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Los precios animan la siembra del algodón

La superficie cultivada aumenta en más de 3.000 hectáreas en Andalucía

17 abr 2017 / 08:00 h - Actualizado: 17 abr 2017 / 09:22 h.
"Agricultura","Agroalimentación","El campo y su agroindustria"
  • Cultivo de algodón de una cooperativa del municipio sevillano de Lebrija. / David Estrada
    Cultivo de algodón de una cooperativa del municipio sevillano de Lebrija. / David Estrada

Los precios animan. Así que esta campaña habrá más algodón. Según las primeras previsiones del sector, la superficie cultivada pasará de las cerca de 63.000 hectáreas de 2016 a las 66.000 o más estimadas en 2017. Es decir, se sembrarán 3.000 hectáreas más en Andalucía porque las desmotadoras están ofreciendo un precio «aceptable». Y más de la mitad de este suelo con semilla de algodón es sevillano.

En concreto, las variedades convencionales se están vendiendo a entre 51 y 53 céntimos de euros el kilo, el algodón de fibra larga a 55 céntimos de euros y el de fibra extralarga a 61 céntimos de euro el kilogramo, más IVA, según explica José Luis Ibáñez, responsable de Algodón de COAG Andalucía, secretario de Organización de esta organización en Cádiz y vicepresidente del grupo de trabajo COPA-Cogeca en Bruselas. Unos precios «algo más altos que el año pasado», añade Ibáñez.

La campaña de siembra acaba de empezar (se extenderá todo el mes de abril), por lo que hablar de producción es prematuro, pero los agricultores calculan que en esta campaña subirá la rentabilidad porque se intentará producir más por los buenos precios. «La media del pasado año fue de 2.800 kilos por hectárea, pero este año el rendimiento será mayor», pronostica Ibáñez, quien recuerda que entre 2013 y 2016 cerraron muchas desmotadoras por la reforma. «Ahora se está estabilizando la situación», apostilla el responsable de COAG para añadir que el futuro dependerá de la nueva reforma de la Política Agraria Común (PAC), a la que pide poco, pero mucho: quedarse igual. «Parece –advierte– que la ayuda acoplada se mantendrá, pero no sabemos la cuantía».

En torno al uno por ciento del algodón mundial, el 99 por ciento si lo medimos a nivel nacional, se produce en Andalucía. Pero si por algo destaca este cultivo andaluz es por su modelo: cien por cien orgánico, sostenible y basado en pequeñas explotaciones. Es un modelo casi en extinción, ya que más del 90 por ciento de la producción mundial está modificada genéticamente. Además, el cultivo andaluz reporta altos beneficios sociales, al dar empleo a 10.000 familias, recuerdan las organizaciones agrarias Unión de Pequeños Agricultores (UPA), COAG y Asaja. Además, Bruselas prohíbe el cultivo de algodón transgénico, aunque no vete su entrada.

Por eso, productores y desmotadores –a través de la interprofesional que se creó hace un año– insisten en la necesidad de aunarse bajo una marca e identificarlo con el territorio.

«Todo el sector reclama que el algodón andaluz genere valor añadido, sea a través de una marca o lo que sea, porque nuestro producto es distinto al del resto del mundo. Hay que hacer algo para que el algodón de Andalucía se distinga. Para ello, ya se está preguntando en Bruselas cómo se podría lograr. Estamos en camino», apostilla esperanzado Ibáñez.

En el Foro Agrícola sobre El sector algodonero español: una apuesta por la sostenibilidad, organizado por el Instituto de Estudios Cajasol, el presidente de Asaja, Ricardo Serra, criticó el «maltrato» al que están sometidos los algodoneros. Primero por la reforma del sector, que provocó «caídas incluso del 40 por ciento en la facturación bruta». Y ahora, por el miedo a la futura reforma de la PAC. De hecho, recordó que no se sabe si se mantendrán o no las ayudas específicas del algodón. No obstante, «a pesar de ello somos capaces de salvar el cultivo», recalcó Serra.

Los precios animan. Así que esta campaña habrá más algodón. Según las primeras previsiones del sector, la superficie cultivada pasará de las cerca de 63.000 hectáreas de 2016 a las 66.000 o más estimadas en 2017. Es decir, se sembrarán 3.000 hectáreas más en Andalucía porque las desmotadoras están ofreciendo un precio «aceptable». Y más de la mitad de este suelo con semilla de algodón es sevillano.

En concreto, las variedades convencionales se están vendiendo a entre 51 y 53 céntimos de euros el kilo, el algodón de fibra larga a 55 céntimos de euros y el de fibra extralarga a 61 céntimos de euro el kilogramo, más IVA, según explica José Luis Ibáñez, responsable de Algodón de COAG Andalucía, secretario de Organización de esta organización en Cádiz y vicepresidente del grupo de trabajo COPA-Cogeca en Bruselas. Unos precios «algo más altos que el año pasado», añade Ibáñez.

La campaña de siembra acaba de empezar (se extenderá todo el mes de abril), por lo que hablar de producción es prematuro, pero los agricultores calculan que en esta campaña subirá la rentabilidad porque se intentará producir más por los buenos precios. «La media del pasado año fue de 2.800 kilos por hectárea, pero este año el rendimiento será mayor», pronostica Ibáñez, quien recuerda que entre 2013 y 2016 cerraron muchas desmotadoras por la reforma. «Ahora se está estabilizando la situación», apostilla el responsable de COAG para añadir que el futuro dependerá de la nueva reforma de la Política Agraria Común (PAC), a la que pide poco, pero mucho: quedarse igual. «Parece –advierte– que la ayuda acoplada se mantendrá, pero no sabemos la cuantía».

En torno al uno por ciento del algodón mundial, el 99 por ciento si lo medimos a nivel nacional, se produce en Andalucía. Pero si por algo destaca este cultivo andaluz es por su modelo: cien por cien orgánico, sostenible y basado en pequeñas explotaciones. Es un modelo casi en extinción, ya que más del 90 por ciento de la producción mundial está modificada genéticamente. Además, el cultivo andaluz reporta altos beneficios sociales, al dar empleo a 10.000 familias, recuerdan las organizaciones agrarias Unión de Pequeños Agricultores (UPA), COAG y Asaja. Además, Bruselas prohíbe el cultivo de algodón transgénico, aunque no vete su entrada.

Por eso, productores y desmotadores –a través de la interprofesional que se creó hace un año– insisten en la necesidad de aunarse bajo una marca e identificarlo con el territorio.

«Todo el sector reclama que el algodón andaluz genere valor añadido, sea a través de una marca o lo que sea, porque nuestro producto es distinto al del resto del mundo. Hay que hacer algo para que el algodón de Andalucía se distinga. Para ello, ya se está preguntando en Bruselas cómo se podría lograr. Estamos en camino», apostilla esperanzado Ibáñez.

En el Foro Agrícola sobre El sector algodonero español: una apuesta por la sostenibilidad, organizado por el Instituto de Estudios Cajasol, el presidente de Asaja, Ricardo Serra, criticó el «maltrato» al que están sometidos los algodoneros. Primero por la reforma del sector, que provocó «caídas incluso del 40 por ciento en la facturación bruta». Y ahora, por el miedo a la futura reforma de la PAC. De hecho, recordó que no se sabe si se mantendrán o no las ayudas específicas del algodón. No obstante, «a pesar de ello somos capaces de salvar el cultivo», recalcó Serra.