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Poderío, arrojo y voluntad

22 sep 2016 / 17:33 h - Actualizado: 22 sep 2016 / 17:35 h.
"Críticas","Bienal de Flamenco 2016"
  • Poderío, arrojo y voluntad

Antonio Molina “El Choro” era tan sólo un chavalillo cuando se vino a Sevilla, pero ya entonces tenía muy claro que quería ser bailaor y no iba a escatimar esfuerzos. Todo ello se resume en este espectáculo, para el que el joven bailaor ha contado con una excelente dirección, a cargo de Rafael Estévez y un cuadro de lujo.

Aun siendo un fenómeno de arte moderno, el flamenco nace del folclore andaluz y castellano, que recoge diversas claves musicales y dancísticas de todas aquellos pueblos que pasaron a lo largo de la historia por nuestra tierra: árabes, judíos, africanos, gitanos... Con ese poso cultural el flamenco ha ido caminando por diversos escenarios hasta llegar a convertirse en una manifestación de arte escénica plenamente actual. Es justo lo que pretende mostrar Rafael Estévez, ideólogo de este espectáculo, una forma de baile plenamente actual de la que se desprende todo ese poso cultural que encierra el flamenco.

Para ello Estévez elabora un curioso repertorio que va de las bulerías salpicadas de zarabanda y chuflas, a las soleares, no sin antes pasar por las cantiñas, las tonás, las seguiriyas, la zambra y los tangos. Todo un reto que El Choro aborda, con el arrojo y la pasión que le caracteriza, con un taconeo poderoso y una expresión corporal repleta de entrega y desplante. Al igual que Gema Moneo, rebosante de genio en la zambra que cantó y bailó en solitario. Ambos son muy jóvenes, les falta colocación y abusan de los remates efectistas, pero les queda todavía mucho que recorrer y sin duda van en camino de convertirse en dos figuras del baile.

Cabe destacar la delicadeza y el buen ritmo de la puesta en escena, para la que Estévez se sirve de un magnífico diseño de iluminación, a cargo de Olga García, unas cuantas sillas y una mesa que los propios músicos mueven por el escenario hasta recrear diferentes ambientes, y un cuadro excelente. Jesús Corbacho sorprendió al respetable dándose el gusto de tocarse él mismo las cantiñas, Moi de Morón estuvo imponente en las seguiriyas y Pepe de Pura convocó a los duendes del flamenco con sus tonás, que El Choro bailó con contención y recogimiento, mostrando un respeto al cante difícil de ver en el baile de hoy en día. Paco Vega nos brindó una percusión repleta de matices y Jesús Guerrero y Juan Campallo nos deleitaron con una sonanta limpia y colorista, delicada y rotunda a un tiempo.

FICHA:

Obra: Bayles de jitanos. Lugar: Teatro Central 21 de septiembre. Dirección, coreografía: Antonio Molina “El Choro”. Dirección artística e idea original: Rafael Estévez. Dirección musical: Guerrero/Campallo/Molina/Estévez. Baile: Antonio Molina “El Choro” y Gema Moneo. Guitarras: Jesús Gurerrero y Juan Campallo. Cante: Pepe de Pura, Jesús Corbacho y Moi de Morón. Toque: Eduardo Rebollá y Sócrates. Palmas: Perico de la Chana y Diego Montoya

Calificación: ***