La Liga no está hecha para equipos blandos (2-3)

LA CRÓNICA. El conjunto verdiblanco sufre su segunda derrota consecutiva en el Villamarín a pesar de dominar durante gran parte del choque a la Real Sociedad, que se benefició de la fragilidad defensiva de su rival

03 mar 2017 / 20:24 h - Actualizado: 04 mar 2017 / 18:38 h.
"Real Betis"
  • Los jugadores de la Real celebran un gol detrás de Sanabria, que marcó por segunda jornada consecutiva / Manuel Gómez
    Los jugadores de la Real celebran un gol detrás de Sanabria, que marcó por segunda jornada consecutiva / Manuel Gómez

El Betis de la debilidad defensiva y de los errores que son regalos para sus rivales, el Betis blando que nunca arregló Gustavo Poyet, ha vuelto. El equipo ahora dirigido por Víctor pecó de lo que parecía que había dejado de pecar con el cambio de entrenador y confirmó su atasco en el Villamarín, donde no gana desde principios de enero. Son ya dos derrotas consecutivas y cinco encuentros sin ganar delante de su pacientísima afición, a la que los suyos no le dan dos alegrías seguidas. La Real Sociedad, un gran equipo que sin embargo jugó al tran tran, aprovechó la conjunción de esos factores y salió de Heliópolis con tres puntos por los que el Betis luchó, en efecto. Pero de nada le sirvió el despliegue de Dani Ceballos ni su esfuerzo ofensivo. Si todo se viene abajo en cuanto tu enemigo se acerca a tu área, no hay nada que hacer. La Liga no es para conjuntos blandengues y el Betis, ahora mismo, lo es. Otra vez.

La Real entró tan fuerte en el partido que a los 10 segundos ya había generado su primera aproximación a Adán, un peligroso remate de Bautista que interceptó Pezzella. Ni siquiera había dado tiempo de discernir el dibujo verdiblanco, de nuevo novedoso. Víctor escoró a Dani Ceballos a la izquierda y adelantó a Petros casi a la altura de Jonas Martin para la presión sobre la salida del balón visitante, con Brasanac como ancla defensiva. El sistema funcionó... cuando el jugador franquicia, el 10, se dejó de experimentos y tendió al centro. El problema, uno de ellos, es que Dani Ceballos no puede correr lo mismo que todos sus compañeros de la medular y, al mismo tiempo, multiplicar por diez el fútbol que crean todos los demás juntos. El chaval es buenísimo y le encanta la responsabilidad, pero un equipo no puede ser un solo futbolista. Y en este tramo de la temporada, la falta de acompañamiento y de calidad a su lado es brutal.

El otro problema, el principal anoche, es que el Betis fue pura indecisión cada vez que su oponente se aproximó a su área. Y además ocurrió desde el principio. En el segundo acercamiento donostiarra se produjo la primera: nadie salió a tapar el centro de Zurutuza, nadie cuidó de Bautista y semejante despropósito sólo podía acabar en el 0-1. El Betis reaccionó bien y pronto: Dani Ceballos empezó a organizar todo desde todas partes y en una de sus muchas incursiones, ahora por la derecha, llegó el empate, un golazo de Mandi con una volea a la media vuelta y en el aire.

Del intercambio de golpes salió favorecido el Betis, o eso pareció. La posesión pasó a ser de su propiedad y la Real se dejó querer. Sanabria, que sustituyó al lesionado Jonas Martin, disfrutó de una gran ocasión, pero sólo tuvo milésimas de segundo para reaccionar tras un rechace de Rulli. Y vuelta a lo mismo: en el 26’, el balón se paseó de lado a lado del área bética y Xabi Prieto empalmó un magnífico derechazo a la escuadra. Imposible ganar así ante un aspirante a la Liga de Campeones.

El Betis notó el segundo golpe y la Real casi sentenció la contienda con un fuerte zurdazo de Yuri que se topó con una buena estirada de Adán. Repuesto ya del susto, el conjunto heliopolitano resucitó, siempre al calor del aliento de Ceballos, y pasados unos minutos reemprendió el camino de la igualada. De hecho, hasta cuatro ocasiones creó antes del empate, todas con la firma de Sanabria: un centro de Brasanac que despejó Yuri in extremis ante el punta, un mal remate en una posición muy franca, otro chut que un defensa salvó a última hora y, por último, un derechazo al larguero tras una buena combinación entre Mandi y Rafa Navarro. A la quinta llegó el 2-2, fruto de una buena jugada y un excelente centro de Rubén Castro desde la línea de fondo que el guaraní cabeceó a placer.

La alegría y la esperanza de remontar le duraron al Betis el tiempo que tardó la Real en volver a rondar su área. En cuanto lo hizo, gol que te crio. Internada de Oyarzabal, con una autopista por la izquierda, centro que Tosca mide mal y cabezazo de Xabi Prieto, que sin hacer nada del otro mundo se marchó a casa con un doblete. Así era imposible. Ya podía dominar el Betis todo lo que quisiera y ya podía Dani Ceballos correr todo lo corrible, que cualquier esfuerzo estaba condenado a ser baldío con semejantes facilidades. Y al tercer golpe, además, el Betis desapareció. En el último cuarto de hora sólo se acercó una vez a Rulli, que repelió un remate de Rubén. El resto del tiempo estuvo corriendo detrás de la pelota, cansado e impotente. Como su afición.

REAL BETIS: Adán; Rafa Navarro, Mandi, Pezzella, Tosca, Durmisi; Petros (Joaquín, m. 66), Brasanac (Donk, m. 86), Jonas Martin (Sanabria, m. 21), Dani Ceballos; y Rubén Castro.

REAL SOCIEDAD: Rulli; Odriozola, Raúl Navas, Iñigo Martínez, Yuri; Illarra, Zurutuza (Granero, m. 81); Xabi Prieto, Vela, Canales (Oyarzabal, m. 66); y Bautista (Rodrigues, m. 76).

Goles: 0-1, m. 9: Bautista. 1-1, m. 15: Mandi. 1-2, m. 26: Xabi Prieto. 2-2, m. 65: Sanabria. 2-3, m. 73: Xabi Prieto.

Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó a Yuri (39’), Pezzella (54’), Illarra (78’), Joaquín (78’), Víctor Sánchez del Amo (82’), Donk (94’) y Dani Ceballos (94’).

Incidencias: partido correspondiente a la 26ª jornada, disputado en el estadio Benito Villamarín ante 29.612 espectadores.