El Gobierno español se ha desmarcado de la posición defendida por algunos países clientes del A400M como Alemania y no exigirá a Airbus compensaciones económicas por los retrasos en el calendario de entregas del avión de transporte militar, tras los fallos que han aflorado en las cajas reductoras de los motores y otros defectos en el fuselaje, así como por la demora en la implementación de las capacidades militares. Así lo ha dejado entrever el ministro de Defensa español en funciones, Pedro Morenés, durante su visita a la planta de ensamblaje (FAL) de esta aeronave de Airbus DS en San Pablo, Sevilla.
En declaraciones a los periodistas tras recorrer la planta industrial atendiendo las explicaciones del responsable de la FAL, Martín Armas, y acompañado por el presidente de Airbus España, Fernando Alonso, Morenés ha mostrado su respaldo a este programa de cooperación europea en el ámbito de la defensa, especialmente en el momento actual, marcado por «amenazas cercanas» en un mundo «especialmente revuelto» en referencia al terrorismo yihadista.
El programa aeronáutico atraviesa un momento de especial complejidad tras los nuevos problemas detectados en los motores, que obligarán a devolver al taller a la mitad de los turbohélices. Airbus reemplazará a partir de septiembre la caja reductora o PGB, una pieza que produce la italiana Avio (filial de General Electric) y que presenta defectos en los motores 1 y 3, cuyas hélices giran a la derecha.
El ministro en funciones, cuestionado por las negociaciones que mantiene abiertas el Ejecutivo con el constructor aeronáutico para diseñar un calendario de entregas de los 27 aviones comprometidos por España, precisó que las «apreturas económicas» del presupuesto del Ministerio de Defensa obligan a renegociar los tiempos fijados de entrega, una circunstancia que coincide, además, con las necesidades del propio grupo Airbus para implementar mejoras tras los fallos detectados. Por tanto, «esa conjunción de la situación económica con el tiempo necesario para un desarrollo más perfecto del avión, hacen que hayamos negociado unas entregas más alargadas en el tiempo», explicó.
Morenés señaló que mantendrá el número de encargos realizados, un total de 27, si bien no entró al detalle sobre si su departamento mantiene la intención de quedarse con 14 aviones para el Ejército del Aire y destinar los 13 pedidos restantes a la venta a terceros países. «Lo que queremos es potenciar que este avión esté en el mercado» y eso pasa no solo por que algunos Estados compren varias unidades, sino por «competir en mercados como Estados Unidos», precisó.
Indonesia anunció el pasado mes de mayo su intención, aún no plasmada en firme sobre el papel, de adquirir «una pequeña flota» de aviones A400M sin concretar, con lo que se convertiría en el segundo cliente de exportación y primero de este avión tras los cuatro aparatos adquiridos por Malasia hace ya once años.
Además, el representante del Ejecutivo central avaló el programa asegurando que «todos los proyectos industriales de esta magnitud requieren de un permanente esfuerzo de mejora» y ensalzó las capacidades que sumará el Ejército del Aire con esta incorporación a su flota, además de los beneficios industriales que suponen para Sevilla y España contar con una iniciativa de tan «altísimo nivel tecnológico», el modelo hacia el que, a su juicio, hay que reconducir a la economía española.
Morenés, acompañado de responsables del Ejército del Aire, ha permanecido unos minutos en el interior de la cabina del primer A400M que España recibirá el próximo mes de septiembre. Este aparato, el MSN44, acaba de salir hace unos días del hangar de pintura y ya luce el rótulo de Ejército del Aire en el fuselaje. Actualmente se encuentra en la fase previa a línea de vuelo, de manera que a partir de la semana que viene comenzará los primeros ensayos en tierra, imprescindibles antes del despegue. El objetivo es que el primero de los 27 encargos del Gobierno español realice su primer vuelo en la segunda quincena de julio, para ser entregado dos meses después.
Hasta la fecha y en lo que va de año, Airbus Defence and Space ha entregado a los clientes solo cinco aparatos, tres de ellos al Reino Unido, uno a Malasia y otro a Francia. La compañía se marcó a comienzos de año alcanzar la veintena de entregas a lo largo de 2016, un objetivo que se antoja complicado de cumplir.