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Los medicamentos homeopáticos pasan controles y se venden en farmacias. / F.J.D.
Un tercio de la población andaluza ha recurrido alguna vez a un homeópata y a medicamentos homeopáticos, a la venta en farmacias tras pasar controles que certifican que son aptos para el consumo humano (no acreditan su capacidad terapéutica) pero que no cuentan con financiación pública. La homeopatía no está reconocida en la cartera de servicios del SAS ni otros sistemas sanitarios públicos en España ni es una especialidad académica de los estudios de Medicina al considerarse que, hoy por hoy, no hay evidencia científica de su eficacia. Países como Francia, Suiza o Austria sí la incluyen y para reivindicar el «derecho a elegir este tratamiento» en igualdad de condiciones que otros ciudadanos europeos, un centenar de usuarios han creado la primera Asociación andaluza de usuarios y amigos de la homeopatía (Similia), que se da a conocer coincidiendo con la celebración el 10 de abril del Día Internacional de la Homeopatía.
En comunidades como Canarias o el País Vasco ya existen asociaciones de usuarios de una terapia basada en estimular la capacidad del cuerpo de curarse a sí mismo mediante la administración individualizada de dosis extremadamente pequeñas y muy diluidas de las mismas sustancias que producen un determinado síntoma para aliviarlo. La asociación andaluza nace a iniciativa de dos médicos homeópatas de Sevilla y Cádiz, Francisco Moya y María Fuentes, para difundir información sobre la homeopatía y desterrar «falsos mitos», explica la presidenta de Similia, Inmaculada Gómez. De momento cuenta con un centenar de socios y su objetivo es programar cursos y talleres pero también ser interlocutores ante las instituciones públicas para reclamar la regulación de esta terapia y su inclusión en la cartera de servicios.
«Como pacientes tenemos derecho a elegir un tratamiento y sería necesario que los profesionales sanitarios se formen en distintas opciones», explica Gómez, quien también señala como uno de los objetivos de la asociación reclamar «el acceso equitativo a los medicamentos homeopáticos» que ya existe en otros países. «Los medicamentos homeopáticos sólo se venden en farmacias y están regulados», subraya. Efectivamente se les aplican las leyes alimentarias en el caso de sustancias a base de plantas o las mismas que para los fármacos si hay elaboración química pero sólo a efectos de que son aptos para el consumo humano, no se acredita su eficacia terapéutica.
La presidenta de la nueva asociación aboga también por la incluir la homeopatía en la formación académica de los facultativos porque «para nosotros es fundamental que los homeópatas sean médicos y que estén colegiados para ejercer». «La seguridad que buscamos los pacientes es acceder a información rigurosa y de calidad que venga de alguien formado como profesional», destaca. La regulación del ejercicio de esta actividad, alega, evitaría el «intrusismo profesional».
Los pocos pasos dados en este sentido, como el Máster que durante algunos años impartió la Universidad de Barcelona, se han visto truncados al ser retirados estos estudios por la falta de evidencia científica sobre la eficacia de esta técnica. Quienes ejercen la homeopatía no tienen, por ello, una titulación oficial. Sin embargo, el catálogo nacional de ocupaciones sí incluye una categoría de profesionales parasanitarios en la que tributan a la Seguridad Social. Se les exige un seguro de responsabilidad civil para ejercer. En la Asociación de Profesionales y autónomos de las terapias naturales (Aptn-Cofenat) hay registrados unos 450 profesionales siendo la homeopatía una de las terapias más habituales que ejercen.