Una excelente dramaturgia de Lucía Carballal

El teatro Central da la oportunidad al público sevillano de conocer a una de las dramaturgas más interesante del panorama del teatro actual

23 mar 2019 / 10:42 h - Actualizado: 23 mar 2019 / 10:45 h.
"Cultura"
  • Una excelente dramaturgia de Lucía Carballal

Obra: La Resistencia

Lugar: Teatro Central, 23 de marzo

Texto: Lucía Carballal

Dirección: Israel Elejalde

Interpretación: Mar Sodupe y Francesc Garrido

Calificación: ***

“Captar aquello que está en el aire y que aún no hemos verbalizado”. Es uno de los objetivos que se propone la autora de esta obra, Lucía Carballal, quien a pesar de su juventud comienza a confirmarse como una de las dramaturgas más interesantes del panorama del teatro actual.

En esta ocasión la historia gira en torno a una relación de pareja aparentemente muy bien avenida. Tras una larga historia como amantes por fin están a punto de vivir juntos y formalizar su relación. Pero algo no funciona. Y no es que los personajes no tengan claro su destino. De hecho, la primera escena arranca con un diálogo en el que el hombre le cuenta a su amante que ya tiene en su casa un escritorio preparado para ella. Ambos son escritores, pero mientras él es un novelista de prestigio, ella es sólo una escritora de éxito comercial poco reconocida. Esa diferencia es justo lo que desencadenará el conflicto, que no es otro que el de una relación gastada, aunque hasta llegar a reconocerlo los personajes se adentran en un discurso del que se desprende una interesante reflexión sobre diversas cuestiones con las que no resulta difícil identificarse, como la autocensura que impone la dictadura de lo “políticamente correcto”, el micro-machismo que impregna las actitudes de los hombres de determinada generación, el ego de los artistas o la necesidad de autoafirmación de las mujeres de nuestro tiempo, lo que resulta curioso teniendo en cuenta que el texto lo ha escrito una de ellas. Aunque lo más interesante es la estructura de la dramaturgia, la fluidez de los diálogos y la capacidad del relato para atrapar desde la primera escena la atención del espectador y mantenerla hasta la última escena, en la que la historia alcanza un alto grado de emotividad.

Tal vez por ello Israel Elejalde centra su puesta en escena en el texto y su interpretación. Pero, por desgracia, tanto Mar Sodupe como Francesc Garrido llevan a cabo una actuación un tanto impostada y contenida que, de alguna manera, nos distancia de los personajes.