«Hemos creado un sistema de preconservación de edificios»

Acron, firma sevillana de trabajos verticales, supo diversificarse para crecer. Al año interviene en unos 150 edificios. Ahora apuesta por el patrimonio y por ello creó un método para el Arzobispado con medidas para cuando la restauración se retrasa

30 jul 2017 / 08:16 h - Actualizado: 30 jul 2017 / 08:17 h.
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  • Miguel Ángel del Pozo, gerente del Grupo Acron, en un balcón del Hotel Ibis en Sevilla. / Jesús Barrera
    Miguel Ángel del Pozo, gerente del Grupo Acron, en un balcón del Hotel Ibis en Sevilla. / Jesús Barrera

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{Acron es una empresa que nació hace once años, pero ha evolucionado mucho. ¿Cómo nació y a qué se dedica ahora?

—Tenemos cuatro ramas. Una es conservación y reformas de hoteles, otra es conservación monumental, la industrial y trabajos específicos en altura. La empresa nació por la afición del equipo al alpinismo, originalmente dedicada a trabajos verticales para edificios y comunidades de propietarios.

—¿Todos eran alpinistas?

—Somos muy aficionados. Hay varios componentes del grupo que han estado en el Everest, hay nivel y mucha afición. Yo trabajaba en Dragados Construcciones y tenía un puesto que nadie lo quería con el boom de la construcción porque estaba en Marruecos, en la frontera de Nador. Entonces conocí varias empresas catalanas que aplicaban técnicas que usábamos nosotros en nuestro hobby y me encantó. Quise combinar lo que me apasionaba con el negocio, así que empecé a trabajar con las pocas empresas que había en ese momento, desde abajo, hasta que creé mi propia firma. Con las primeras fracasé, aprendí y luego nació Acron.

—¿Cuáles son sus principales clientes?

—En el ámbito industrial trabajamos para grandes multinacionales, como Endesa, Campsa, Repsol o Iberdrola, por limpieza de las chimeneas. Llegamos allí donde su equipo de ingenieros no llega. Somos sus ojos. Las chimeneas tienen pequeños laboratorios y bandas blancas por el tema de la aviación en las zonas más altas que hay que mantener, por ejemplo. Son trabajos muy especializados.

—Y en el campo patrimonial trabajan para el Arzobispado.

—Sí, trabajamos ahora y hemos trabajado en casi todas las iglesias de Sevilla: San Pedro, San Andrés, San Román, la Magdalena, San Benito, la Catedral e incluso en la Plaza de España. Muchos de estos trabajos son de conservación de cubiertas, de restauración de los morteros a la cal, reparamos campanarios e incluso hicimos los trabajos preparatorios para rehabilitar el de San Bartolomé, que se va a reconstruir. Somos una de las tres empresas que ofertaron.

—¿La preconservación es importante?

—Sí. Con el Arzobispado hemos creado un sistema de preconservación, de actuaciones previas cuando se sabe que va a tardar el dinero y la restauración. Evaluamos la situación y determinamos las medidas de seguridad y de protección a largo plazo. Entre ellas, desde fundas para columnas, mallas anti aves o contra caída de objetos, armazones de aluminio para mantener vivos elementos decorativos y, por ejemplo, retiramos y documentamos cómo era el patrimonio, su color, su forma, etcétera, para su posterior restauración.

—¿Cuánto representa en su facturación cada campo?

—Un 30 por ciento de la facturación viene de la conservación del patrimonio, un 20 por ciento de la rama industrial y un 25 por ciento, tanto de los hoteles como de los trabajos verticales en edificios. Incluso colocamos las placas solares de Torre Sevilla y hemos ayudado en el montaje de los puentes grúas que se usaron.

—¿En cuántos edificios de Sevilla han trabajado?

—Al año intervenimos en alrededor de 150 edificios, así que ya hemos actuado, en Sevilla, en casi todos. Por ejemplo, trabajamos para la segunda administración de fincas más grande del país, que opera en Sevilla en zonas como Nervión, el Casco Histórico, Los Remedios... Ahora estamos también arrancando un proyecto muy bonito con Alberto Balbontín en San Pedro.

—¿Cómo se sobrevive a la crisis económica?

—Empezamos dos amigos con un mono puesto a rehabilitar fachadas, descolgándonos en todo tipo de edificios. Después creció la plantilla, entramos en crisis a los dos o tres años y nos tuvimos que reinventar. Entonces nos enfocamos hacia los hoteles, algo prometedor que necesitaba mucho mantenimiento y por eso también nos adentramos en el interiorismo. Nuestro primer gran cliente fue Accor. Y ya trabajamos con el hotel Inglaterra, Alfonso XIII y NH, si bien como empresa referenciada a nivel nacional trabajamos con Accor.

—Entonces, en plena crisis lograron sobrevivir gracias al trabajo para los hoteles.

Sí, y una vez que tuvimos un equipo consolidado empezamos a abrir campos nuevos y entramos en el que realmente nos apasiona y por el que estamos apostando ahora: la conservación de monumentos.

—¿Cómo evolucionó su facturación en los últimos años?

—Hemos registrado, en los últimos diez años, un aumento de la facturación de un 25 por ciento de media.

—¿Cuántos empleados tiene?

—Somos 30 personas con empleo directo, si bien estamos en temporada baja. A veces llegamos a 40 o más trabajadores y no subcontratamos. Cada vez que lo hemos hecho el cliente no ha terminado contento.

—Trabajan en Marruecos y ¿en algún otro sitio fuera de España?

—Estamos en Casablanca, trabajando para cadenas hoteleras, también lo hicimos en Lyon (Francia) y Portugal.

—¿Tiene plan de expansión?

—Sí, pero no. Nos estamos planteando abrir en puntos costeros, pero cuando entre la persona adecuada. Y eso funcionará sí o sí. Pero valoro mucho mi calidad de vida y la de mi actual equipo, así que está en nuestros planes saltar a otras ciudades, pero a medio o largo plazo.

—¿Hay muchas empresas sevillanas en este sector?

—Hay una jungla, entre 20 o 25 empresas.

—¿Qué les diferencia?

—La experiencia y la versatilidad porque tenemos personal de muchos gremios. ~