Los fugitivos de la censura

Un libro repasa la breve existencia del corrosivo digital ‘Orgullo y Satisfacción’

03 ene 2018 / 19:34 h - Actualizado: 03 ene 2018 / 19:41 h.
"Libros"
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Se fueron de El Jueves por la censura editorial de una portada sobre la abdicación de Juan Carlos I; se echaron al monte de internet, donde fundaron Orgullo y Satisfacción con el objetivo de sobrevivir como autores de fortuna, libérrimos y cañeros; como cabía esperar, se fueron a pique, porque invertir en dignidad sigue siendo un negocio ruinoso. Pero entre lo uno (el nacimiento de la revista digital) y lo otro (su muerte anunciada) pasaron cuatro años (2014-2017) repletos de humor, ansiedad, irreverencia, números rojos, libertad, utopía, desengaño, crítica feroz y palos en el occipucio a la derecha, la Iglesia, la corrupción, el mordisco a las libertades, la monarquía... Más que ser antisistema, era una prueba de esfuerzo del sistema, un vapuleo controlado a la democracia para comprobar si sigue viva. Ahora, la editorial Astiberri lanza Orgullo y Satisfacción: Grandes éxitos, una antología de los 40 números de esta publicación electrónica-satírica y mensual en cuya foto de familia aparecen Ágreda, Albert Monteys, Bernardo Vergara, El Mundo Today, Flavita Banana, Isaac Rosa, Lalo Kubala, Luis Bustos, Manel Fontdevila, Manuel Bartual, Miguel Brieva, Paco Alcázar, Toni, Pacheco & Pacheco... Casi tantos como ejemplares.

La pena que arrastran estos autores es que ya no queda nada de aquel tiempo en que el periodismo-denuncia, el periodismo-rabieta, el periodismo a secas, las revistas de coña marinera y el humor gráfico en general, sin importar las consecuencias, tenían el valor de coger a la realidad por las solapas y, mirándola a los ojos, cantarle las cuarenta a modo de soplamocos. Ni de aquellos lectores, quizá. Era el cuarto poder, ese que avergonzaba a los corruptos, hacía caer gobiernos y levantaba alfombras pestilentes. El único consuelo que les queda, visto lo visto, es el que ellos mismos dibujan en una viñeta a modo de epitafio sobre la tumba de su revista: Quién quiere tener éxito cuando del fracaso se aprende tantísimo. Lo intentaron, pero no pudo ser. Y como siempre sucede en estos casos, si la mitad de los que claman por la continuidad de ideas como Orgullo y Satisfacción se hubieran suscrito, quién sabe lo que habría pasado. O como advierten los autores cuando uno de ellos propone dejar un mensaje para la posteridad: «¿...Como no montéis revistas?».

Estos Grandes éxitos que ahora se publican en formato libro son, a la par de políticamente indigestos, una especie de enciclopedia general sobre el mundo, repleta de curiosidades sobre la naturaleza (¿Sabías que hasta hace solo 30 años la Península entera estaba cubierta por caspa?), los misterios (¿Existe la mítica criatura llamada mayoría silenciosa?), la fauna (¡Espectacular! El expresidente común es el único animal cuya única función es incubar sus propios huevos), la estadística (El PSOE ganaría las elecciones si se celebraran en 1982), los cotilleos de famosos (Ángel Cristo despotricando sobre su mujer: ¡Con toda la gente que sale por la tele, irse a liar con el que solo da el discurso de Navidad!) y, en general, sobre la vida. Es complicado aburrirse y probablemente imposible pasar por él sin soltar alguna que otra carcajada largo tiempo retenida: la democracia española, los Borbones, el PPSOE, la corrupción, la nueva política, la libertad de expresión, el periodismo, la religión, el feminismo, la inmigración y los refugiados, el terrorismo, la tecnología, la vivienda, el trabajo, la cultura... y Donald Trump, claro, están en esta diana del humor sin contemplaciones. Solo se libra un poco Podemos. Pero qué sería del mundo sin amor.