El ‘Miserere’, hoy contra viento y marea

La Catedral y la Iglesia de Santa Ana acogen esta noche dos interpretaciones de la tradicional obra de Eslava, la misma que prohibió Pío X y que tanto defendió el Cardenal Spínola

18 mar 2016 / 20:58 h - Actualizado: 20 mar 2016 / 10:55 h.
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  • Pedro Halffter, al frente de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, en la Catedral interpretando el ‘Miserere’ en 2009. / Gregorio Barrera
    Pedro Halffter, al frente de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, en la Catedral interpretando el ‘Miserere’ en 2009. / Gregorio Barrera
  • Portada histórica de El Correo, del 12 de abril de 1900, en el que daba cuenta del ‘Miserere’ de Eslava. / El Correo
    Portada histórica de El Correo, del 12 de abril de 1900, en el que daba cuenta del ‘Miserere’ de Eslava. / El Correo

Aunque hay tradiciones que se dan por aseguradas año tras año, algunas se reiteran en el tiempo por el azar y la voluntad de una serie de actores que se empeñan en que esto sea así. O dicho de otro modo, el Miserere de don Miguel Hilarión Eslava y Elizondo (1807–1878), que cada Sábado de Pasión, se escucha en Sevilla, se interpreta, se defiende con militancia, porque unos músicos u otros, quieren que sea así. Esta liturgia de vísperas trasciende el mundo cofrade y aun el universo musical hispalense. Es otra cosa. Es el Miserere sevillano. Ese al que acuden centenares de personas movidas por no se sabe qué clase de resorte cultural o religioso.

Con media hora de diferencia uno sobre otro, y a no ser que posea el don de la ubicuidad, hoy tendrá que elegir entre dos interpretaciones del Miserere. A las 21.00 horas, el escenario será la trianera Iglesia de Santa Ana. Allí, por voluntad del Coro y la Orquesta de la Asociación Coral de Sevilla, dirigida por Jesús Becerra, volverán a cantar los niños tiples de la Escolanía de Los Palacios. El tenor Manuel Ruiz, el barítono David Lagares y la mezzosoprano María Ogueta completan el reparto. La entrada es libre hasta completar aforo.

En otro punto de la ciudad, la Coral San Felipe Neri junto al Coro de Cámara An Die Musik, que dirige Ana Alonso, solistas y la Orquesta Bética de Cámara ofrecerán el tradicional Miserere, todos bajo la dirección de José Salazar Rodríguez. Será en la Catedral.

Se descuelga, sin motivo aparente, la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, que desde su fundación en 1991, ha venido siendo el soporte orquestal cada Sábado de Pasión en el Altar Mayor de la Seo Metropolitana. El maestro Luis Izquierdo, profundo conocedor de esta obra fue durante años el valedor infatigable de una partitura que pudo fijar en disco con el concurso de la escudería discográfica Deutsche Grammophon y la propia ROSS.

Aunque al sevillano pueda parecerle que el Miserere es tan tradicional como la Borriquita en El Salvador cada Domingo de Ramos, esto no sería del todo cierto. Durante años estuvo prohibido. Fue a través de una Instrucción Pastoral del Cardenal don Pedro Segura y Sáenz, publicada en el Boletín Oficial del Arzobispado con fecha de 25 de febrero de 1945, quien tras consultar a un grupo de expertos, abolió la interpretación de la obra, que fue sustituido aquel año por otro de Vicente Goicoechea, hoy en el más absoluto (y quizás justo) de los olvidos. Mucho más adusto que el de Eslava, aquella obra sólo fue del gusto de la curia, pero el pueblo soberano le dio la espalda. Mucho antes ya habían existido problemas con la teatral partitura de Eslava. Tantos que en 1903, el Arzobispo Marcelo Spínola y Maestre se dirigió al mismísimo Papa Pio X para solicitar el privilegio de poder seguir interpretando el Miserere de Eslava, como así había venido siendo desde 1835, cuando era costumbre interpretarlo el Jueves y el Viernes Santo.

Finalmente erigido en tradición firme a partir de 1956, el Miserere ha venido pasando de unos atriles a otros, según la circunstancia y, sobre todo, según los patronos que, con mayor devoción o menos, han ido respaldándolo. Un desaguisado estuvo a punto de ocurrir en 2008, cuando el entonces director artístico de la Sinfónica de Sevilla, Pedro Halffter, no sabía muy bien si ponerse la partitura por bufanda o dirigirla. Lo salvó, in extremis, el director de la Banda Municipal de Sevilla, Francisco Javier Gutiérrez Juan. Al año siguiente, el madrileño asumió la responsabilidad proponiendo un reparto de campanillas (Jorge de León, Flavio Oliver...) saliendo airoso así de su incomparecencia el año anterior.

No sabemos qué opinión tendrá de la belcantista partitura el nuevo titular de la ROSS, John Axelrod. Aunque tampoco parece que la actual Corporación tenga esta tradición por prioridad como para poner euros sobre la mesa. Puede que, a estas alturas, tampoco sea necesario. Agrupaciones como las que hoy pondrán en pie la obra aseguran un nivel más que aceptable que permite que la música del navarro Eslava siga siendo tan sevillana.