Así se dibuja la transición

En el asunto de la salida de Monchi del Sevilla con destino la Roma las cartas están sobre la mesa desde principios de año. Tras la noticia publicada por El Correo de Andalucía acerca de la decisión final del director deportivo sevillista y la elección de su nuevo club, los acontecimientos se han ido sucediendo bajo la hoja de ruta entonces expuesta: el deseo inicial de Monchi de finalizar su trabajo en Nervión en enero quedó pospuesto para la recta final de la temporada, en la que ya nos encontramos. La noticia publicada el lunes por Sky Sport Italia acerca de la definitiva reunión que ayer mantuvo el de San Fernando con varios dirigentes de la Roma en Londres hace ver que el definitivo carpetazo a tan espinoso asunto puede ocurrir en los próximos días.

Quedan por esclarecer varios aspectos. Primero, cómo será la rescisión del contrato de Monchi, el cual tiene como fecha de finalización junio de 2020. Es decir, si el todavía dirigente sevillista hará o uso de la cláusula resolutoria, de al menos 2,5 millones en estas fechas –el verano pasado eran cinco–. Monchi siempre ha negado tal posibilidad, aunque no todos en el consejo de administración del Sevilla ven con buenos ojos acceder a su libertad gratuita. Este periódico ha podido conocer que un importante despacho de abogados de Sevilla, vinculado con un exconsejero de la entidad de Nervión, lleva tiempo gestionando este asunto con el contrato de Monchi en la mano.

La segunda de las grandes preguntas es cuándo lo comunicará el Sevilla. A falta de diez partidos para la finalización de la temporada, se habla más del futuro de una de las personas más importantes del club que del propio devenir deportivo del equipo, que se juega asegurar su plaza en la próxima Liga de Campeones. El plan prestablecido era anunciarlo alrededor de la Semana Santa. El bache por el que atraviesa el equipo de Jorge Sampaoli, con la eliminación contra pronóstico frente al Leicester en la Champions y el negro mes de marzo en la Liga, lo ha retrasado todo. La labor de un director deportivo no empieza nunca tras acabar un curso, sino que lo hace mucho antes –de ahí la voluntad de Monchi de irse tras el mercado invernal, en el que el Sevilla de amplió el margen de maniobra tras ser consciente de que sería la última ventana con el director deportivo al frente–.

Y una tercera cuestión, la más importante: ¿cuál es el plan del Sevilla para reorganizar su dirección deportiva? Tal y como adelantó El Correo también el pasado mes de enero, el proyecto pasa por una palabra: continuidad. De esta forma, el sustituto está ya elegido: Óscar Arias, hasta la fecha mano derecha de Monchi como responsable del fútbol de élite y apoyo al primer equipo. El resto de los 15 integrantes actuales de la dirección deportiva seguirán y verán sus contratos renovados –todos acaban el 30 de junio su vinculación contractual con el Sevilla–. En las últimas horas, en Italia se ha especulado con la posibilidad de que Monchi se lleve a Roma a Miguel Ángel Gómez, coordinador general del personal, de la infraestructura y de los ojeadores. Por el momento, parece que no pasan por ahí los planes de Monchi, que no quiere tocar piezas de su Sevilla, aunque no habría que descartar nada.

Muy pendiente de todos los acontecimientos sigue Jorge Sampaoli, quien ha dejado caer ya en más de una ocasión que su futuro, pese a que el contrato que firmó expira en 2018, depende de cómo sea el Sevilla después de Monchi. El entrenador argentino quiere tener un protagonismo mayor en la toma de decisión final a la hora de fichar jugadores. Monchi lo tenía muy claro en este asunto: una de sus reglas sagradas siempre fue la de separar la dirección técnica de la deportiva, es decir, el entrenador propone el perfil y la dirección deportiva da con los jugadores adecuados. El entrenador argentino llegó a decir que «según el proyecto futbolístico que tenga el Sevilla estaré para ayudar o no. Me siento útil, querido, respetado. Me gustaría que se quedase Monchi, pero no es una condición para que yo me quede. El club y todos nosotros debemos hacer un esfuerzo para que el escudo esté lo más alto posible».

Así se está dibujando el nuevo Sevilla, que también sondea el mercado de directores deportivos y secretarios técnicos para apuntalar el nuevo organigrama con una figura reconocida que refuerce a Arias y Gómez, las dos cabezas visibles de un equipo de trabajo que presume de funcionar de memoria.