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Una imagen de ‘Abracadabra’, de Pablo Berger. / El Correo
Torremolinos 73 (2003) fue la carta de presentación del director bilbaíno Pablo Berger. En ella se nos contaba con cierta audacia y socarronería la transformación que experimentaba una joven pareja de cueva y refajo tras amoldarse al incipiente desarrollo turístico de la época. Tiempo de zozobra que portaba consigo un grato y liberador frescor nórdico. Blancanieves (2012), su segunda película, era un extraño cuento gótico que ponía en solfa los pilares del casticismo de la España clásica. Arriesgada en sus formas y llena de insolencias en su contenido, obtuvo 10 premios Goya y numerosos reconocimientos nacionales e internacionales. Por sus obras les conoceréis y parece evidente que a Berger le motiva indagar sobre la idiosincrasia del arcaico costumbrismo patrio. Algo a lo que nos tiene muy acostumbrado el cine norteamericano. Allí siempre andan dispuestos a debatir sobre sí mismos y a buscar héroes para cuestionar y afianzar su escala de valores. No es nuestro caso. Aquí todavía no nos hemos esforzado en averiguar por qué somos una sociedad tremendamente rancia, machista y tradicional. Aún no hemos sido capaces de aprovechar un rico y generoso legado cultural para que nos ayude a labrar un futuro mejor. Abracadabra, el tercer largo de Berger, puede que se pregunte esto y otras muchas cosas. Aquí el realizador utiliza con mucho acierto una mezcla de géneros para examinar ese arraigado y conservador imaginario ibérico. Monta una historia familiar de posesión en presente con elementos fantásticos de hechos macabros ocurridos en el pasado reciente. Una comparación entre la España de los ochenta y la actual para no descubrir muchas diferencias. Continuamos yendo de bodorrios y seguimos convirtiendo el rito en todo un acontecimiento. Además celebrándolos por todo lo alto y divirtiéndonos con la música hortera de siempre. Las chicas se visten de colores, van con tacones altos y usan perfume, inmersas en un bucle que añora y alaba el sueño infantil de ser princesas de cuento. Ellas siguen esforzándose en ser guapas y atractivas para sus chicos. Ellos siguen siendo igual de básicos y posesivos. Visten camisa blanca y traje. Igual de fieles a su equipo de fútbol, no les importa ni les motiva otra cosa. Los mismos papeles, los mismos roles. Y aún nos preguntamos que cómo es posible que vayan pasando los años y todo cambie para no cambiar nada. Ese mérito es de Pablo.
Abracadabra ***
España, Francia 2017 96 min.
Dirección: Pablo Berger. Intérpretes: Maribel Verdú, Antonio de la Torre, José Mota, Josep María Pou, Quim Guitiérrez, Priscila Delgado, Saturnino García.
Comedia.