«Más que cañeros somos ruidosos; un martillazo, no una metralleta»

El ciclo Nocturama llega a su segunda semana de conciertos, que arranca esta noche en el Casino de la Exposición con los chiclaneros El Lobo En Tu Puerta y su indómita propuesta entre el blues, el rock y el hardcore. Compartirán escenario y jardín con los vascos Belako

04 jun 2018 / 18:16 h - Actualizado: 05 jun 2018 / 16:25 h.
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  • El Lobo En Tu Puerta harán tronar los jardines del Casino de la Exposición este miércoles por la noche. / Pitu García
    El Lobo En Tu Puerta harán tronar los jardines del Casino de la Exposición este miércoles por la noche. / Pitu García

Julio Cordero, Julius (voz, theremin y armónica), Sebastián Izquierdo, Tanín (batería, guitarra y voz) y Francisco Javier Sánchez, Búho (guitarra, batería y voz) conforman el trío más fiero del panorama andaluz y Bestias del sur salvaje, publicado en noviembre de 2017, es su tercer álbum, una dentellada sin florituras ni concesiones.

—Tres discos en apenas cuatro años. ¿A qué se debe ese ritmo de creación y producción tan elevado?

—Es nuestro hobby, no se necesitan vacaciones de los hobbies. Y nuestra forma de componer es muy inmediata. Cuando alguien llega con la idea inicial, le damos un par de vueltas y en esa misma tarde hacemos una grabación con el móvil de Búho. A partir de ahí vamos dejando el tema, siempre intentamos que no se pierda la frescura, el rollo directo. Tampoco es que seamos grandes instrumentistas, así que es una forma inteligente de jugar nuestras cartas, que son la fuerza de nuestro directo.

—El nuevo álbum gira sobre todo alrededor del rock digamos clásico, como dice la nota «más MC5». ¿A qué se debe ese giro?

—Funcionamos a salto de mata, sin mucho plan predeterminado. Es más rock and roll en una visión general, pero tiene muchos riffs a lo Black Sabbath, que es uno de nuestros referentes. Lo que pasa es que lo que nos interesa de los Sabbath es ese sonido oscuro y pesado deudor del blues. Un disco podemos sonar más rockeros, otros más stoner, o metaleros... Pero, en suma, son diferentes formas de hacer blues con nuestros torpes cerebros.

—Aunque el blues está ahí en el trasfondo, igual ha perdido algo de presencia, por ejemplo la armónica aparece mucho menos que en los trabajos anteriores...

—En mi opinión no, este disco es muchísimo más blues... Lo que sí es cierto es que yo me he concentrado más en la voz, he querido mejorar mi aportación en ese sentido, he querido cantar más, no tirar tanto por el hardcore, por decirlo de alguna forma... Pero en el caso de la armónica que comentas mi planteamiento es no meterla por meterla, tiene que tener su espacio y su sentido... Tenemos temas que directamente nacieron de la armónica, como 17 y La Canción Del Lobo... Ese es mi rollo, y como soy un armonicista mediocre tampoco es cuestión de que se note demasiado metiendo muchas.

—Lo que desde luego ha pasado a ser anecdótico o casi inexistente es esa otra faceta más ligada al rap (en el modo de cantar) y al metal, que remitía a bandas como Rage Against The Machine.

—Totalmente. ¡Prohibido rapear! Todo tiene que tener estructura y fraseo de blues o de rock and roll clásico. Tienes mucha razón, fue una autoimposición que tenía cuando estábamos sacando los temas, por ejemplo, McKinley & Geneva es un claro homenaje a las canciones de Little Richard. Aunque a nivel musical no tanto, el riff de Gospel es muy rapeable.

—Hay temas como ‘Hermanos’ o incluso ‘VHS’ (aunque esta tiene más violencia) que tiran más a medios tiempos, con un aire más melódico, menos acelerado.

—El otro día lo comentamos en el ensayo. No somos un grupo de velocidad para nada. Me flipa Motorhead pero nuestro tempo es pesado, que caiga con peso, o también un tempo juguetón, saltarín, pero para nada somos rápidos. Más que cañeros somos ruidosos, sonamos fuerte, un puto martillazo, no una metralleta. Una gran influencia para nosotros son The White Stripes, y si analizamos un disco de ellos encuentras una autopsia de la música americana al completo. Pueden ser folk, blues, rockeros, garaje, ponerse pesados a lo Zeppelin o Sabbath, ser oscuros o muy infantiles... Eso en nuestra modestia es algo que intentamos siempre.

—Igual que en las dos ocasiones anteriores, el disco contiene ocho temas de una duración más bien corta, de manera que el conjunto no supera la media hora. ¿Tenéis algún tipo de fijación con el número 8? ¿La urgencia es una parte importante de vuestra propuesta?

—¡Sí, tenemos una fijación con el 8! Cuatro temas de Búho a la guitarra y cuatro de Tanín, cada uno tiene su cara en el vinilo. Tengo un problema con esas cosas, soy un maniático. Y sí, siempre intentamos que los temas sean lo más cortos posibles, nos gustan así. ¡La urgencia es nuestra propuesta! Componemos rápido. Grabamos rápido. Es el rollo de El Lobo En Tu Puerta.

—¿Y qué planes tenéis a corto plazo, ya que vais tan acelerados siempre?

—Nuestros planes son empezar a componer temas para un nuevo disco poco a poco, a nuestro ritmo, sin pausa pero sin prisa. Y sobre todo tocar todo lo que podamos y nuestras responsabilidades laborales nos permitan. Somos unos currantes, esto es lo que nos alegra la vida, no lo que llena nuestros estómagos. No somos un grupo de giras, hacemos guerra de guerrillas. Llámanos para tocar en tu pueblo y si no perdemos pasta y nuestros jefes nos dejan, allí estaremos.