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Juan Olea, con gesto contemplativo en el banquillo de Los Caminantes. / Inma Flores
Juan Olea Larios (Sevilla, 23-1-1977) es uno de los hombres de moda del filial de la Peña Deportiva Rociera, una plantilla a la que ha guiado hacia el liderato del grupo III de Cuarta Andaluza. Desde su elección como primer responsable del cuadro auriazul a principios de diciembre hasta ocho jugadores diferentes han promocionado al conjunto que adiestran Manuel Lozano y Emilio López: el meta Juan Ponce, el delantero Manu Rey, los centrales Hita y Jalil, el mediocentro Ignacio, el lateral zurdo Mena y los mediapuntas Rubén y Piña. El aliciente de los cachorros es, con independencia de su progresión, las aspiraciones del primer bloque, implicado en la lucha por el ascenso a la neonata División de Honor.
Olea estrenó la temporada en la disciplina de Los Caminantes, desde donde emigró con destino al Manuel Adame Bruña. El ex del cuadro del Pepe Flores fue elegido máximo responsable del filial albiazul el 7 de diciembre, un día después de que los nazarenos doblegasen en su feudo al Palomares (1-0). En aquel momento, la desventaja con respeto al líder, el Montequinto de Jesús Yebra, era de 9 puntos. El ahora preparador rociero igualó en su bautizo ante el Carrión Balompié (1-1) y desde entonces enlazó 7 triunfos consecutivos y 10 jornadas sin perder. El primer y único verdugo del escuadrón del Adame Bruña, ahora líder, en la era del otrora técnico de Los Caminantes fue el Rabesa.
Un referente
Olea se ha distinguido por su confianza en los valores más relevantes de la fábrica. El referente de los integrantes de los escalafones inferiores es el atacante Manuel Márquez Sánchez, Márquez, un extremo zurdo criado en el Cantely y que ha explotado a las órdenes de Emilio López y Manuel Lozano. En la campaña precedente anotó 14 dianas en Cuarta Andaluza, un aval con el que logró escalar hacia el mapa autonómico apenas unos días antes del aterrizaje de Olea.