Una trompeta hacia el horizonte

El músico franco-libanés Ibrahim Maalouf actúa esta noche en el Lope de Vega

15 feb 2016 / 22:03 h - Actualizado: 16 feb 2016 / 11:07 h.
"Música"
  • El trompetista Ibrahim Maalouf, en una imagen promocional. / El Correo
    El trompetista Ibrahim Maalouf, en una imagen promocional. / El Correo

Hace ya casi cinco años del debut en España de Ibrahim Maalouf (Beirut, 1980), y quienes lo descubrieron en aquel festival de Vitoria-Gasteiz no paran de sorprenderse con su progresión. Esta noche (20.30 horas) actuará en Sevilla, en concreto en el marco del ciclo de jazz del teatro Lope de Vega, para demostrar entre otras cosas que esta música y los árabes no son ni mucho menos mundos separados.

«Cuando trabajo con mi música, no separo las cosas», afirma en conversación telefónica desde París, donde reside. «Simplemente compongo y toco lo que se me ocurre. Ahí noto lo mucho que las cosas están relacionadas, mezcladas, tienen el mismo origen. Por ejemplo, el jazz viene del blues, el blues está hecho de cuartos de tono, y el cuarto de tono viene de África. Las otras músicas de cuarto de tono también vienen de África, así que tenemos puntos en común por esa parte. Luego imagino que cada persona puede hacer su propio análisis. El mío es que venimos del mismo mundo».

Es precisamente el cuarto de tono lo que, como recuerda el joven músico, animó a su padre a introducir una serie de innovaciones en la trompeta que lo llevaron a patentar un nuevo instrumento. «Lo inventó en los años 60, quería tocar música árabe en la trompeta, cosa imposible con las trompetas tradicionales, de ahí que se le ocurrió poner una válvula añadida para ser capaz de tocar cuartos de tono», evoca. «Mi padre me enseñó todo lo que sé en la trompeta. Mi madre tocaba muchísimo el piano en casa, sobre todo música clásica, así que escuchaba mucha de esa música clásica tocada por ella en el piano», agrega.

Esta formación fu decisiva en su trayectoria: «Solía tocar a la vez mucha música clásica y jazz. En realidad nunca he dejado de tocar música clásica, lo único es que en mis álbumes se ponen en la radio y eso, y la gente no sabe lo que hago en el ámbito de la música clásica... Pero sigo trabajando en esto, no lo dejo», comenta.

Fue el traslado con su familia desde Líbano hasta Francia, huyendo de la guerra, lo que acabó de decantar la curiosidad de Ibrahim por el jazz. «Como usted sabe, en Francia les encanta el jazz, lo escuchan mucho y siempre ha habido mucha energía en el jazz allí. Es una larga tradición. Pero no tuve maestros, nunca he estudiado el jazz. Aprendí tocando jazz en big bands, con otros músicos, pero no me considero un jazzman», afirma con humildad.

Sobrino del célebre escritor libanés Amin Maalouf, este joven trompetista ha logrado conformar un sonido propio a base de incorporar sonidos muy diversos (desde la música clásica al jazz, el rock o el funk, pasando cómo no por el acervo de Oriente Medio), así como por un equilibrio perfecto entre la lealtad a la tradición y la modernidad.

«Aunque han querido encasillarme como música bailable, algunas de mis músicas no son en absoluto así, otras sí. No se puede meter la música en ninguna categoría, es completamente libre. A veces es muy nostálgica o triste... Una canción como Beirut no creo que se pueda bailar. Tampoco creo que se pueda bailar al son de algunas otras como True sorry. En mi primer álbum no hay nada bailable. Pero creo que la gente a veces se fija más en lo que más disfruta, y ahí sí hay cosas bailables. Pero insisto, no creo que sea una norma», agrega.

«Para mí, mis álbumes son como libros porque en ellos quiero contar una historia, ése es el significado», prosigue. «No es sólo música por música: intento decir algo. No tengo las palabras, así que le pongo música. Respecto a mi tío, creo que le gusta mi música, porque viene bastante a mis conciertos y también se pone bastante mis discos».

Además de brillar en discos como Diasporas, Illusions o Kalthoum, ha colaborado con un sinfín de estrellas de la música, desde Sting a Salif Keita, Juliette Greco, Tryo o Vanessa Paradis.

Y aunque la música que tocará esta vez en España está inspirada en la cantante egipcia Umm Kulthum, «quizás la cantante árabe más grande y más interesante que el mundo haya conocido nunca», Ibrahim Maalouf reconoce que le tienta mucho la música bajoandaluza por excelencia. «Me encanta el flamenco. De hecho, cuando toco la trompeta siempre meto algo de flamenco en mi manera de tocar», asegura. «Fácil no será, pero me gustaría mucho. ¡Y si vienen músicos flamencos a verme será genial!».