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Instante del partido disputado este domingo en Villarreal. / Efe
Definitivamente, resulta difícil a qué atenerse con este Sevilla de Eduardo Berizzo. Si el pasado martes protagonizaba una brillante segunda parte y conseguía empatar un encuentro que perdía por 0-3 frente al Liverpool, este domingo, tras otra mala primera parte a la que siguió otra gran segunda mitad, no sólo neutralizó un importante resultado adverso (2-0) sino que incluso lo remontó para ganar con goles de Lenglet, Franco Vázquez y Banega en el campo del Villarreal y pedir paso en la lucha por los puestos de Liga de Campeones.
Así es este Sevilla: imprevisible. Le queda mucho trabajo por delante, es evidente, pero sigue avanzando mientras pone en jaque, día sí y día también, el corazón de sus seguidores. Mejor será que nadie se marche del estadio ni del sofá antes de tiempo. A base de crecer sobre sus propios errores y de amor propio, el conjunto de Berizzo parece decidido a ser protagonista como sea. Y en La Cerámica lo fue para bien, con una segunda parte en la que le salió todo y vio cómo su rival se quedaba sin pólvora ni solvencia a la hora de frenar sus acometidas.
Que el Sevilla tiene un serio problema a nivel defensivo es algo que todo el mundo observa. La cuestión es saber cuándo le pondrá fin o si será capaz de mostrar una pegada tal que le permita sacar adelante los partidos a base de hacer goles y neutralizar de esta guisa los del rival. Esto último no parece fácil y quizá más valdría preocuparse por espabilar –e incluso reforzarse– para poder jugar con un cierto equilibrio, aunque visto lo visto... nada parece imposible con este Sevilla que pasa de la nada al todo como por arte de magia. Todo lo que no sea encontrar ese equilibrio supondrá seguir jugando a la ruleta rusa, por mucho que se pregone un fútbol de posesión, pero hasta entonces el equipo sigue superando etapas.
Marcharse al descanso perdiendo por un gol de desventaja bien podría considerarse como un buen resultado. El equipo de Javi Calleja, que venía de jugar el pasado jueves en Kazajistan y dispuso de mucho menos tiempo de recuperación que el de Berizzo, salió a por todas y a fe que pudo encarrilar el encuentro en el primer acto.
Ganando todos los duelos por intensidad, replegándose mucho mejor y atacando con inteligencia, el Villarreal tardó apenas veinte minutos en batir a Sergio Rico. Lo consiguió en una demostración clara de que esto es para listos y que quien se duerme no puede aspirar a grandes cosas. Un saque de banda permitió a Bacca recibir el balón, esquivar a dos rivales de un plumazo, enviarlo a la banda derecha por donde entraba Fornals sin oposición y ver cómo Bakambu, solo como la una, marcaba a placer sacando los colores a los nervionenses.
Fácil, muy fácil resultó para el Villarreal zarandear a un Sevilla que lo intentó con sendos disparos de Sarabia (12’) y Correa (20’) repelidos por los zagueros locales. El argentino fue una de las novedades de Berizzo, que dio también la titularidad, entre otros, a Muriel. Suya fue precisamente la ocasión más clara hasta el descanso, invalidada por fuera de juego inexistente cuando se quedaba solo ante Barbosa tras una buena jugada de Sarabia (23’). Como solo estuvo Bacca poco después, cuando envió fuera un remate tras recibir dentro del área.
No perdonaría, sin embargo, el exsevillista tras la reanudación. Un saque de esquina a favor de los de Berizzo fue despejado por la defensa, Banega enganchó mal la pelota y ésta terminó llegando a pies de Bacca, quien, por velocidad, dejó atrás a Carole, sorteó a Sergio Rico y marcó el 2-0 (52’). Un gran gol.
Todo se complicó sobremanera para el Sevilla. Sin embargo, lejos de hundirse, recordó que hace sólo unos días perdía 0-3 con el Liverpool y terminó empatando. Pues bien: en cuestión de dos minutos igualó el 2-0 de los castellonenses. Lenglet, cabeceando una falta puesta en juego por Banega (56’); y Franco Vázquez, disparando de rosca desde la frontal tras una acción rápida con pase de Carole sin que Barbosa lograra desviar la trayectoria del balón (58’), pusieron el encuentro al rojo vivo.
No quedó ahí la reacción. Con Krohn-Dehli en el campo tras sustituir a Vázquez y Rodri –uno de los pilares del Villarreal– sustituido por problemas estomacales, el Sevilla dio la vuelta al partido tras una internada de Mercado, quien fue derribado dentro del área por Víctor Ruiz, expulsado con su segunda amarilla. Banega no desaprovechó el lanzamiento de penalti (78’). Jugando con un hombre más, el Sevilla logró hacer valer su renta pese a los intentos de Bakambu y Bacca. Un triunfo labrado también a base de orgullo. Nunca se rinde.
FICHA TÉCNICA
2. Villarreal CF: Barbosa, Mario Gaspar, Álvaro, Víctor Ruiz, Jaume Costa; Rodrigo (Ramiro, m.48), Roberto Soriano (Sansone, m.68), Trigueros (Pau Torres, m.84), Fornals; Bakambu y Bacca.
3. Sevilla FC: Sergio Rico, Mercado, Geis, Lenglet, Carole; Banega, Pizarro; Sarabia (Jesús Navas, m.90), Franco Vázquez (Krohn-Dehli, m.68), Correa; y Muriel (Ganso, m.92).
Goles: 1-0, m.19: Bakambu. 2-0, m.53: Bacca. 2-1, m.56: Lenglet. 2-2, m.58: Vázquez. 2-3, m.78, Banega, de penalti.
Arbitro: Alberola Rojas (Comité de Castilla-La Mancha). Amonestó por el Villarreal a Ramiro y Costa; y por el Sevilla a Pizarro, Correa y Banega. Expulsó al local Víctor Ruiz por doble amonestación en el minuto 78.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 13ª de LaLiga disputado en La Cerámica ante unos 19.000 espectadores. En los prolegómenos del encuentro, Bakambu recibió el trofeo al mejor jugador de la Liga del mes de octubre. Los jugadores del Sevilla saltaron la terreno de juego con una camiseta con la leyenda ‘Fuerza míster’ y el Villarreal con «#AguanteToto». Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la violencia machista y del expresidente del Valencia Jaume Ortí.