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Mucho ruido y pocas nueces

Un Betis carente de identidad e inoperante en el centro del campo dio un paso atrás en Anoeta, donde Poyet decidió sustituir a Rubén Castro y Joaquín con el resultado en contra. Adán volvió a ser el mejor de los suyos y salvó al equipo de un resultado abultado

01 oct 2016 / 11:37 h - Actualizado: 01 oct 2016 / 11:42 h.
  • Joaquín, que ayer volvió a ser el capitán en Anoeta, vive uno de los mejores estados de forma que se le recuerdan desde su retorno al Betis. Sin embargo, Poyet decidió sustituirlo en el segundo tiempo.
    Joaquín, que ayer volvió a ser el capitán en Anoeta, vive uno de los mejores estados de forma que se le recuerdan desde su retorno al Betis. Sin embargo, Poyet decidió sustituirlo en el segundo tiempo.
  • Piccini erró en la marca del gol, dejando solo en el área a Carlos Vela, que remató sin oposición ante Adán.
    Piccini erró en la marca del gol, dejando solo en el área a Carlos Vela, que remató sin oposición ante Adán.
  • Iñigo Martínez lucha por el balón con el delantero del Real Betis, Alex Alegría, de lo poco salvable del equipo.
    Iñigo Martínez lucha por el balón con el delantero del Real Betis, Alex Alegría, de lo poco salvable del equipo.
  • Petros, uno de los más impetuosos en el centro del campo, no fue capaz de frenar a Zurutuza e Illarramendi en la zona ancha.
    Petros, uno de los más impetuosos en el centro del campo, no fue capaz de frenar a Zurutuza e Illarramendi en la zona ancha.
  • El entrenador del Betis criticó duramente el juego de su equipo tras la derrota a manos de la Real Sociedad.
    El entrenador del Betis criticó duramente el juego de su equipo tras la derrota a manos de la Real Sociedad.

En 1993, el británico Kenneth Branagh protagonizó y dirigió la adaptación de la comedia de William Shakespeare que da título a este artículo. Una obra basada en el amor y el daño que los malentendidos pueden causar. Argumento que viene al pelo tras lo visto ayer en Anoeta. Desconozco si el malentendido que ha causado la renovación de Rubén Castro en torno a los años de contrato ha apagado a la estrella, o si creían que el amor confeso del canario a la camiseta de las trece barras era suficiente. Seguramente ni una cosa ni la otra. Pero algo sí me queda claro: Rubén tiene que estar siempre, sobre todo con el resultado en contra. Es el mejor, aunque alguno todavía no quiera verlo, y sus goles son el único combustible para este barco. Cuando no está, se nota. Y ayer se pudo comprobar. No suele ser sustituido, sin embargo, Poyet optó por quitarlo mucho antes de que terminase el partido para dar entrada a Nahuel, que debutaba en verdiblanco. Sólo ellos saben a qué podría deberse el cambio, pues intuyo que usted que lee, tampoco lo entiende. Como no entiende nadie el estrés al que se ha sometido al mejor de los de verde.

Demasiado ruido en torno al killer y eso, pasa factura. Lo avisó el entrenador en la previa del partido y no se equivocó. Pensar que el equipo podía relajarse después de ganar al Málaga era un error. Y así fue. Porque el equipo no salió enchufado como aquel día. Ahí puede que radique la diferencia entre uno y otro partido. La pólvora de Rubén o el zarpazo de Alegría o Joaquín no aparecen si no se construye detrás de ellos. El Betis sufrió en demasía en el centro del campo, donde estuvo siempre forzado. No dominó la posesión y cuando la tuvo, la perdió rápido. Ceballos no está en su mejor momento y aunque fue todo voluntad –recorrió 13 km durante el partido, el que más de su equipo–, no puede cargar con el peso del centro del campo. Petros y Felipe no lo ayudaron; Brasanac cuando entró, tampoco.

Para encontrar el fruto, primero hay que encontrar el estilo. Pocas nueces, y ruido, mucho ruido. Así es difícil