-
El catedrático de Economía Manuel Alejandro Cardenete presentó ayer el ‘Loyola Economic Outlook’. / El Correo
La economía andaluza ha mejorado sus previsiones y el Producto Interior Bruto (PIB) de la región crecerá un 2,7 por ciento este año, según el VII informe Loyola Economic Outlook sobre las proyecciones macroeconómicas del año, elaborado por la Universidad Loyola Andalucía. Pese a la mejora de las previsiones económicas, el territorio andaluz se sitúa una décima por debajo de la estimación nacional, cifrada en un 2,8 por ciento, apuntó ayer el catedrático de Economía de la Loyola, Manuel Alejadro Cardenete, que presentó el estudio.
El turismo, el buen comportamiento de las exportaciones y un año agrícola positivo serán decisivos en ese crecimiento económico, según el economista. Tres sectores que «volverán a tirar de la economía» y que demuestran que «la estructura económica andaluza sigue siendo la misma desde hace casi 20 años», lamentó el economista.
Las previsiones andaluzas «reflejan una tendencia parecida a la nacional», señaló Cardenete. En lo que se refiere al mercado de trabajo, la tasa de paro se situará a final de año entre el 28 y el 29 por ciento, aproximadamente el mismo porcentaje de 2015, cuando la tasa de paro se situó en el 29,83 por ciento. Respecto al IPC, Loyola prevé un aumento de precios en todo el año de entre el 0,2 y el 0,5 por ciento.
El catedrático indicó que en el territorio andaluz se acentúan «más los ciclos económicos», tras lo que recordó que la andaluza «es una economía que depende mucho del sector servicios, donde el consumo es fundamental; ahora está funcionando bien pero no termina de tirar». El consumo crece «pero no lo suficiente».
Futuro político
En cuanto al futuro político que se eligirá este domingo en las urnas, Cardenete contempla la posibilidad de que se tengan que prorrogar los Presupuestos Generales del Estado de este año hasta 2017, debido a que se mantendrá la situación de «incertidumbre» política nacional y la «inestabilidad» tras las elecciones generales del 26J.
En materia de empleo, el economista considera que en cualquier economía industrializada un crecimiento del PIB por encima del 2,7 por ciento sería «más que suficiente» para que rebajar la elevada tasa de paro. Y recordó que se llegó a una tasa del diez por ciento con la construcción, un sector muy intensivo en mano de obra, que absorbía mucho empleo, pero que con la crisis se retiró y ningún otro sector ha sido «capaz de absorber ese volumen de mano de obra».
Para el catedrático, el problema radica que en la región existe «un desempleo más allá del coyuntural, es estructural, pues ningún sector es capaz de absorber tanta mano de obra». En este sentido, pidió que los empresarios «diversifiquen sectores y apuesten por un mayor crecimiento», de modo que se cree mano de obra y se pueda llegar una tasa de paro cercana al 5 por ciento, algo que, de momento, es una «entelequia». Cardenete volvió a insistir en los problemas del tejido empresarial andaluz: «Demasiadas pymes y micropymes, con poca capacidad de absorber mano de obra».
Aceite de oliva
El informe de Loyola Economis Outlook incluye un monográfico sobre el sector del aceite de oliva y el comportamiento del consumidor en el que se refleja que la falta de conocimiento influye de forma significativa en aspectos fundamentales para el consumo de virgen extra. Por ello, desde Loyola consideran necesario que los productores «dediquen más tiempo a más información y promoción de las propiedades y cualidades del aceite de oliva virgen extra».
Según los expertos, el desconocimiento sobre las diferencias entre un aceite de oliva y un virgen extra acentúa la percepción de que el aceite virgen extra es caro dentro de la cesta de compra habitual, lo que disminuye su consumo. De las 430 toneladas de media que se consumen en España, solo el 40 por ciento es aceite de categoría virgen y virgen extra.
Los efectos del Brexit
Ante una posible salida del Reino Unido de la Unión Europea, Andalucía sería una de las regiones españolas más afectadas, resultando especialmente perjudicados los sectores de turismo y agricultura, señaló el catedrático. Por ello, el economista apuesta por que al final salga que no al Brexit.
El economista sostiene que con una salida del país británico se registrarían «importantes consecuencias» para España y especialmente en Andalucía, ya que «las exportaciones agroalimentarias en el Reino Unido tienen mucho peso». También tendría efecto en el turismo, ya que «de los 15 millones de turistas británicos que vienen a España, muchos de ellos vienen a Andalucía», recalcó. En consecuencia, el sector servicios sería otra de los grandes damnificados en la región.
El economista, que da por «casi descartada» la posibilidad de que ese Brexit ocurra, indicó que «hay muchas simulaciones» sobre el impacto económico de esa decisión, aunque «no está claro». Pese a que se han planteado muchos posibles escenarios, «no se sabe lo que puede ocurrir», pero en el caso de producirse esa salida, «todo parece indicar que se producirá una autorregulación de la libra, una pérdida de poder adquisitivo de británicos y bajada de exportaciones británicas». Factores que también tendrían consecuencias en Andalucía debido al alto número de británicos que residen en la región. A nivel nacional, si el Reino Unido saliera de la UE, España «tendría que aportar entre 980 y 1.000 millones extra anualmente a la hucha de la Comisión Europea».