La Compañía de teatro Varuma cumple este mes sus veinte años. Todo un reto teniendo en cuenta que se trata de una compañía independiente. Para celebrarlo su fundador y director, Jorge Barroso, alias “Bifu”, ha escrito ‘...Esa es la Cuestión’, un libro tan instructivo como valiente que fue presentado el pasado martes en el Centro de Documentación Artes Escénicas de Andalucía.
Tras un hermoso prólogo a cargo de Pepe Quero que alude a la libertad creativa y una breve introducción en la que Barroso manifiesta su intención de llevar a cabo una guía ordenada que exponga las claves de su trabajo, el libro se adentra en sus comienzos, en los que hubo una figura decisiva, el escritor Ernesto Crótida con quien aprendió más literatura que en la escuela. Aunque lo que le dio el empuje necesario para aspirar a formar parte de la familia de las artes escénicas fue su encuentro con el colectivo ‘PI 3’14’, donde se integraban una serie de jóvenes que se reunían para compartir sus inquietudes creativas y el estudio e investigación del teatro. Allí se fueron conformando lo que más tarde serían las señas de identidad de Varuma: un nuevo lenguaje escénico que mezcla con delicioso atrevimiento el circo, el teatro, la danza contemporánea y el flamenco.
Pero antes de llegar a eso Barroso aprendió a andar en zancos y montó su primera obra: Re-acción. Se representó una sola vez en el espacio Meteora, pero fue el germen de lo que más tarde sería Varuma, un nombre indio que significa “dios del cielo oscuro, de la noche”. A lo largo de su recién cumplida veintena de vida esta compañía ha ido puliendo su estilo, cada vez más teatral y poético, aunque sin abandonar del todo al circo. Barroso lo explica en este libro mediante un curioso recorrido analítico de todos sus espectáculos por orden cronológico. Lo más interesante es que, más que describir, Bifu analiza las obras contemplando, en primer lugar su metodología de trabajo, lo que le lleva a elaborar en el siguiente capítulo una suerte de guía didáctica sobre los componentes básicos del teatro, tanto técnicos como expresivos: dramaturgia, texto, personajes, el maquillaje, vestuario, escenografía-objeto, iluminación, sonido, movimiento y organización de la producción, así como una serie de ejercicios encaminados a encontrar y potenciar la imaginación y la creatividad, a los que les sigue el apunte de una serie de cuestiones fundamentales a tener en cuenta en el montaje de una obra, como el conflicto, la acentuación, el contraste, el acento o el ritmo, entre otros.
De esta manera, con este libro Barroso logra transmitir todo un caudal de conocimiento adquirido a lo largo de la fructífera trayectoria de Varuma que puede resultar sumamente útil a los artistas noveles. Incluso en lo que se refiere a la gestión y la producción, dos disciplinas que cualquier compañía privada debe asumir si quiere sobrevivir en un mercado como el de las artes escénicas, que en una gran parte depende de un apoyo público que no siempre está bien gestionado.
En ese sentido resulta más que esclarecedor el anexo que cierra el libro, en el que Bifu nos cuenta todas las vicisitudes que él y los miembros de Varuma tuvieron que sufrir para poner en marcha ‘La Carpa’, un proyecto cultural tan innovador como rompedor que a pesar de todos sus esfuerzos estuvo a punto de acabar con la compañía. Y todo por no haber podido contar con el apoyo del Ayuntamiento y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, cuyos gobernantes no supieron valorar su evidente rentabilidad artística, social, e incluso económica, a pesar de que llegó a aglutinar 17 colectivos y cuenta en su haber con significativos premios nacionales e internacionales.