La vía de escape de Banega

La validez de la cláusula de renovación automática, en el aire

01 mar 2016 / 07:00 h - Actualizado: 29 feb 2016 / 22:19 h.
"Sevilla FC","José Castro","Monchi","Banega"
  • Banega posa para la cámara de El Correo de Andalucía. / Inma Flores
    Banega posa para la cámara de El Correo de Andalucía. / Inma Flores

El futuro de Éver Banega, uno de los jugadores más importantes del Sevilla, sigue siendo incierto y, por tanto, continua dejando intranquilos a gran parte de los aficionados y rectores del club nervionense. Justo cuando el Sevilla entra en la fase decisiva de la temporada, las voces que alertan del peligro de un posible acuerdo con el Inter de Milán se acrecientan. El domingo hablaba sin tapujos el director deportivo del club italiano, Piero Ausilio, acerca del interés en el argentino y de aviso formal al Sevilla, cuyo presidente, José Castro, afirmaba poco después que no saben «nada» del asunto, si bien se desprende de sus últimas declaraciones públicas un tufillo pesimista al respecto. El jugador, mientras, calla.

Y juega: 30 partidos en lo que va de la temporada. He aquí una de las claves de su futuro. El jugador y el Sevilla, como ya informara este periódico, pactaron la renovación automática del contrato –que expira en junio– hasta 2017 si actuaba como mínimo 45 minutos en 30 partidos oficiales. A efectos de estas cuentas, Banega estaría a sólo cuatro encuentros de prorrogar su vinculación con el club hispalense. Pero el mutismo del Sevilla respecto a este asunto y la seguridad del Inter –el gran pretendiente del jugador– en que éste queda libre en junio pase lo que pase hace sospechar de que no todo es tan sencillo.

Según ha podido averiguar este periódico, lo que planea sobre el asunto es la posibilidad, remota en este caso al parecer, de que el jugador reclamara vía judicial la nulidad de esta cláusula de renovación automática. Hay precedentes en este sentido. No son pocos los futbolistas que lo han llegado a hacer en casos idénticos o similares: el bético Pozuelo hace tan sólo dos años, Viqueira con el Recreativo hace casi una década o la amenaza de denuncia que deslizó Arouna Koné en 2012 cuando estaba a sólo dos goles con el Levante de prolongar su contrato con el Sevilla, cosa que no quería.

Con ese as bajo la manga, la posición de Banega a la hora de negociar su renovación y mejora de contrato con el Sevilla se refuerza bastante, a pesar de que pocos creen que llegara a tal extremo aunque el asunto se tuerza, entre otras cosas porque el Sevilla sabe evitar tales desenlaces. Según fuentes consultadas por este periódico, el caso no estaría del todo claro de llegar a los tribunales, aunque los precedentes indican que al final los clubes suelen ceder ante la alta posibilidad de que gane el futbolistas de turno, a tenor de la normativa FIFA, extricta en cuanto a la determinación del inicio y final de los contratos de los jugadores.

Así las cosas, en el Sevilla se lleva el asunto, además de en silencio, con relativa calma. Las conversaciones con Banega se están produciendo y nadie descarta la posibilidad de que se quede un año más. Ni siquiera el hecho de que se acepte esa prórroga automática para que, decidido el jugador a rechazar la oferta sevillista y marcharse a otro equipo, el Sevilla puede recibir unos cuantos millones en concepto de traspaso. La llegada de Konoplyanka al Sevilla tuvo algún punto en común con esta última posibilidad. En ese caso, la salida de Banega se produciría en circunstancias muy parecidas a las que rodearon el traspaso de Rakitic al Barcelona: el Sevilla trató de renovar al croata hasta que se dio cuenta de que lo que realmente quería el jugador era marcharse al Barcelona, por lo que era del todo imposible el acuerdo. El club hispalense logró recibir alrededor de 18 millones.

Las perspectivas con Banega no serían tan altas. El jugador no descarta seguir, de hecho solicita una serie de condiciones para firmar. Entre ellas, un suculento premio económico extra en base a lo que dejaría de percibir en caso de negociar su fichaje por otro club en calidad de jugador libre... siempre bajo ese incierto concepto de libertad que implicaría hacer caso omiso, previa declaración de nulidad, a la dichosa cláusula ya firmada.