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Nzonzi, durante un partido. / Manuel Gómez
Steven Nzonzi vuelve a ser pieza clave del Sevilla. Atrás queda su desencuentro con Eduardo Berizzo y el ostracismo al que fue relegado por el técnico argentino. La llegada de Vincenzo Montella cambió su temporada y el centrocampista quiere culminarla llegando muy lejos.
El partido de Old Trafford permitió al Sevilla hacer historia y reivindicarse ante todos, y así lo reconoce Nzonzi en los medios oficiales del club. «Se puede decir que sí, porque era muy importante para nosotros y es difícil jugar fuera de casa ante un gran equipo y en un gran estadio. Hemos demostrado que todo es posible y que somos un buen equipo», asegura, al tiempo que aparca el asunto de la selección: «Eso no importa. Lo importante es que sigo trabajando para hacerlo bien de cara al equipo y a partir de ahí veremos qué pasa».
Nzonzi se centra en lo más inmediato. «Es un mes importantísimo para nosotros y muy difícil. El Bayern es un gran equipo pero no hay que descuidar la Liga que también es muy importante. Hay que ganar en todas las competiciones», dice el centrocampista, sabedor de que el aliento de la afición puede ser determinante en ese duelo que en cuartos de final de la Champions: «El Bayern es uno de los mejores equipos de Europa pero en dos partidos todo puede pasar. Tenemos que estar concentrados, fuertes en defensa y a partir de ahí todo puede ocurrir. Con nuestra afición somos fuertes y veremos qué pasa».
Uno de los momentos más esperados por Nzonzi es la final de la Copa. No pudo jugar la de 2016 por sanción: «Fue difícil para mí no poder jugarla hace dos temporadas y tengo ganas de jugar ese partido. Siempre es bonito disputar una final, podemos ganar una Copa después de ese partido y aunque sea difícil tengo muchas ganas».