El ‘sanchismo’ ya tiene su trozo de la tortilla

Hermosín amadrinó el arranque de la recogida de avales de Sánchez en Sevilla

20 abr 2017 / 21:29 h - Actualizado: 20 abr 2017 / 21:38 h.
"PSOE"
  • Hermosín, en el acto de recogida de avales de Sánchez en la sede socialista de Luis Montoto / El Correo
    Hermosín, en el acto de recogida de avales de Sánchez en la sede socialista de Luis Montoto / El Correo
  • La legendaria foto de la tortilla.
    La legendaria foto de la tortilla.

Causaba inusitada expectación volver a ver Carmeli Hermosín en un atril en Luis Montoto. En la histórica sede del histórico partido de la rosa, esta histórica dirigente parecía rebelarse contra esa misma historia que durante tanto tiempo encarnó: «Ojo, que yo he sido aparato», exclamó en un inciso de su intervención. Y tanto. Hermosín puso el colofón al simbólico acto de inicio de recogida de avales por el grupo de apoyo de Pedro Sánchez en Sevilla llamando a la movilización contra «los métodos indecentes», a su juicio, que se usaron para derrocar al entonces líder socialista ahora receptor de su petición de apoyo.

Unos 80 afiliados fueron testigos en el mediodía del jueves del acto simbólico del inicio de recogida de avales para Pedro Sánchez, celebrado en territorio hostil: la sede del provincial que hoy día dirige Verónica Pérez, mujer de confianza de la misma Susana Díaz que no hace mucho tiempo atrás podría decirse que echó los dientes entre estas cuatro paredes. Hermosín fue la quinta y última intervención de un acto en el que estuvo secundada por otros tres históricos de UGT y del PSOE: Eduardo Bohórquez, Manolo Fernández y Juan Antonio Gilabert, a la sazón, exsecretarios generales de uno u otro organismo. Como lo fue Hermosín, desde el 93 hasta el año 2000, voz cantante del provincial, y que ayer acabó entonando la Internacional Socialista, puño en alto, cuando el acto apagó los micrófonos y se empezaron a firmar avales para Pedro. Inicialmente, las intervenciones partieron con una concejal del Ayuntamiento de Sevilla, Inma Acevedo, que aunque comparta equipo de gobierno con Espadas, afín a Díaz, es próxima a Gómez de Celis y partidaria de Sánchez.

«Yo no voté a Pedro», se refería Hermosín a las primarias de 2014. ·Yo tampoco·, se oía en el patio de Luis Montoto, convertida en ágora sanchista. «Me extrañó que no votara más gente a Madina, pero entonces aquí todo el mundo votó a Pedro, aunque no lo conociera, menos Alfonso, que sí», en relación a un Gómez de Celis, que, acompañado por Luis Ángel Hierro, atendía desde primera fila. Se refería Hermosín a cómo Andalucía, y específicamente Díaz, sedujo a una masa ingente de afiliados que prestaron su apoyo al entonces candidato outsider. Con el amadrinamiento de esta socialista de postín, el equipo de Pedro Sánchez se hizo también con un nada desdeñable reducto de socialismo genuino, en la figura de una Carmeli protagonista de la ya legendaria foto de la tortilla: la primera por la izquierda en la instantánea setentera, para ser más exactos. Un trozo de tan anhelado pastel de ADN puño y rosa, paradigma de unidad socialista, que los afines sevillanos al ex secretario general categorizaron como golpe de efecto.