Los Japón: comedia anodina, conservadora y sin gracia

La película cuenta que, tras la muerte del Emperador Satohito, Paco Japón, un vecino de Coria del Ríose va a convertir en el heredero legítimo del país del sol naciente. Su vida y la de su familia se van a transformar

29 jun 2019 / 13:13 h - Actualizado: 29 jun 2019 / 13:23 h.
"Cine"
  • Los Japón: comedia anodina, conservadora y sin gracia

Los Japón *

España 2019 91 min.

Dirección Álvaro Díaz Lorenzo Intérpretes Dani Rovira, María León, Antonio Dechent, Ryo Matsumoto, Cinta Ramírez, Iker Castiñeira, Maya Murofushi, José Ramón Bocanegra.

Comedia

Año 1614, una expedición japonesa llega a nuestro país con el objetivo de establecer relaciones diplomáticas y comerciales con el imperio español de Felipe III. En la expedición Keicho, comandada por el samurai Hasekura Tsunenaga, los barcos japoneses remontaron el río Guadalquivir con intención de llegar a Madrid vía Sevilla.

Por el camino, algunos de los miembros de esa expedición tomaron contacto con la población de localidades ribereñas como Coria del Río en las que hoy, cuatro siglos después el apellido Japón es muy común en la zona. Todo se debe a que a la hora del bautizo de la descendencia, los párrocos del momento y ante la dificultad de pronunciar los apellidos japoneses, optaron por simplificarlos en uno solo, el nombre de tan insigne nación.

Los Japón toma como punto de partida este hecho histórico y cuenta como tras la muerte del Emperador Satohito, Paco Japón, un vecino de Coria del Río que trabaja en una fábrica de coches, se va a convertir en el heredero legítimo del país del sol naciente. Su vida y la de su familia se van a transformar mientras se preparan para ser las máximas autoridades.

En Señor, dame paciencia (2017) el director Álvaro Díaz Lorenzo y las productoras Atresmedia, Canal Sur, DLO y Maestranza Films se habían puesto de acuerdo para realizar una insustancial y aburrida película, centrada en explotar hasta el agotamiento, los estereotipos regionales y los enfrentamientos y rivalidades de los clubes deportivos más representativos de este país. Como la fórmula les dio resultado, lo vuelven a intentar con Los Japón. Ahora se trata de poner en forma de aventura, el choque cultural de dos formas monolíticas de entender el mundo. Recurrir de nuevo al cliché y al prejuicio. Para ello sustentan la farsa en la gracia, el salero y el arte cateto de la familia andaluza con la rigidez, la seriedad y la falsa productividad nipona. El resultado de semejante cruce, sale huero, sin gracia. No se encuentra grasa, ni ritmo, ni comedia por ninguna parte; al contrario, sólo ocurrencias fonéticas, gags mal construidos, chistes fáciles, situaciones forzadas cuando no ridículas junto a palabras soeces.

Por mucho que intenta reivindicar un feminismo de manual, es tan conservadora o más que la citada Señor, dame paciencia. En su argumentarlo refuerza el rancio y conformista chovinismo sevillano, ese que defiende que no hay nada mejor que mi casa y mi familia.

Tampoco ayudan las interpretaciones: demasiado estridentes, bastas y exageradas. Una joyita, vamos.