El ordenador, el móvil, la tableta, el reloj, el televisor... Cada vez tenemos más aparatos electrónicos conectados a la red por wifi. Y pese a ser una red doméstica privada, de la que en principio solo nosotros conocemos la contraseña de acceso, lo cierto es que presenta fugas de seguridad. El Instituto Nacional de Ciberseguridad emitió un comunicado a finales de 2017 en el que alertaba de que el protocolo de cifrado WPA2, que usan la mayoría de routers, había sido vulnerado por piratas informáticos, y pedían que los usuarios de internet inalámbrica extremaran las precauciones.
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Internet Segura el 6 de febrero, la profesora Helena Rifà, de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC, ha elaborado una serie de consejos para que los usuarios puedan proteger su información y su privacidad cuando usan redes wifi.
1. Cambiar la contraseña de administración del router que viene por defecto, que suele estar escrita en la parte inferior del aparato. De este modo las claves para acceder al router y para acceder a la red por wifi serán diferentes.
2. Configurar la red wifi para que utilice seguridad. En la medida de lo posible se recomienda la configuración del nuevo protocolo WPA3 (que estará disponible a principios de este año). Si no, el protocolo más seguro continúa siendo el WPA2-AES (o WPA2-CCMP).
3. La clave wifi ha de tener más de quince caracteres. Lo óptimo es construirla encadenando palabras con números y signos de puntuación. También es recomendable que no contenga ningún dato personal, como el nombre o la fecha de nacimiento.
4. Deshabilitar el protocolo WPS del router. Este protocolo define los mecanismos por los que los dispositivos como los móviles, las tabletas, etc. obtienen las credenciales de acceso a la red. Aunque facilita la conexión a internet, el hecho es que también hace más fácil que un experto pueda acceder a la misma wifi que nosotros. Teniéndolo desactivado se refuerza la seguridad.
5. Cambiar la clave de la wifi periódicamente, al menos una vez al año. Si bien es recomendable que las contraseñas se vayan cambiando cada seis meses, si se construyen claves sólidas (como se ha especificado anteriormente) el plazo se puede ampliar a doce meses.
6. Actualizar el firmware del router y de los dispositivos que se conectan a la red. Los móviles, los ordenadores, las tabletas, los televisores... todos disponen de un sistema operativo que ofrece versiones más actualizadas de manera periódica. Se recomienda siempre usar la actualización más nueva de cada aparato para reforzar la seguridad del mismo.