El anuncio de un nuevo tiempo

Las dolorosas amanecen vestidas con la sencillez de la mujer hebrea

01 mar 2017 / 15:30 h - Actualizado: 01 mar 2017 / 21:12 h.
"Cofradías","Cuaresma 2017"
  • Las dos Esperanzas, la Macarena y la de la calle Pureza, amanecieron ayer en sus templos vestidas de hebrea. / Manuel Gómez
    Las dos Esperanzas, la Macarena y la de la calle Pureza, amanecieron ayer en sus templos vestidas de hebrea. / Manuel Gómez

{Arranca la Cuaresma y las dolorosas sevillanas amanecen ataviadas en sus templos con la sencillez de las mujeres hebreras. Sin ricos bordados, huérfanas de grandes joyas, desprovistas de sus relucientes coronas, las dolorosas pregonan desde sus altares con su sencillo atuendo la llegada de un nuevo tiempo litúrgico, la Cuaresma, preparatorio de la celebración de la Pascua. En la Resolana, la Virgen de la Esperanza luce con el aro de estrellas, un tocado de tul de seda, saya burdeos de terciopelo, un fajín de vivos colores y el manto azul de raso, en lugar del de terciopelo. Las únicas joyas que luce la Virgen, según informa su vestidor, José Manuel Lozano, son el broche con su nombre y el rosario de pepitas de oro.

En el otro lado del río, en la capilla de los Marineros, la dolorosa de la calle Pureza luce «muy clásica», a decir de su vestidor, Javier Hernández, ataviada con un manto verde, «característico de la Esperanza de Triana», saya de terciopelo burdeos y un tocado de organza de seda natural. En el nudo del fajín rayado que ciñe su cintura se le ha colocado el ancla de la Esperanza.

Arranca la Cuaresma y las dolorosas sevillanas amanecen ataviadas en sus templos con la sencillez de las mujeres hebreras. Sin ricos bordados, huérfanas de grandes joyas, desprovistas de sus relucientes coronas, las dolorosas pregonan desde sus altares con su sencillo atuendo la llegada de un nuevo tiempo litúrgico, la Cuaresma, preparatorio de la celebración de la Pascua. En la Resolana, la Virgen de la Esperanza luce con el aro de estrellas, un tocado de tul de seda, saya burdeos de terciopelo, un fajín de vivos colores y el manto azul de raso, en lugar del de terciopelo. Las únicas joyas que luce la Virgen, según informa su vestidor, José Manuel Lozano, son el broche con su nombre y el rosario de pepitas de oro.

En el otro lado del río, en la capilla de los Marineros, la dolorosa de la calle Pureza luce «muy clásica», a decir de su vestidor, Javier Hernández, ataviada con un manto verde, «característico de la Esperanza de Triana», saya de terciopelo burdeos y un tocado de organza de seda natural. En el nudo del fajín rayado que ciñe su cintura se le ha colocado el ancla de la Esperanza.

En numerosos templos de la ciudad, incluida la Catedral de Sevilla, se celebraron este miércoles las tradicionales misas de imposición de la ceniza, un rito en el que se bendice e impone la ceniza hecha a partir de los ramos de olivo bendecidos en el Domingo de Ramos del año anterior.

La Iglesia llama a los fieles a la conversión y a prepararse verdaderamente para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.