la llegada de cientos de migrantes a diario en las últimas semanas a las costas españolas, especialmente andaluzas, si bien negó que se esté dando un «colapso» migratorio, porque la situación está «absolutamente controlada y controlable» por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Cruz Roja y otras ONG, así como por los medios que desde el Gobierno se están «implementando», según comentó. También destacó que en el año 2016 «ya hubo una entrada de 8.100 personas aproximadamente», pero la cifra se incrementó «en un 170 por ciento en 2017, con más de 22.000 [en toda España]», y para 2018 «había previsión de que se iba a incrementar».