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Una plantación de remolacha azucarera en la provincia de Sevilla. / El Correo
En plena campaña de molturación, agricultores de remolacha andaluces abogan por una actualización del Acuerdo Marco Interprofesional (AMI) que firmaron las principales organizaciones agrarias –Asaja, COAG y UPA– con Azucarera con tal de salvar el cultivo tras la última reforma del año 2006. Un documento aún más necesario para los remolacheros ante la campaña 2017-2018, que será la primera sin precios ni cuotas de producción garantizadas, critica COAG.
Para el secretario provincial de COAG en Sevilla, Ramón García, uno de los temas clave a tratar en este nuevo marco es la eliminación de los descuentos por corona (parte de la hoja de la remolacha que tiene un menor contenido de azúcar). Desde hace tres campañas, los remolacheros entregan la remolacha con corona, por lo que la industria aplica una rebaja del 4,5 por ciento sobre la pesada. «Pero ahora quiere aplicar un descuento directo sobre el precio de 70 céntimos por tonelada» con el que los agricultores no están nada de acuerdo, remarca García, quien apunta que además «se olvidan de que ya descontaban un porcentaje sobre el peso». La medida, que está en plena negociación, no entrará en vigor hasta la próxima campaña.
Los remolacheros andaluces comparan la situación con la de la industria francesa, «que no aplica descuentos a la corona». Aunque reconocen que el contenido de azúcar de la hoja es menor, esta parte del cultivo tiene otros aprovechamientos, «como el de hacer alcohol o pulpa para pienso».
En opinión de COAG, el acuerdo firmado para el periodo 2015-2019 ha sido útil para mantener el cultivo, pero destaca que desde hace seis campañas España ha perdido un 20 por ciento de la superficie de remolacha. En 2011 contaba con 45.002 hectáreas mientras que en la presente campaña rezan 36.163.
Andalucía también ha perdido superficie desde 2011, más de un 27 por ciento. Mientras que hace seis años contaba con 9.839 hectáreas, en la presente campaña tiene 7.151. Sin embargo, rompe la caída y en este último año suma en torno a unas 700 hectáreas, apuntan desde la organización agraria.
De hecho, se prevé que la campaña sea buena, al contrario de lo que ocurre con otros cultivo. A pesar del calor y de la falta de lluvias, la remolacha se ha visto beneficiada por estas condiciones meteorológicas, ya que han mantenido a raya las plagas, asegura García.
Sí podrían perjudicar las altísimas temperaturas de finales de mayo, que han empezado a pudrir la hoja de la remolacha. Circunstancia que ha obligado a muchos remolacheros a arrancar el cultivo y entregarlo antes de hora a fábrica para evitar males mayores, explica el secretario provincial de COAG.
En este sentido, Azucarera informaba al inicio de la campaña de molturación que se habían sumado 214 agricultores al cultivo, que han sumado 1.300 hectáreas. La industria estima que este año la producción rondará las 672.000 toneladas líquidas de remolacha en su fábrica de Guadalete. Según los datos de Azucarera, en Andalucía rezan en cultivo 7.600 hectáreas, un 8 por ciento más que en la anterior campaña.