La hermandad Matriz de Almonte ha recibido este sábado el traje y el manto que lucirá la Virgen del Rocío en la próxima Romería de Pentecostés, que este año coincide con la celebración del Centenario de la Coronación Canónica que promovió el canónigo Muñoz y Pabón en las páginas de El Correo de Andalucía con la publicación del artículo “La pelota está en el tejado”. La obra ha sido bordada en el taller del jerezano Fernando Calderón y donada por rocieros y devotos de la ciudad gaditana después de cinco años de laborioso diseño y “puntadas de amor”.
Todo transcurrió en un acto sencillo y emotivo que presidió el párroco de Almonte, Francisco Jesús Martín; y que estuvo amenizado musicalmente por los tamborileros del Almonte. Entre los asistentes, entre otros, estuvieron la alcaldesa almonteña, Rocío Espinosa de la Torre; el presidente de la Matriz, Juan Ignacio Reales; y el hermano mayor de la romería 2019, José Manuel Medina.
Durante la ceremonia de entrega y bendición, Fernando Calderón tomó la palabra para resumir, visiblemente emocionado, esta “historia de amor” que comenzó en diciembre de 2014 cuando recibió este encargo que, como dijo, ha supuesto “lo más grande” para su familia y su taller. “El guión que traigo es el del corazón, de la devoción que mi familia y mi persona tenemos hacia la Virgen del Rocío”, se sinceró a la plantas de la Blanca Paloma y una vez que se hubo presentado tanto el traje como el manto de la Patrona de Almonte, así como del Pastorcito Divino.
Se trata de “una obra soberbia” que ya es conocida como “el traje del centenario, tanto por la idea que lo ha motivado como por el momento en que se ha bendecido”, explicó por su parte el presidente de la Matriz de Almonte, Juan Ignacio Reales.
En este sentido, el diseño de Fernando Calderón encierra todo un universo de símbolos, debidamente armonizados en sus 2.000 piezas bordadas en oro fino sobre seda y tisú de plata, siguiendo la línea estética de los ternos que ya posee la Patrona de Almonte. El encaje que remata esta obra ha sido realizado en el taller de bolillos de Alfonso Aguilar. Se trata de encajes de bolillos realizados en oro fino con los puntos y técnicas tradicionales. El dibujo incluye conchas de hojilla con puntos de espíritu y hojas de guipur. El encaje del manto, por su parte, tiene en su diseño lunas y estrellas con lentejuelas que rodean todo el perímetro de la pieza.
«...no es obra humana»
Entre los detalles del diseño, este artista jerezano ha destacado algunos, como la alusión al ya santo Papa Juan Pablo II, quien impulsó aún más esta devoción en su visita a la aldea donde pronunció la célebre frase «Qué todo el mundo sea rociero»; a la advocación del «Rocío del Cielo»; o escudos, como el de la Hermandad Matriz de Almonte; el del pueblo almonteño; o del Papa Francisco, como prueba del «periodo histórico en el que se confecciona el traje». Como colofón a todo ello, se incluye entre el traje y el festón del manto la letra «La Virgen del Rocío no es obra humana», de la conocida sevillana de Muñoz y Pabón, gran artífice de la Coronación.