Sin derecho a la relajación

El césped artificial y la corta ventaja de la ida, amenazas para un Sevilla que debe certificar su pase ante el Zalgiris

16 ago 2018 / 06:14 h - Actualizado: 18 ago 2018 / 21:42 h.
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  • Los jugadores del Sevilla, ayer entrenándose en el LFF Stadium de Vilna, en Lituania. / SFC
    Los jugadores del Sevilla, ayer entrenándose en el LFF Stadium de Vilna, en Lituania. / SFC

Es pronto para hablar de finales en el Sevilla más allá de la real que disputó el pasado domingo en Tánger frente al Barcelona, pero el cuadro entrenado por Pablo Machín afronta esta tarde en Lituania un partido en el que no se debe despistar lo más mínimo si quiere jugar la Europa League 2018-19. Es la vuelta de la última ronda de clasificación frente al Zalgiris, con 1-0 a favor en Nervión, donde perdonó la vida al conjunto verdiblanco. No debe tener problemas el equipo hispalense debido a la diferencia de potencial, pero sí deberá afinar su punto de mira y ajustar detalles defensivos que se soltaron en el Sánchez-Pizjuán.

No hay margen de error, no hay lugar para la relajación, pues el Zalgiris se encargó de avisar seriamente en Sevilla. Eso sí, no marcó en el Sánchez-Pizjuán y eso cuenta a favor de un Sevilla que a poco que marque pondrá las cosas muy difíciles para los pupilos de Valdas Urbonas. No saltará esta tarde al criticado césped artificial del LFF Stadium un once similar al que compitió en Tánger frente al Barça. Habrá rotaciones, pues el debut liguero en Vallecas es en apenas 72 horas. Machín tiene ahora que gestionar bien la distribución de minutos. Con Kjaer y Mercado en Sevilla pensando en el Rayo Vallecano, es probable que vuelva a ser el turno de hombres como Carriço, Arana, Aleix Vidal, Gnagnon, Nolito, Amadou y Ben Yedder. Incluso Berrocal y Pejiño, los dos promocionados desde los escalafones inferiores y que no actuaron en la Supercopa de España. Un once que sería bastante parecido al de la ida, con Banega repitiendo titularidad, pues también fue sustituido en Tánger antes de la finalización.

A Machín le faltan piezas clave en la plantilla, pero es lógico que pueda permitirse el lujo de rotar con amplitud, como ya hiciera en el primer encuentro. Oportunidad para jugadores con necesidad de dar un paso adelante, aunque de por medio esté una moqueta artificial: Nolito y su espantoso desacierto de cara a portería, Arana y su timidez, Ben Yedder y su depresión y probable salida, Gnagnon y su aclimatación, Vaclik y sus más que aceptables sensaciones hasta ahora, Carriço y su reivindicación como hombre útil, Pejiño como algo más que un detallista y Amadou como herramienta de solidez en el centro del campo, donde todo se cuece.

Valdas Urbonas, mientras, prepara un partido que será histórico en Vilna, donde quedaron más que satisfechos al ver al Zalgiris llevarse del Sánchez-Pizjuán sólo un 1-0 y ahora recibirán al pentacampeón del torneo por todo lo alto, dentro de lo que permite el coqueto estadio de la federación lituana. Unos 5.000 espectadores llenarán el recinto a la espera de un milagro y, en todo caso, premiar a los suyos por lo hecho hasta la fecha. Siempre hay un resquicio para soñar con eliminar a un grande europeo como el Sevilla y aspirar a un play off contra el Kairat Almaty o el Sigma Olomuc, que lleva ventaja en dicha eliminatoria (0-2). No variará mucho su once el Zalgiris, que no cuenta con bajas. Machín sigue con Pareja y Carlos Fernández KO y dejó en Sevilla esta vez a André Silva.

Posibles alineaciones

ZALGIRIS: Bartkus; Baravykas, Mbodj, Tomic, Slijngard; Mikoliunas, Manzorro, Blagojevic, Simkovic; Antal; y Ogana.

SEVILLA: Vaclik; Carriço, Sergi Gómez, Gnagnon; Aleix Vidal, Amadou, Banega, Arana; Nolito, Pejiño y Ben Yedder.