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Jesús Méndez, un nuevo y portentoso cantaor jerezano. / El Correo
El joven cantaor jerezano Jesús Méndez presentó su tercer disco en el pasado Festival de Jerez, aunque la presentación oficial será en julio, también en su ciudad natal y con un concierto en el Alcázar. No hace falta decir que este cantaor es de los dos o tres que han animado el género jondo en los últimos años, siendo ya un artista seguido por miles de aficionados en festivales y peñas flamencas del país. Su carrera ha sido meteórica, porque los cantaores que tienen el don no necesitan muchos años para convertirse en figura.
Aunque no le hayan dado aún un Giraldillo en la Bienal de Flamenco sevillana, en las dos últimas ediciones obtuvo un gran éxito, en la de 2014, cantando mano a mano en el Lope de Vega con el chiclanero Antonio Reyes, y en la del pasado año, actuando en solitario en el Teatro Central, donde adelantó alguno de los nueve cantes que componen este nuevo trabajo discográfico, del que espera mucho y en el que ha puesto todo su caudal de voz y talento, que no es poco.
Jesús es de los últimos fenómenos del cante jondo. Lo conocí recolectando uvas en la viña que tiene el guitarrista Gerardo Núñez en la localidad gaditana de Trebujena, con el que ya trabajaba. Gerardo fue quien comenzó a pulirlo siendo muy joven, cuando lo llevaba en su compañía, y el primero en decirme que su potencial era increíble. No se equivocó, porque, como ya he indicado, es de los dos o tres mejores cantaores del momento.
De corte clásico, Voz del Alba es un trabajo hecho no para dar un pelotazo, algo que cada vez cuesta más trabajo en el cante, sino para reafirmarse en qué clase de cantaor es y quiere seguir siendo. Con la voz y la planta que tiene, Jesús no tendría dificultades para probar con suerte en otros tipos de música, pero resulta que lo que le duele es el cante por derecho, el de su tierra y el de otras tierras flamencas. Enamorado de Mairena, Caracol, Terremoto, El Sernita y El Torta, le gusta fajarse con los cantes más duros y, por tanto, menos comerciales. Esto le ha llevado a lograr algunas piezas de alto valor jondo en este trabajo, como son las tonás, las soleares, las seguiriyas y las bulerías de Jerez.
También da una nota alta en las alegrías, con un compás exquisito; en las granaínas de Tomás Pavón y Vallejo; en las preciosas bamberas que le ha escrito el cantaor jerezano David Lagos; en los tangos de corte moderno; y en los fandangos de Huelva escritos por Arcángel. En todos estos cantes hay que destacar el acompañamiento de guitarra, porque Jesús ha contado con un ramillete de guitarristas jóvenes que ya están haciendo historia, como son Manuel Parrilla, Manuel Valencia, Diego del Morao, Dani de Morón y Antonio Rey.
La obra ha sido producida por Luis de Perikín, uno de los grandes talentos jóvenes de Jerez, y grabada en los estudios jerezanos La Bodega y La Cocina Music. Jesús, enamorado de su tierra, ha querido que Voz del Alba sea una obra que huela a Jerez, aunque sin centrarse solo en esa escuela. Clásica, pero con la frescura que aportan siempre las letras nuevas y los arreglos musicales actuales. Y ha conseguido, en general, un trabajo serio, rotundo y fácil de entender. Lo de sentirlo, cada cual tiene una sensibilidad y una manera de entender el cante flamenco. Si sigue en esta línea, crecerá aún más, y no dudamos que será así, porque lo conocemos y sabemos de sus intenciones.