El Cerro de la alegría

¡Mira qué barrio! hace su primera parada en El Cerro del Águila: cuna del arte, hogar de historias y ejemplo de vecinos que sonríen a la vida

11 nov 2017 / 09:29 h - Actualizado: 13 nov 2017 / 13:54 h.
"Cerro - Amate","'¡Mira qué barrio!'"
  •  El Cerro del Águila es uno de los barrios más populares de toda la ciudad. / Manuel Gómez / El Correo TV
    El Cerro del Águila es uno de los barrios más populares de toda la ciudad. / Manuel Gómez / El Correo TV
  • Luis Montoto, cronista del barrio, y Juan Cano, humorista.
    Luis Montoto, cronista del barrio, y Juan Cano, humorista.
  • La calle Afán de Ribera es escenario de paseos mañaneros.
    La calle Afán de Ribera es escenario de paseos mañaneros.
  • Clases de gimnasia de mantenimiento en el centro cívico del barrio.
    Clases de gimnasia de mantenimiento en el centro cívico del barrio.
  • Fran Cantos, propietario del bar Santiago.
    Fran Cantos, propietario del bar Santiago.
  • El artista Paco Herrera.
    El artista Paco Herrera.

El Cerro del Águila es el más vivo ejemplo de cómo un barrio puede acabar siendo una gran familia. Siempre lo fue. Desde sus orígenes y hasta el día de hoy, en que sus calles son el paraíso idílico elegido por sus vecinos para pasear cada mañana, salir a la compra, tomar el sol en uno de los bancos de Afán de Ribera o, simplemente, saludarse y hasta llamarse por su nombre de pila. Un auténtico lujo en estos tiempos de soledad tecnológica. En ellas se para el tiempo y también se frenan las prisas. Pues los relojes siempre marcan el mismo día y la misma hora: el mediodía de un Martes Santo en el que todos los caminos llevan a la parroquia de los Dolores, epicentro de la devoción de un barrio en el que se vive «muy bien» y en el que se trabaja sin rechistar. Porque precisamente de eso, de arrimar el hombro para salir adelante, saben el Evangelio.

Por ello, y porque siempre ha sido un barrio ligado a esta cabecera, no podíamos escoger otra zona de Sevilla para iniciar esta aventura de ¡Mira qué barrio! en El Correo de Andalucía TV. Un espacio semanal –cada viernes a las diez de la noche– que pretende ser acicate para las ganas de vivir y heraldo de la alegría de miles de sevillanos anónimos cuya cotidianidad es el mejor reflejo de los positivo que hay en sus vidas. Y así es El Cerro de Águila desde el principio de sus principios. Desde que allá por los años 30, en esta zona elevada del sureste de Sevilla, comenzó a edificarse un barrio sobre los terrenos del cortijo del Maestrescuela o tras la reforma forzosa a la que se vio obligado tras la explosión del polvorín de Santa Bárbara en 1941, que destrozó las diez manzanas de viviendas que lo rodeaban.

De eso, y de mil y una historias más, es cronista oficioso Luis Montoto, todo un vecino histórico del barrio que a sus más de 90 años guarda como un tesoro cada recorte de prensa, fotografía, crónica o recuerdo de los acontecimientos que han forjado la historia de este barrio. En su casa reside el más auténtico museo del Cerro. Él, que heredó esta pasión de su padre, lo recuerda con una sonrisa. La misma que nunca pierde Juan Cano, humorista y director de A vista de Águila, el periódico del barrio al que le dedica media vida. «Somos el único diario que cierra un mes en agosto», dice. Como ven, genio y figura hasta para echarse sobre su espalda buena parte de lo que la Velá del Cerro es hoy en día.

El barrio es hogar del arte, cuna de cerreños ilustres como Diego Puertas, Pepe Suero, Francisco Carrera Iglesias o Salvador Távora, que solo son un ejemplo de tantos como en el ámbito de la literatura, el deporte, la tauromaquia o la música más universal han llevado el nombre del Cerro por medio mundo. Como Paco Herrera, autor de la primera ópera rock en español, de marchas procesionales y activista de la música que trabaja en la reinserción de drogodependientes en la cárcel. Con una filosofía de vida clara: «Allá donde haya dos o más en nombre del Cerro reside el arte». Casi nada.

Y está también la humanidad. Como está el mercado y en todos los negocios. Ahí queda el ejemplo del joven Fran Cantos, que heredó de sus padres y su abuelo un bar en la calle Canal en el que no deben perderse su tapa estrella, el Capote Santiago. Y si se quedan con ganas, el centro cívico, en la zona industrial, es la casa de la cultura y la actividad del movimiento social del barrio. ¡Pura vida! La semana que viene nos vemos en el Tiro de Línea.