Nueva tecnología con drones y 3D para chequear árboles

El CSIC lanza un sistema de cartografía de cultivos leñosos que proyecta cada olivo con un 97% de exactitud, aportando datos agronómicos del entorno

12 jul 2015 / 22:03 h - Actualizado: 12 jul 2015 / 22:06 h.
"Tecnología","Agricultura","El campo y su agroindustria"
  • El investigador del CSIC Jorge Torres-Sánchez pilotando un dron en un olivar. / CSIC
    El investigador del CSIC Jorge Torres-Sánchez pilotando un dron en un olivar. / CSIC
  • Imagen aérea de un olivar tradicional. / CSIC
    Imagen aérea de un olivar tradicional. / CSIC
  • Olivos en 3D con infrarrojos cercanos. / CSIC
    Olivos en 3D con infrarrojos cercanos. / CSIC

El uso de drones en la agricultura ya no es nuevo, pero sí lo son los avances que se están produciendo en la tecnología y, por ende, en las utilidades y beneficios para el agricultor. Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han presentado un nuevo método para obtener datos geométricos en 3D (área, altura y volumen) de los árboles en cultivos leñosos a partir de imágenes aéreas tomadas por una aeronave no tripulada, un dron.

José Manuel Peña, uno de los investigadores, explicó a esta redacción que la novedad radica en que, analizando las imágenes, se conoce la altura y el volumen de cada árbol, «por lo que el agricultor puede saber en qué zona de su parcela los olivos, por ejemplo, son más grandes o más pequeños por plagas, nutrientes...». «En una hora u hora y media tenemos la parcela en imágenes gracias al dron y al día siguiente contamos con toda la información de cada árbol», explica este investigador del Instituto de Agricultura Sostenible en Córdoba.

Así, el agricultor puede calcular la dosis de abono o riego que requiere cada zona e incluso tener «la ventaja de disponer de información espectral, es decir, del estado de salud del árbol gracias a la cámara de infrarrojos cercanos», con la que se puede determinar «el estrés o la salud vegetativa» de cada uno.

Los mapas generados, además de proporcionar información del tamaño y desarrollo de cada árbol, permiten estudiar sus relaciones geo-espaciales con factores agronómicos de su entorno, como las propiedades del suelo o la presencia de malas hierbas.

El procedimiento, cuyos detalles han sido publicados en la revista PLOS ONE, conlleva dos fases: primero se generan los modelos digitales de superficie empleando drones y, después, se emplean técnicas de análisis de imagen basadas en objetos. El sistema es capaz de proyectar cada árbol con un 97 por ciento de exactitud y las desviaciones con los datos de altura y volumen estimados en campo «son mínimas».

«A partir de ahí –añade Peña– se diseñan estrategias de manejo del cultivo que permitan un tratamiento más específico por zonas, con información objetiva y cuando el agricultor lo demande».

¿Y cómo accede el agricultor a esta tecnología que va más allá de las dos dimensiones? Peña asegura que, aunque prestan servicios a clientes, están «limitados», así que el objetivo es que «las empresas tecnológicas interesadas lo implanten en sus sistemas. Los agricultores deben buscar en su zona una empresa con servicios de drones para que distribuya esta tecnología», reiteró. Y es que no está en el mercado «porque salió hace diez días, pero en meses o un año estará en la empresa que lo quiera», defendió.

Los investigadores del CSIC apostillan que mediante esta tecnología es posible cartografiar una plantación con cientos de árboles de manera muy precisa y en poco tiempo. Sería, por tanto, una alternativa «más eficiente a las medidas laboriosas e inconsistentes tomadas en campo». El método, probado en cultivos leñosos como el olivar, se puede extrapolar a cultivos forestales.