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La remolacha, lista para una «buena» campaña

Se han sembrado 7.000 hectáreas, 1.500 menos, por lo que bajará la producción un 11,5% en una campaña con nuevos agricultores y un precio similar al del ejercicio anterior

05 jun 2016 / 20:56 h - Actualizado: 05 jun 2016 / 20:57 h.
"Agricultura","Agroalimentación","El campo y su agroindustria"
  • Sevilla y Cádiz concentran casi toda la producción andaluza de remolacha azucarera. / El Correo
    Sevilla y Cádiz concentran casi toda la producción andaluza de remolacha azucarera. / El Correo

El pasado viernes arrancó la nueva campaña de molturación de la remolacha azucarera con unas previsiones similares a la anterior. El año, en general, ha sido «bueno» para un cultivo con un difícil panorama desde la famosa reestructuración azucarera de 2006. El pasado día 3 abrió sus puertas la fábrica de Guadalete, en Jerez de la Frontera, la única molturadora de remolacha azucarera que queda en Andalucía y que recepciona el producto que se cultiva en las provincias de Sevilla y Cádiz.

La campaña, que empieza una semana antes que el pasado año, tendrá una duración estimada de 65 días, por lo que si no se produce ninguna incidencia podría darse por terminada para la primera semana de agosto. El pasado año se alargó ocho días porque hubo más producción que la que se espera este año.

En concreto, en esta campaña se han sembrado 7.000 hectáreas, es decir, 1.500 menos que la pasada. La razón, según las organizaciones agrarias de la Mesa Zonal, ha sido el precio. «El número de hectáreas varía en función de las rotaciones en cada explotación y también influyen los precios de los otros cultivos, como el trigo o el tomate, con un valor aceptable en los últimos años», explicó a este periódico Antonio Caro, coordinador de servicios técnicos de Asaja Sevilla.

El objetivo, según Caro, es que en Andalucía se alcancen en los próximos años las 10.000 hectáreas, cifra «que asentaría» el cultivo en el territorio.

Si no se produce ninguna incidencia, los rendimientos serán similares a los de la campaña pasada con unas 85 toneladas por hectárea. Se prevén entre 9.200 y 9.500 toneladas molturadas al día. La producción estimada total es de 600.000 toneladas, un 11,5 por ciento menos, ya que fueron 678.000 en la pasada campaña debido a la mayor superficie cultivada.

Hay que recordar que en la provincia de Sevilla Lebrija, Las Cabezas, Los Palacios y parte de Utrera son tradicionalmente remolacheras, así como también hay cultivo disperso, ya de secano, en El Coronil o Écija. En general, el bajo Guadalquivir es la zona más azucarera. «Con la premisa de la rentabilidad, hay que introducir el cultivo en zonas donde tradicionalmente no estaba presente pero que tienen características buenas y, además, hacer que jóvenes agricultores lo conozcan, que visiten la fábrica y vean el cultivo porque es una opción para la rotación», argumentó Caro.

Según el coordinador de servicios técnicos de Asaja Sevilla, este año no disminuyó el número de agricultores que apostaron por este cultivo, sino que bajó el número de hectáreas cultivadas en las fincas que tradicionalmente lo siembran.

Y no sólo eso. Hubo agricultores que por primera vez cultivaron remolacha en sus suelos. Según Azucarera, en la presente campaña se incorporaron al cultivo 95 nuevos agricultores que han sembrado 435 hectáreas, lo que permitió alcanzar «una superficie total de siembra de 7.100 hectáreas».

Azucarera asegura que está fomentando la introducción de nuevos agricultores mediante acciones de promoción del cultivo y que esta campaña, en colaboración con Caixabank, puso en marcha el concurso Mejor remolachero de Andalucía 2016 para reconocer las mejores prácticas en el cultivo de remolacha entre todos los agricultores de la zona sur poniendo de manifiesto la importancia de seguir las recomendaciones agronómicas que Azucarera fomenta desde el Plan 2020. Así, durante el verano se van a realizar revisiones de la maquinaria de recolección para un mejor funcionamiento.

Según la empresa, las muestras previas recogidas hasta la fecha indican «un buen desarrollo del cultivo y expectativas de rendimientos y calidad positivas». La compañía prevé alcanzar un rendimiento medio por encima de las 90 toneladas por hectárea (85 para las organizaciones agrarias) de remolacha tipo.

Así, la beta vulgaris se encuentra lista para la recolección, está bien engrosada, ha alcanzado buen tamaño y cuenta con una buena calidad y un adecuado estado sanitario, por lo que se prevé una «buena cosecha».

¿Y el precio? Lo que de media pagará Azucarera serán 33 euros por tonelada, pero la cuantía total a recibir por cada agricultor varía en función de los complementos y de las ayudas. La media para 2016 estará entre los 41 y 42 euros por tonelada, el mismo precio de la campaña anterior.

«No es un precio bueno, sería mejor llegar a los 44 euros, pero hace que sea para considerarlo dentro de la rotación», indicó Caro, quien insistió en que para llegar a las 10.000 hectáreas de cultivo, además del precio, se deben mejorar otros aspectos como que las ayudas no se reciban de forma escalonada. Por eso Asaja propuso en la Mesa Zonal que, como ya ocurre en el norte del país, haya préstamos o anticipos a cuenta (de 2.000 euros por hectárea) por parte de las azucareras.

«Hay que mejorar los rendimientos, para que sea más rentable y crezca la superficie de cultivo», explicó. Además, Caro recordó que los agricultores del sur español sigue recibiendo menos que los del norte porque se tienen en cuenta los rendimientos históricos. «No se aplica en otros cultivos industriales como el arroz y el tomate, así que no está justificado», indicó en alusión a las ayudas acopladas de la PAC. A su juicio, se deben aplicar los mismos criterios.

En el norte español el límite establecido para las subvenciones son 32.500 hectáreas, para las que se destinan 14,47 millones de euros. Por tanto, cada hectárea recibiría 507 euros en el caso de que se llegue a ese tope. En Andalucía, en cambio, hay un límite de 7.600 hectáreas con 2,36 millones de euros, por lo que a cada hectárea le corresponden 311 euros, 196 euros menos que en el norte español. En 2016, con 7.000 hectáreas de cultivo andaluz, la ayuda sale a 337 euros.