El Sevilla 365 días después

Hace un año era 12º y con las cosas peores en la Champions League

05 oct 2016 / 06:36 h - Actualizado: 05 oct 2016 / 18:07 h.
"Sevilla FC","Unai Emery","Sampaoli"
  • Sampaoli da instrucciones durante un partido. / Manuel Gómez
    Sampaoli da instrucciones durante un partido. / Manuel Gómez
  • Unai Emery, en un partido con el Sevilla la temporada pasada. / M. Gómez
    Unai Emery, en un partido con el Sevilla la temporada pasada. / M. Gómez

Llegados al segundo parón de la Liga, el Sevilla se encuentra en una situación bastante diferente a la que tenía el curso pasado a la misma altura. Hace 365 días, Unai Emery comandaba a un equipo con muchas caras nuevas, toda una constante en su currículum y en el pasado reciente del Sevilla. Ahora tiene los mandos Jorge Sampaoli quien, sin haber creado un equipo con todas las señas de identidad prometidas, sí que ha aportado un giro sensible a la manera de afrontar los partidos, teniendo igualmente que armar un bloque con numerosos futbolistas fichados y otros vendidos.

Los cambios son evidentes en el estilo, pero también en el rendimiento que, hasta la fecha, está arrojando el Sevilla. Hace un año, el conjunto nervionense comenzaba su lenta recuperación saboreando dos triunfos consecutivos, el último de gran repercusión, pues los de Unai Emery derrotaron nada menos que al Barcelona en la jornada 7, en un partido disputado en el Ramón Sánchez-Pizjuán (2-1). Una semana antes, también en Nervión, había ganado al Rayo Vallecano (3-2), lo que le permitía sumar ocho puntos y respirar algo desde el duodécimo lugar de la clasificación, pues el Sevilla llegó a ser colista en la jornada 5.

Ahora Sampaoli ha colocado al equipo hispalense tercero de cara a este paréntesis por los compromisos de las selecciones. El Sevilla acumula 14 puntos, en uno de los mejores arranques de su historia, y está sólo a uno del Atlético de Madrid, líder del campeonato liguero y empatado a puntos con el segundo, el Real Madrid. Los colchoneros serán el próximo rival de los de Sampaoli en el Sánchez-Pizjuán–.

Con evidentes altibajos, el Sevilla actual apuesta por una posesión que impida que el rival aproveche los espacios que su despligue posicional ofensivo deja atrás. El de la época final de Unai Emery encontró rendimiento juntando líneas atrás y dejando que el rival, al menos fuera de casa, abusara de la posesión del esférico para así trazar contragolpes mortíferos, gracias al equilibrio de Krychowiak en la medular y a la pegada de Gameiro. El de Sampaoli no goza todavía de un jugador del aporte goleador del delantero francés, pero sí ha descubierto, en el otro área, a un Sergio Rico mucho mejor que el que disfrutó Emery. El resto de la base del equipo del técnico argentino son mayoritariamente jugadores que ya estaban –N’Zonzi, Vitolo, Pareja–, con la aportación de más a menos de Franco Vázquez y de menos a más de Mercado, Nasri y Ben Yedder.

También el Sevilla del curso pasado estaba en la Champions League. En un grupo más fuerte que el de este año, los de Emery habían jugado también en Turín, donde completaron uno de los peores partidos de la temporada. Este año Sampaoli apostó por un planteamiento también muy defensivo, pero a la vista está que más efectivo. Los de Unai habían aprovechado antes la crisis del Borussia de Monchengladbach para golearlo (3-0), por lo que eran segundos de grupo empatados a tres puntos con el City. Hoy los de Sampaoli afrontan la fase de grupos con más opciones, a priori, de pasar: también son segundos pero con cuatro puntos –merced a ese empate rascado ante la Juve–, con uno de ventaja respecto a su máximo rival, el Olympique de Lyon.

Las Supercopas dejaron sensaciones encontradas tanto para Emery como para Sampaoli. Los dos estuvieron cerca de ganar la de Europa, aunque el Sevilla actual, que también jugaba la de España, no tuvo ni una sola opción ante el Barcelona. La estabilidad en puntos amortigua hoy la incertidumbre, por desconocimiento, que no había con Emery, cuyos equipos casi siempre fueron de motor diesel.