Genialidad y erudición

Rafael Álvarez El Brujo se hizo popular por su trabajo en una conocida serie televisiva. Pero es un auténtico animal de teatro y lo refrenda con esta obra, un monólogo cómico con una fuerte impronta narrativa, aunque cargado de teatralidad

18 nov 2016 / 16:47 h - Actualizado: 18 nov 2016 / 17:00 h.
"Teatro"
  • Rafael Álvarez El Brujo. Efe
    Rafael Álvarez El Brujo. Efe

Rafael Álvarez El Brujo se hizo popular por su trabajo en una conocida serie televisiva. Pero es un auténtico animal de teatro y lo refrenda con esta obra, un monólogo cómico con una fuerte impronta narrativa, aunque cargado de teatralidad.

Y es que, por mucho que este singular cómico reivindique su papel de trovador, o lo que es lo mismo, contador de historias, es un gran actor, un intérprete genial que se sirve de su dominio de las tablas para hacer viajar al espectador hacia el terreno de la imaginación. De hecho, en esta obra la dramaturgia gira en torno a la pregunta sobre los límites de la realidad y la fantasía. No en vano se centra en D. Quijote de la Mancha, una obra que, tal y como él reconoce supone todo un ejercicio de vanguardia literaria en su época

El Brujo utiliza esa visión para potenciar la comicidad de la dramaturgia, que en todo momento va de la literatura escrita a la oral, dando rienda suelta a la improvisación con encomiable naturalidad. Sin duda él tiene un don para interactuar con el espectador y llevárselo a su terreno, aunque también posee una técnica impecable. Su voz es un torrente de matices y su expresión corporal, aparentemente sencilla, encierra un envidiable dominio de la comunicación no verbal. Pero eso a sus seguidores ya no nos sorprende. En esta obra lo que nos descoloca es su erudición, de la que se sirve para dar una lectura distinta, atrevida y transgresora de la insigne novela cervantina, a la que llega comparar con la mismísima Biblia.

La puesta en escena se centra en el actor y su interpretación, aunque reproduce un espacio escénico sumamente sugerente y evocador, gracias a una excelente iluminación, a cargo de Miguel Ángel Camacho, y a una escenografía de corte minimalista que entable un singular puente temporal. Lástima que el ritmo sea un tanto irregular.

Obra: Misterios del Quijote

Lugar: Teatro Lope de Vega, 17 de noviembre

Versión y dirección e interpretación: Rafael Álvarez El Brujo

Iluminación: Miguel Angel Camacho

Escenografía: Miguel Angel Camacho y Rafael Álvarez El Brujo

Calificación: Cuatro estrellas