-
Un momento de la obra ‘Manténgase a la espera’.
A estas alturas del nuevo siglo, ¿quién no ha intentado darse de baja en una compañía telefónica sin sucumbir en el intento? Es el tema de esta obra, cuyo texto apunta al teatro de lo absurdo, aunque se dirige al terreno de la una parodia.
Antes de llegar al tema en cuestión, la dramaturgia se centra en presentar a la pareja con una suerte de monólogos alternos con los que él y ella van retratando al otro y a su relación. Según nos cuentan no tienen nada en común. No se ponen de acuerdo en nada, salvo que tienen que darse de baja en la compañía telefónica, eso sí, una vez que ya no corren el riesgo de morir en el intento, más que nada porque ya están muertos. Se trata, sin duda, de una situación absurda que refleja de forma explícita la sinrazón de la política empresarial de las compañías telefónicas, fruto de la salvaje competencia que domina la vorágine del mundo capitalista actual. Pero en ese sentido, más que de teatro del absurdo se trata de una parodia que, a pesar de servirse de una situación absurda, despierta con facilidad los mecanismos de identificación y proyección en el espectador, aunque no despierta su risa como cabría esperar, por lo que tampoco termina de adentrarse de lleno en el terreno de la parodia.
La dramaturgia, como los propios intérpretes reconocen, se entretiene demasiado en la presentación de los personajes y la crítica abusa de los lugares comunes y elementos evidentes. Tal vez por ello Alfonso Mendiguchía imprime un ritmo frenético a su puesta en escena, permitiendo su lucimiento actoral y el de sus compañeros, Patricia Estremera y Jorge Gonzalo, cuya actuación impregna de comicidad las acciones con un auténtico derroche de maestría y vis cómica.
FICHA:
Obra: Manténgase a la espera. Lugar: Sala Cero. Compañía: Los Absurdos teatro. Autor y director: Alfonso Mendiguchía. Interpretación: Alfonso Mendiguchía, Patricia Estremera y Jorge Gonzalo. Calificación: **.