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El tráiler no está nada mal (2-2)

Partidazo de Sevilla y Barça en Nervión como preludio de la final de la Copa del Rey. El equipo nervionense desperdició un 2-0 que empató el Barcelona en el 88’ y en el 89’.

31 mar 2018 / 23:06 h - Actualizado: 01 abr 2018 / 00:18 h.
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  • Franco Vázquez celebra el 1-0. / M. Gómez
    Franco Vázquez celebra el 1-0. / M. Gómez

El Sevilla acaba la jornada 30 con un mal sabor de boca tras dejar escapar la victoria en los últimos instantes ante el Barcelona, que se salvó por dos acciones en un minuto de la primera derrota de la temporada. Sin embargo, el regusto que dejará este partido en Nervión se valorará con el paso de las horas. El Sevilla supo competirle y superar al Barça durante buena parte del partido, permitiéndose el lujo de desperdiciar numerosas ocasiones de gol, sobre todo en la segunda parte. Defendió muy bien y trazó contragolpes espectaculares a los que sólo les faltó la guinda del gol, el grosero defecto de esta plantilla que se empeña en los milagros. Visto así, es buena dosis de autoestima antes de retar al Bayern de Múnich. Pero esa será otra historia.

El caso es que el Sevilla se veía ya con los tres puntos en el bolsillo, merced a un gol del Mudo en la primera parte y otro de Muriel, con ayuda de Umtiti, al volver de los vestuarios. Con las líneas muy juntas y lanzando contras peligrosísimas, el equipo de Montella resistía a un Barça que asustaba pero al que le costaba crear peligro de verdad, pese a recurrir a Messi en el 58’. Kjaer había secado a Luis Suárez salvo en una jugada en los primeros minutos, pero nada pudo hacer ante el instinto del uruguayo, que cazó un rechace en el área para poner el 2-1 en el 88’. Un minuto antes de que dejara pasar un balón en la frontal para que Messi lanzara su tiro favorito, una elíptica perfecta que llegó a tocar Rico pero no evitó el 2-2.

La justicia son los goles y ambos marcaron dos, pese a que Rakitic y Luis Suárez dieran en los postes, Piqué salvara en la línea, Kjaer casi lo imitara ante Suárez, Ter Stegen le hiciera un paradón a Navas, Sergio Rico detuviera dos disparos envenenados al uruguayo, Layún disparara desviado en lugar de pasar a Muriel en un dos para uno y Piqué volviera a salvar ante un Muriel desesperado y desesperante. Una locura de segunda mitad en la que sevio cómo el Sevilla puede hacerle daño al más pintado pese a sus dudas en la portería y la nefasta puntería de sus atacantes.

Pero la primera parte fue igual de vibrante. Sin fútbol exquisito pero sin un solo respiro. Empezó el cuadro andaluz presionando muy arriba cuando el Barça intentaba salir con el balón jugado (hubo momentos de Kjaer presionando a Coutinho cerca del área azulgrana), pero la calidad de los de Valverde, liderados por un Coutinho que durante 15 minutos parecía Messi, le mandó un mensaje al Sevilla: cuidado que te cojo. Suárez se lo dijo a Kjaer regateándolo en el área antes de que Rico parara su disparo e Iniesta se lo repitió al portero sevillista con una vaselina desde lejos tras error grosero de Rico en el pase. El tercer aviso, inusual en un equipo de la pegada del Barcelona, fue de nuevo de Suárez, con quien Jordi Alba hizo la habitual con Messi: pase atrás y remate a la primera desde el punto de penalti. El balón rozó el poste.

Pero a partir del cuarto de hora, el Sevilla reaccionó en el centro del campo. Nzonzi empezó a imponerse y ayudó a Banega en la distribución. Las combinaciones empezaron a ser eléctricas, nada de tocar por tocar. Y así cogió el equipo de Montella a la contra varias veces al de Valverde. Navas fue un puñal por la derecha. Primero sirvió un balón medido a Correa en el segundo palo, pero el argentino controló y se le echó encima Sergi Roberto. Después el palaciego le pondría un centro perfecto de nuevo a Correa quien, entrando desde atrás sólo tenía que colocarla. La envió fuera. Igual que Muriel a un metro de la línea, también de cabeza. Si fue sorprendente la falta de pegada del Barça en el cuarto de hora inicial, nadie se podía alarmar por lo que fallaba el Sevilla. Un día más en la oficina.

Sin embargo, en otra contra sevillista, esta vez Correa pensó dentro del área y envió un centro raso certero a Franco Vázquez, quien remató flojo ante Ter Stegen pero a gol. Estaba tan cerca del portero que éste no pudo reaccionar. Tras el gol intentó reaccionar el Barça ante un Sevilla que se agazapaba para intentar robar y salir en estampida. Sergio Rico no se atrevió a salir en una falta sacada por Iniesta y Umtiti casi toca a gol. Después Piqué, tras un centro que había tocado en Lenglet, no acertó a rematar casi en la línea. Increíble lo que erró el central internacional. Se había librado el Sevilla de encajar el 1-1 y de verse, además, en inferioridad, pues Mercado hizo una dura entrada a Coutinho teniendo una amarilla.

La primera decisión de Montella para la segunda parte fue introducir a Layún en lugar del internacional argentino. El partido no había cambiado en nada, con un Sevilla valiente y pleno de confianza que encontró el premio en una buena combinación de Muriel con Correa al borde del área. El argentino no controló bien pero cogió el balón Escudero, que lanzó un misil a Ter Stegen. El rechace le cayó a Muriel, quien disparó horrible pero con la suerte de que Umtiti la rozó y despistó al portero. Ni eso le dio confianza al colombiano, capaz de asombrar por lo bien que juega fuera del área pero de desesperar por su candidez dentro de ella.

A partir de ahí, el Sevilla se echó atrás y lanzaba misiles. El primero, Navas, quien se plantó ante Ter Stegen: tras regatearlo poco ortodoxamente disparó, pero salvó Piqué en la línea. El rechace cayó en Franco Vázquez, quien la envió fuera buscando la escuadra. Increíble. Valverde recurrió a Messi (58’), pues Coutinho y Dembelé eran más artificio que otra cosa y Luis Suárez no encontraba amigos. Pero la entrada del astro argentino apenas cambió el panorama. El equipo de Montella estaba tan bien colocado que apenas apareció hasta la jugada del 2-2 (89’). En cuanto robaba el Sevilla, el Barça temblaba. Tras una desaplicación de Layún y el tiro posterior de Luis Suárez al poste, Muriel se la jugó en otro contragolpe aun teniendo a Navas y Correa abiertos. Disparó fuera. A la siguiente, el colombiano se la dio a Banega, pero su tiro fue endeble. A la tercera seguida, el disparo del colombiano dio en la red por fuera, por el lateral.

Agachaba la cabeza, pero Ben Yedder seguía en el banquillo. Montella veía que la manera de jugar con 2-0 era más propicia para las carreras de Muriel. La sensación de que el Sevilla acabaría pagando el derroche de ocasiones falladas hizo que Montella introdujera a Pizarro por Correa. La siguiente contra de área a área la tiró fuera cruzada Layún, teniendo a Muriel solo muy cerca. Después sería Navas, con un tiro alto por poco, antes del paradón antes reseñado que le hizo Ter Stegen y antes de que se marchara tocado. Incluso hubo tiempo para otra ocasión clara del Sevilla, tras recuperación de Franco Vázquez, pase final de Nolito y estirada oportunísima de Piqué ante Muriel, que parecía que iba a romper a llorar. Los últimos minutos fueron demoledores para el Sevilla: Rakitic peinó al palo, Luis Suárez remachó el 2-1 y Messi apareció como el salvador desde lejos. No ganó el Sevilla, pero jugando así es capaz de extender este milagro de luchar con los más grandes siendo débil en las dos porterías.

FICHA TÉCNICA

Sevilla: Sergio Rico; Mercado (Layún, m.46), Kjaer, Lenglet, Escudero; Nzonzi, Éver Banega; Jesús Navas (Nolito, m.82), Franco Vázquez, Correa (Pizarro, m.72); y Muriel.

Barcelona: Ter Stegen; Sergi Roberto, Piqué, Umtiti, Alba; Rakitic, Paulinho (Denis Suárez, m.76), Iniesta (Paco Alcácer, m.82), Coutinho, Dembélé (Messi, m.57) y Luis Suárez.

Goles: 1-0, M.36: Franco Vázquez. 2-0, M.49: Muriel. 2-1, M.88: Luis Suárez. 2-2, M.88: Messi.

Árbitro: José Luis González González (Comité Castellanoleonés). Amonestó a los locales Mercado (m.34) y Sergio Rico (m.44).

Incidencias: Partido de la trigésima jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante ceca de 38.000 espectadores. EFE