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Triana misteriosa

El mercadi de abastos y el colegio de los Salesianos son los puntos de interés al visitante de lo paranormal en el barrio

24 may 2016 / 23:10 h - Actualizado: 24 may 2016 / 23:37 h.
"Triana","La aventura del misterio"
  • El mercado de abastos de Triana se sitúa junto al puente del Altozano. / El Correo
    El mercado de abastos de Triana se sitúa junto al puente del Altozano. / El Correo

Muy cerca de la calle San Jacinto, popular calle trianera, de excelente ambiente, mejor gastronomía y corazón de una de las fuentes de mayor alegría de la ciudad, se encuentra el Puente de Triana y a su izquierda los restos del Castillo de San Jorge, hoy día soterrados bajo del mercado de abastos de Triana. En pleno Altozano, de construcción árabe en 1171, fue tomado por la Inquisición como sede en 1481, siendo feudo de los inquisidores, en su interior y mazmorras se cometieron todo tipo de tropelías, torturas y crímenes impunes amparados en la locura de la religiosidad más radical.

Las crecidas del Guadalquivir hacen que el castillo se abandone y en años venideros sobre él se construya la plaza de abastos. Con motivo de la exposición de 1992 y con el objetivo de modernizar el citado mercado, éste se demolió, saliendo a la luz los restos del castillo y de un cementerio almohade. Hoy se distingue perfectamente por una ermita fortificada construida a la bajada del mismo puente que nos da acceso al mercado.

En la zona es también famoso el Callejón de la Inquisición, ubicado en la confluencia de las calles Castilla, San Jorge y Callao, fue durante siglo y medio el único testimonio visible de la presencia del antiguo tribunal inquisitorial en Triana. Todo ello viene a estas páginas porque tras la remodelación en 1992 no son pocas las personas que afirman sentirse acompañadas en el mercado, escuchar ruidos de cadenas al más puro estilo de los relatos románticos de fantasmas del medievo e, incluso, haber sido asombrados espectadores del pasear tranquilo, pausado y casi eterno de una niña vestida con un traje blanco por la calle del pescado. Una niña que parece estar condenada a vagar por las calles del mercado donde se hallaron los restos arqueológicos, tal vez despertados por la palas excavadoras que no entienden de romanticismos espectrales y sí de reformas urbanísticas.

De todo ello tuve el privilegio de ser informado, de primera mano, por los miembros de Astarté Custodia, la empresa de seguridad y mantenimiento del mercado. Ellos habían sido testigos del deambular de la niña por sus calles así como de observar extrañas luces rojizas que emergían del interior de los restos del viejo castillo hacia el mercado en busca, tal vez, del desalmado inquisidor que le arrancó la vida.

Otro punto de interés al visitante de lo misterioso lo encontramos en el colegio de los Salesianos de Triana, en la calle Conde de Bustillo. Son pocos los que conocen que en este lugar se han producido una serie de fenómenos de índole diversa pero todos ellos con un componente altamente paranormal, desde jóvenes que han jugado a la ouija en el interior del templo salesiano hasta grabaciones de psicofonías con muy distinto resultado.

Pero lo más impactante ocurrido en este centro fue unas voces del otro lado que gritaron un buen día, ¿o mal día?, a cinco jóvenes: “¡Eh Marco, Marco! Él sigue... Marco, Marco, eh! Marco... eh! Si-gue-me ,si...-gue...-me...!!!”. En la quietud de la noche a los cinco amigos les gustaba llamarse como los Apóstoles y aquella voz les inquirió de aquella forma. Y es que hay veces que más vale no jugar con fuego y despertar a los antiguos fantasmas de un lugar o se corre el riesgo de ser llamado desde el más allá.