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Uno de los numerosos actos literarios celebrados en La Carbonería. / Antonio Acedo
«Hemos sido víctimas de una agresión en toda regla». Con estas palabras resume Pisco Lira, responsable de La Carbonería e hijo de su fundador, el añorado Paco Lira, sus sensaciones al conocer la funesta noticia: por orden del Juzgado nº 9 de Sevilla, el próximo lunes, 25 de julio, su familia deberá abandonar el histórico local del número 18 de la calle Levíes, propiedad de Ignacio Medina y Fernández de Córdoba, Duque de Segorbe entre otros títulos nobiliarios, quien desde hace algún tiempo reclamaba este espacio a través de la sociedad Hotel Los Mercaderes S. L.
Hace menos de una semana, esta taberna cultural se llenaba para la celebración de una velada titulada Memoria literaria de La Carbonería, convocada por el Centro Andaluz de las Letras. Y el pasado mes de junio se lograba la declaración por parte de la Junta de Andalucía de Bien de Interés Cultural (BIC). Pero ni el apoyo de la cultura ni el respaldo institucional han impedido que el juez dicte orden de desahucio. «Vamos a intentar pararlo hasta última hora, pero el desahucio está en marcha», afirma Lira, quien lleva 41 años viviendo con los suyos en el lugar. «El juez ha desestimado todas nuestras alegaciones hasta ahora, y al parecer no ha tenido en cuenta la declaración BIC».
Dicha orden obliga a «desmontar todo» en el estrecho plazo de una semana, en concreto hasta el día 25 de este mes. Pero los Lira no se dan del todo por vencidos, y tratarán de ejercer «la resiliencia y la refractariedad» desde el jardín contiguo a la vieja taberna, «porque ese espacio sí es nuestro, y esperamos que de ahí no nos puedan lanzar», afirma Pisco Lira. «En realidad nos lanzan de la parte menor, pero para nosotros es el corazón de La Carbonería. No sabemos en qué medida seremos capaces de trasladar ese corazón a su jardín», añade.
El responsable del local asegura que la demanda del duque de Segorbe «no se ha hecho por impago de rentas», sino que «ha querido rescindir con la única intención de hacer daño y administrar la muerte de La Carbonería», dice.
«Con esta orden de deshaucio, a la calle Levíes le administran su muerte. Es así como Ignacio Medina y su sociedad interpuesta ponen fin a la larga vida de La Carbonería de Levíes, 18 hasta hoy», concluye Pisco Lira, quien ya piensa en modos de reinventar La Carbonería. «A la calle Céspedes, no lo sé. Empezaremos a entrar por allí, retomaremos la vida por la calle Céspedes y veremos qué puede hacerse».