Farruquito y la memoria regresada

Es justo decir que toda la obra tiene el sello del bailaor sevillano, su impronta y manera de entender el flamenco y, sobre todo, el elemento gitano unido al de la familia, algo insoslayable en los Farruco

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
25 sep 2016 / 08:22 h - Actualizado: 25 sep 2016 / 09:48 h.
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  • Un momento del espectáculo flamenco que presentó ayer en el Maestranza Farruquito . / José Luis Montero
    Un momento del espectáculo flamenco que presentó ayer en el Maestranza Farruquito . / José Luis Montero
  • ‘Baile Moreno’ tiene el sello del bailaor sevillano. / José Luis Montero
    ‘Baile Moreno’ tiene el sello del bailaor sevillano. / José Luis Montero

Conocí al padre de Farruquito, Juan Fernández Flores El Moreno, de quien fui un gran amigo. Cantaor de cuadro, su voz era un pozo, un eco profundo y sin efectismos. Se le caía la baba viendo bailar a su hijo Juan Manuel, quien de niño era consciente de que tenía que llevar la bandera de la escuela de su abuelo, el gran Farruco, en cuya tarea andaban ya su madre La Farruca y su tía materna La Faraona. He visto bailar a muchos niños, pero ninguno lo ha hecho nunca como Farruquito. Era un espectáculo ver los ojos del abuelo cuando el nieto bailaba en su academia de Su Eminencia, algo que presencié en más de una ocasión. Y él no ha olvidado aún aquella mirada del maestro, sus lecciones y consejos.

Baile Moreno, la obra que Farruquito presentó anoche en la Bienal, es un homenaje a su padre, al que le gustaban los caballos y el campo, el cante, el baile y la armonía familiar. Tuvo esta obra momentos emotivos quizás por esta razón, más que por el espectáculo en sí, que se nos antojó poco novedoso en el planteamiento escénico, aunque mejor estructurado que obras anteriores del bailaor y manejando bien a tanta gente en el escenario, lo que no es fácil si no eres un buen director de escena, que no es precisamente el fuerte de Farruquito.

Sin embargo, es justo decir que toda la obra tiene el sello del bailaor sevillano, su impronta y manera de entender el flamenco y, sobre todo, el elemento gitano unido al de la familia, algo insoslayable en los Farruco. La música, las letras, el vestuario, las tradiciones..., todo es muy gitano en Baile Moreno, y esto estuvo muy logrado. La pelea con palos es algo ya un poco trillado en este tipo de obras flamencas, como la fiesta en la taberna, que, sin embargo, nos transportó a la academia de Farruco. Ahí se lucen El Barullo y Farruquito, primos de sangre, y Antonio Moreno El Polito. Y en las seguiriyas de varas largas, con los bastones como elementos de lucha y también de unión y reconciliación.

Interesante la coreografía de los tangos, una de las escenas más gitanas de la obra, con Gema Moneo y Marina Valiente derramando sensualidad y gitanería por la tarima, con el cante sentido de Pepe de Pura, Antonio Villar, Encarna Anillo y Mary Vizárraga, una voz imprescindible en todas las propuestas de Farruquito. Y a partir de las alegrías, la obra tomó otros derroteros, recuperando un poco el hilo argumental, algo perdido hasta entonces. Alboreás para la boda, que da paso a la tragedia de la muerte de El Moreno, con una estampa fúnebre que nos recordó a la obra que Benlliure hizo para cubrir el cuerpo de Joselito el Gallo.

Una soberbia soleá de Farruquito, la entrada en escena de su hijo, consolándolo, una preciosa nana y el fin de fiesta, cerraron la última propuesta de quien es en la actualidad el rey del baile gitano. Viéndolo bailar, no es necesario explicar por qué.

Baile moreno***

XIX Bienal de Flamenco de Sevilla. Teatro de la Maestranza. 24 de septiembre. Bailaores: Farruquito, El Barullo, El Polito, Gema Moneo y Marina Valiente. Cante: Pepe de Pura, Mary Vizárraga, Antonio Villar y Encarna Anillo. Guitarras: Román Vicenti y Raúl Vicenti. Percusión: Paco Vega. Dirección artística: El Torombo y Farruquito.