Una ‘Tosca’ muy bienvenida

El Maestranza ha encadenado dos éxitos operísticos consecutivos. A las históricas funciones de Doctor Atomic suma ahora una Tosca llamada a escribir una de las páginas líricas más flamantes de la historia del coliseo.

30 may 2015 / 14:36 h - Actualizado: 30 may 2015 / 14:42 h.
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  • El Maestranza abre el telón de la ópera ‘Tosca’. / Manuel Gómez
    El Maestranza abre el telón de la ópera ‘Tosca’. / Manuel Gómez

‘Tosca’ ****

Teatro de la Maestranza. 29 de mayo. Tosca, de Giacomo Puccini. Intérpretes: Hui He (Tosca), soprano. Jorge de León (Cavaradossi), tenor. Ambrogio Maestri (Scarpia), barítono. Jeroboám Tejera (Angelotti), bajo. Enric Martínez-Castignani (Sacristán), barítono. Francisco Vas (Spoletta), tenor. Alberto Arrabal (Sciarrone), barítono. Jorge de la Rosa (carcelero), barítono. Leonor Bonilla (pastor), soprano. Dirección de escena: Paco Azorín. Vestuario: Isidre Prunés. Iluminación: Pedro Yagüe. Director musical: Pedro Halffter. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Coro del Maestranza. Íñigo Sampil, director. Escolanía de Los Palacios. J. Manuel Busto, director. Coproducción del Teatro de la Maestranza y el Grean Teatre del Liceu de Barcelona.

El Maestranza ha encadenado dos éxitos operísticos consecutivos. A las históricas funciones de Doctor Atomic -más allá de cualquier discusión sobre el título, lo fueron- suma ahora una Tosca llamada a escribir una de las páginas líricas más flamantes de la historia del coliseo. Porque en la noche del viernes brilló el canto y la música orquestal, manteniendo el nivel una más que correcta puesta en escena que, en ocasiones, hasta logró revelar nuevas esquirlas de una obra tan sabida por los melómanos.

Paco Azorín plantea con poca imaginación una Tosca que resuelve eficazmente, sin complicaciones ni relecturas del clásico. Plantea una escenografía oscura, hasta claustrofóbica en el primer acto con una Iglesia de Sant’Andrea negra, artificial, casi de película de horror. Luego los elementos físicos van perdiendo fuerza en detrimento de las emociones, hasta llegar a un tercer acto, igualmente tenebrista, en el que un imposible puente contrasta con una luna de noche de lobos, llevándole la contraria a la protagonista cuando canta Già sorge il sole.

Lo que mejor hace Azorín es iluminar la acción, obra ejecutada por Pedro Yagüe. Esta alcanza su momento más intenso en el final del segundo acto, proyectando una inmensa sombra que llega a oscurecer todo el escenario. El vestuario, de época, algo ramplón en general, no es lo más acertado, por nada destaca. En general, Liceo y Maestranza han adquirido una producción económica que se desenvuelve competentemente y que parece fácilmente amortizable.

La soprano Hui He hace una Tosca llena de intención, espléndida, una lección de canto que justifica por sí sola el regreso del título a Sevilla. Su capacidad de apianar en Vissi d´arte resultó hipnotizadora, tiene una excelente proyección y hace un uso admirable de los reguladores. A su lado, Jorge de León, como Cavaradossi, lució una voz grande, extensa, de agudos seguros. Comenzó con excelencia en la romanza Recondita armonia y abrochó E lucevan le stelle, lleno de emoción e intensidad.

Por presencia escénica y por buen canto Ambrogrio Maestri encarnó al pérfido Scarpia con un ejemplar fraseo, llevando el personaje al paroxismo. A buen nivel el resto del elenco, Jeroboám Tejera, Martínez-Castignani, Francisco Vas -de hermoso timbre y muy en estilo-, Alberto Arrabal, Jorge de la Rosa y Leonor Bonilla. Igualmente aplaudidos fueron los miembros del Coro de la Maestranza y la Escolanía de Los Palacios. Halffter ya lo demostró hace ochos, tiene en Puccini uno de sus mejores aliados; cuidó a lo cantantes pero llevó la orquesta donde quiso, subrayando cada tema, insuflando vida.