Otra junta repleta de incógnitas

Los accionistas del Betis examinan la gestión y las cuentas del consejo y la integración del baloncesto. Castaño afirma que no buscará el cese del consejo. ¿Qué hará Farusa?

30 dic 2016 / 08:45 h - Actualizado: 29 dic 2016 / 22:40 h.
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  • José Miguel López Catalán, Manuel Castaño y Ángel Haro, antes de la junta del 23-S / Manuel Gómez
    José Miguel López Catalán, Manuel Castaño y Ángel Haro, antes de la junta del 23-S / Manuel Gómez

El Betis celebra esta noche (20.00 horas) su junta ordinaria anual de accionistas. Si hay quórum (25% del capital social), como parece, los béticos demostrarán si están muy, poco o nada de acuerdo con lo que sus dirigentes están haciendo con su club, que en lo deportivo nada en medio de la mediocridad y en lo económico presenta mejores prestaciones. El aprobado es tan incierto como la posibilidad de que el principal bando opositor, Farusa más Manuel Castaño, tercie en algún momento y pida que se vote el cese del consejo. El abogado afirma que él no lo hará.

Como en cada junta de accionistas desde que salió del gobierno del club, en 2010, otro de los interrogantes es si Manuel Ruiz de Lopera acudirá a la sala. No es lo habitual, la verdad. Pero sí suele haber algún representante de ese 19,96% que el Betis mantiene inscrito a nombre de Farusa. Eso significa que Bitton Sport, si se presenta en la junta, no lo hará con ese porcentaje. En este caso, la incógnita es a posteriori. Es decir, qué hará Luis Oliver después de no ser inscrito a pesar de que el Juzgado de Primera Instancia número 10 sentenció en junio que la venta de hace seis años fue real, con lo que ese 19,96% no intervenido por el Mercantil es suyo.

Vayan quienes vayan en su nombre, la pregunta es qué hará Farusa, en teoría en alianza con Castaño, dueño de aproximadamente el 5%. El exconsejero votará en contra de todo, en especial la gestión del consejo, las cuentas y la compra del Baloncesto Sevilla, pero no propondrá el cese del consejo. «Por beticismo y responsabilidad», alega.

Aunque se libren del peligro de que los accionistas pongan fin a su proyecto esta misma noche, Ángel Haro y José Miguel López Catalán tienen que sacar adelante su gestión y las cuentas, con un superávit de 3,9 millones en el que tiene mucho que ver el traspaso de N’Diaye al Villarreal, que el consejo incluye en el ejercicio 2015-16 a pesar de que la venta fue oficial el 8 de julio. Es incierto el apoyo que recibirán, pero a priori se antoja difícil que alcance los niveles de las dos últimas asambleas (27,4% el 23-S y cerca del 29% el 17-D).

Los dos consejeros delegados del Betis, con las acciones a su nombre, se aproximan al 10%, pero desde hace semanas están metidos en una campaña para recoger títulos de otros accionistas y en los últimos días han intensificado esa iniciativa. Deslizan que ya disponen del 22%. Ese porcentaje, en teoría, sería insuficiente frente al 25% de Farusa y Castaño, de ahí la importancia de saber si se producirá esa unión. De todas formas, al igual que en las dos últimas asambleas, los actuales consejeros delegados del Betis esperan que ya en la sala se unan a su causa otros accionistas importantes, entre ellos Por Nuestro Betis (3%), que ayer revisó su estrategia de voto.

El orden del día se completa con el cambio de auditores (Ernst&Young); la votación del presupuesto de la temporada 2016-17 (casi 70 millones); la votación de la compra del 99,99% del capital social del Baloncesto Sevilla y la integración del fútbol sala; y la aprobación de un importante cambio en los estatutos sociales para reducir a diez a cinco el número de títulos necesarios para asistir a las juntas.