Cabrero: «La Macarena puede entrar a la una andando fina y sobre los pies»

El candidato a la vara de las Capillas asegura que la solución a la Madrugá no está en romper la Concordia y que sacará a Queipo de la Basílica «si así lo dice la Ley»

31 oct 2017 / 17:32 h - Actualizado: 31 oct 2017 / 19:42 h.
"La Macarena"
  • El candidato a hermano mayor de la Macarena, José Antonio Fernández Cabrero, junto a varios de los miembros de su equipo. / Manuel Gómez
    El candidato a hermano mayor de la Macarena, José Antonio Fernández Cabrero, junto a varios de los miembros de su equipo. / Manuel Gómez

Faltan poco menos de dos semanas para que los hermanos de la Macarena decidan quién será su hermano mayor para los próximos cuatro años. Lo harán en las que, según algunos, serán las elecciones más igualadas en toda la historia de la hermandad. Quizás por este motivo, los dos candidatos se afanan estos días en explicar los matices del programa con el que optan a alcanzar la vara de las Capillas. Este martes fue el turno del actual consiliario para la Asistencia Social, José Antonio Fernández Cabrero, que reveló algunos de los detalles de su idea de gobierno para la cofradía de San Gil.

Con una claridad inusual, Cabrero aseguró que la solución a la problemática de la Madrugá no pasa por romper la concordia con la hermandad del Gran Poder sino porque haya «más generosidad» y «menos reuniones de voluntades políticas». Una idea que en lo práctico se concreta en que «no ocurriría nada» si su cofradía regresara «por la Alfalfa o Puente y Pellón» y en la idea de que «sería suficiente con que dos o tres hermandades cedieran» para encontrar una solución global al día. Por ello, si es elegido hermano mayor dice que no le importaría ceder el primero y tomar las riendas de una negociación que podría dar sus frutos para 2018. «No es necesario que nos convoque el Consejo ni el Ayuntamiento si somos capaces de llegar a un acuerdo. Ellos no lo tienen que arreglar».

En cuanto a la estación de penitencia macarena, Cabrero tiene claro que «hay que reducir el tiempo» de la cofradía en la calle. Principalmente «por el nazareno», en cuyo lugar «no se pone nadie». «Le citan a las 21.30 en la Basílica y hasta las doce no sale la cruz de guía». Una espera de «cuatro horas» que, a su juicio, lastra a la persona. «Las primeras horas en la calle hieren al nazareno pero las últimas lo matan». ¿Cómo hacerlo? Pues Cabrero considera que la clave está «más en el ritmo de la cofradía que en el itinerario». Su objetivo pasa porque «la Virgen de la Esperanza pueda estar dentro de la Basílica a la una de la tarde andando fina y sobre los pies», algo que, asegura, sabrá «explicarle» a los hermanos porque, asegura, «nadie entiende que la cofradía tarde el doble de tiempo en volver de la Catedral que en ir cuando la distancia en kilómetros es la misma».

Y para ello contará también con el actual capataz de la hermandad, Antonio Santiago, al que no se plantea relevar de su cargo. «No se me ha pasado por la cabeza cambiarlo. ¿Hasta cuándo tendré que justificarme?», advirtió ante los rumores que hablan de este posible relevo. Otra cosa será el andar de los pasos. «Hay quien dice que a la Virgen le falta un puntito más de alegría pero yo llevo escuchando eso desde el año 83», señaló. Y a pesar de que «no se trata de algo nuevo», sí parece apostar por conseguir que «la Virgen sonría un poco más cuando anda». Sin embargo, lo que más le preocupa es «la relación entre los hermanos» que, añade, «está por encima de capataces, capitanes de la Centuria y otros nombramientos».

No eludió Fernández Cabrero el debate sobre la presencia de los restos de Queipo de Llano en la Basílica. Al respecto advirtió que no tendrá reparos en sacarlos del templo «si así lo dice la Ley», aunque también oirá el parecer de la familia. «Merecen el respeto de ser consultados». Sobre si habilitará un columbario en la iglesia, el candidato señaló que «no es ni un proyecto mío ni de Santiago Álvarez» y que la hermandad lo tiene en estudio «hace ya muchos años». Sí considera que los 10.000 nichos de los que habla la otra candidatura «son muchos» y que «con unos mil» sería más que suficiente. Para ello puso como ejemplo al Gran Poder, que «en seis años solo ha ocupado 154 nichos». A lo que no esta dispuesto es a «levantar la Basílica y llevar a las imágenes hasta otro templo» para acometer su ejecución.

DESCARTA LA SALIDA DE LA VIRGEN EN 2020

En 2020, la Macarena celebrará su 425 aniversario fundacional y Cabrero descarta para entonces una salida de la Virgen de la Esperanza. «Convertiríamos lo extraordinario en ordinario y nos aproximaríamos al concepto de frikismo». Un «encuentro sobre las virtudes teologales» o «un pontifical» serían sus alternativas. «La Virgen evangeliza todo el año desde el camarín».

HARÁ UN INVENTARIO DEL PATRIMONIO

En materia patrimonial apuesta por las restauraciones, ya que «la Virgen no necesita ningún manto sino la fraternidad de sus hermanos». Entre sus proyectos está realizar «un inventario completo» y «no crear ni hacer nada nuevo». Sí contará con «el consejo» de los actuales priostes, Jero Núñez y Marmolejo. «Sería un soberbio sino pregunto a los que saben».

LA ASISTENCIA SOCIAL, LA JOYA DEL PROYECTO

Para la Asistencia Social prevé aumentar «un 50 por ciento» el presupuesto. Al margen, dejó claro que actualmente «no hay ningún expediente pendiente» y que los hermanos que han pedido ayuda «han sido atendidos». Su objetivo es seguir haciéndolo y, «como dicen las Reglas», atender también a los feligreses. «No se puede entrar en el atrio con el puño cerrado».

SU RELACIÓN «ÍNTIMA» CON EL ARZOBISPO

Cabrero también habló de su relación con el arzobispo Juan José Asenjo. La calificó como «íntima y respetuosa» y alabó «la discreción pública» del prelado en relación a las dos candidaturas a las elecciones macarenas. Aún así, reveló que es consciente de su intención de ser hermano mayor de la cofradía de San Gil. «Sabe lo que estoy haciendo y sonríe».

EL ENRIQUECIMIENTO DE DOS CANDIDATURAS

Sobre lo que ocurrirá en los comicios del próximo 12 de noviembre, Cabrero prefirió ser cauto. «No sé cómo vamos, ni qué dicen los sondeos. No me fío de nada», indicó. Sí aseguró que estos días «se está demostrando que dos candidaturas pueden ser enriquecedoras para la hermandad» y que él ya ha «ganado» al mostrar «unas formas totalmente diferentes».