Para caer así hay que ser muy grande

El Sevilla pierde a manos de un Barcelona con Messi en figura tras forzar la prórroga después de ir perdiendo 4-1. Pedro decidió en el minuto 115 de un encuentro inolvidable

11 ago 2015 / 20:11 h - Actualizado: 12 ago 2015 / 13:15 h.
"Crónica Sevilla","Supercopa de Europa","Unai Emery","José Antonio Reyes","Beto","Sergio Rico","Iborra","Leo Messi"
  • Para caer así hay que ser muy grande
  • Krychowiak y Busquets. Foto: Yuri Kochetkov (Efe)
    Krychowiak y Busquets. Foto: Yuri Kochetkov (Efe)
  • Gameiro lleva el balón al centro del campo tras marcar el penalti. Foto: Yuri Kochetkov (Efe)
    Gameiro lleva el balón al centro del campo tras marcar el penalti. Foto: Yuri Kochetkov (Efe)
  • Messi pone el balón por encima de la barrera. Foto: Yuri Kochetkov (Efe)
    Messi pone el balón por encima de la barrera. Foto: Yuri Kochetkov (Efe)
  • Vitolo elude la entrada de Alves. Foto: Yuri Kochetkov (Efe)
    Vitolo elude la entrada de Alves. Foto: Yuri Kochetkov (Efe)
  • Banega y Vitolo celebran el primer tanto. / Efe
    Banega y Vitolo celebran el primer tanto. / Efe
  • Ever Banega. / Efe
    Ever Banega. / Efe

Hay que ser muy grande para caer como cayó el Sevilla en la Supercopa de Europa. Lo hizo dejándose la piel, el alma después de empatar un partido que perdía 4-1 en el minuto 52, forzar la prórrogar y poner al Barcelona, un enorme Barcelona, contra las cuerdas. Pedro, que se despedía de su club, decidió el partido en la recta final del tiempo extra, aunque ni ese mazazo impidió que el equipo de Unai Emery siguiera exprimiéndose y rozara el empate cuando la tanda de penaltis ya asomaba por la esquina. Pero así es el fútbol. Si tienes a Messi en tus filas y, además, en estado de gracia, ganar es mucho más fácil. Ante ello, sólo un gran campeón tiene opciones, y el Sevilla lo es. Demostró que lo de Cardiff es historia y dejó una imagen para el recuerdo. Su afición debe sentirse orgullosa siempre y más aún después de verlo en Tiflis; perdiendo, sí, pero demostrando alma, raza y carácter y mimbres de campeón. Así este Sevilla, inasequible al desaliento, capaz de atravesar desiertos sin agua hasta resurgir y crecerse.

Emery sabía que para ganar al conjunto azulgrana había que hacerlo perfecto. Y perfecto no lo hizo el Sevilla, pero sí supo rehacerse, enmendar sus errores y sacar sus virtudes hasta el pitido final. Eran las cartas con las que intentó ganar a un Barcelona que sigue teniendo hambre de títulos. Messi no adelantó su regreso de las vacaciones por capricho. Quería volver a celebrar un título tras su fiasco en la Copa América, demostrar a los que dudan de él que es el mejor futbolista del mundo... y lo consiguió.

Y eso que Banega aceleró el corazón de los sevillistas nada más arrancar el encuentro. El argentino ejecutó magistralmente un libre directo poniendo el balón en la escuadra. Era el minuto 3. No podían comenzar mejor las cosas para el Sevilla, aunque la alegría le duró un suspiro. Tres minutos, para ser exactos. Justo el tiempo que Messi, imparable, tardó en empatar el choque con otro libre directo magistral. No pudo hacer nada Beto.

Sí pudo hacer más en el segundo disparo a puerta del Barcelona. Otro libre directo, esta vez con la pelota situada a varios metros de la frontal. Messi volvió a clavar su mirada en la portería. No sudaba. Quería otro... y volvió a marcar. Espectacular su disparo para arrinconar al Sevilla (16’). Un Sevilla que, a remolque, era incapaz de robar el balón a su adversario, espectacular en la primera parte, tocando y tocando, encontrando huecos donde no había... A todo ello se unió la precipitación nervionense, sin el balón (64%-36% de posesión al descanso) y con sólo un remate de Banega (a las manos del portero) por intento. Descosido en defensa con el paso de los minutos, Rafinha le dio otro golpe tras una buena conexión con Luis Suárez (3-1, 44’), a quien antes habían anulado un gol dudoso.

Pero no quedó ahí la sangre. El uruguayo puso el 4-1 tras un grave error de Tremoulinas que Busquets –increíble que el colegiado, dessacertado, no le amonestase– aprovechó para dejar el balón a placer al delantero. Era el minuto 52 y se mascaba una goleada sonada.

CORAJE Y MÁS CORAJE. Sin embargo, lejos de hundirse, el Sevilla tiró de orgullo, apretó los dientes y se metió en el partido arrollando prácticamente al Barcelona. No quería perder de esa forma y sacó fuerzas de flaqueza. Vitolo apareció para servir un balón a Reyes y firmar el 4-2 (57’). Acto seguido, Emery movió el banquillo. Quitó al utrerano y entró Konoplyanka. Mathieu cometió penalti sobre Vitolo en pleno asedio sevillista. Gameiro no perdonó y puso el partido en un puño con el 4-3, a 18 minutos para el final.

Era otro Sevilla, ese Sevilla que engancha. Salieron Mariano e Immobile y el primer balón del italiano permitió a Konoplyanka empatar (81’). Ver para creer la raza del equipo de Emery, que forzó la prórroga dando todo un espectáculo. Y en ella, en el 114’, Pedro cazó el rechace de Beto tras otro libre directo de Messi. Coke perdonó el empate con un cabezazo solo ante el portero. Luego lo hizo Rami, también solo en un centro de Immobile, quien dejó buenas sensaciones, al igual que el francés. Meritorio su esfuerzo, yendo a más, tras la salmonelosis. Y así cayó el Sevilla: sin excusas, sin lamentos, sin sudor que soltar por los poros. Lo hizo como caen los grandes campeones. Nadie olvidará esta Supercopa de Europa.

Ficha técnica:

5 - FC Barcelona: Ter Stegen; Daniel Alves, Piqué, Mascherano (Pedro, min.93), Mathieu; Busquets, Rakitic, Iniesta (Sergi Roberto, min.62); Suárez, Messi y Rafinha (Bartra, min.78).

4 - Sevilla FC: Beto; Coke, Rami, Krychowiak, Tremoulinas; Iborra (Mariano, min.81), Krohn-Dehli; Reyes (Konoplyanka, min.67), Banega, Vitolo; y Gameiro (Inmobile, min.81).

Goles: 0-1: Banega, min.3; 1-1: Messi, min. 6. 2-1: Messi, min. 15; 3-1: Rafinha, min. 42; 4-1: Luis Suárez, min. 52. 4-2: Reyes, min. 57. 4-3: Gameiro (p.), min.72. 4-4: Konoplyanka, min.82. 5-4: Pedro, min.115.

Árbitro: William Collum (ESC). Amonestó con tarjeta amarilla a Krychowiak, Coke, Pedro y Mathieu.

Incidencias: partido correspondiente a la final de la Supercopa de Europa en el estadio Boris Paichadze del Dinamo de Tiflis con capacidad para 54.500 espectadores (lleno). Asistieron al partido el presidente de la UEFA, Michel Platini, y el seleccionador español, Vicente del Bosque.