El malagueño Fernando Prini diseña el nuevo manto de La Sed

Los hermanos deberán aprobar este martes en cabildo un diseño con personalidad propia

26 may 2017 / 21:50 h - Actualizado: 26 may 2017 / 22:26 h.
"La Sed"
  • El malagueño Fernando Prini diseña el nuevo manto de La Sed
  • Fernando Pruni.
    Fernando Pruni.

Un diseño original y con personalidad propia. Todo él es una alegoría del papel de María como Madre de la Iglesia. La hermandad de la Sed ha presentado este viernes a sus hermanos el diseño del nuevo manto procesional para la Virgen de Consolación, que ha sido concebido por el proyectista malagueño Fernando Prini, según la elección realizada por la comisión artística de la hermandad.

La idea es que en su ejecución se combinen hasta dos tejidos diferentes en la superficie del manto, el terciopelo y el tisú de plata, que proporcionarían sendas tonalidades de azul celeste. El manto posee un esquema ornamental concebido a partir de la representación simbólica, en el espacio central, del Árbol de la Vida del Jardín del Edén, del que se extrajo la madera de la Verdadera Cruz de Cristo. Así, toda la superficie del manto actúa como remembranza de la Iglesia viva de Cristo, cuya madre es María. «El árbol sería rematado por el anagrama mariano con una estrella en su centro, jalonado por el sol y la luna -Pulchra ut Luna, Electa ut Sole-, sobre el que se cierne una corona adornada de azucenas; así, este símbolo de la estirpe del Señor queda centrado como eje principal y acaba funcionando como leitmotiv», explica el autor del diseño en la memoria del proyecto.

Fue el papa Pablo VI quien, en el contexto del Concilio Vaticano II, proclamó a la Virgen como Madre de la Iglesia, segunda advocación de la dolorosa de la Sed. «En recuerdo de este hecho, el manto ostenta los símbolos heráldicos del sumo pontífice en las cartelas de las esquinas y en aquella otra en que desemboca la línea axial del manto, a saber: las tres flores de lis, las pequeñas montañas o colinas y la tiara con las llaves».

Bordeando la estructura, Prini ha concebido una guardilla para ser bordada en malla de oro fino y de perfil sinuoso, de diseño menudo y preciosista, que acoge hasta once cartelas en disposición de corbatas y que a su vez incluyen otros tantos motivos iconográficos. «Para tres de esas cartelas, se reservaron las armas del Papa Pablo VI por los motivos ya mencionados, y han sido acompañados por respectivos haces de flores: azucenas, jazmines y margaritas (respectivamente, la pureza, limpieza y modestia que se atribuyen a María). En las ocho restantes se dispusieron, asimismo: trigo, cebada, vides, higos, granadas, olivas, dátiles y piña».El resumen de esta simbología es María como tierra prometida, cielo prometido, ciudad, nueva Jerusalén (según dice el Magníficat); María es la tierra cuyo fruto es Jesucristo.

El manto alcanza unas dimensiones totales de 520 cm en la embocadura y de 480 cm en la cola y, según explica en la memoria del proyecto su propio autor, su estilo «no escapa» a la influencia de artistas de la talla como el magnífico bordador José del Olmo, su diseñadora Herminia Álvarez Udell o la maestra bordadora Concepción Fernández del Toro, además del omnipresente Cayetano González.

Con una composición verdaderamente innnovadora, el manto reviste un clasicismo claramente reconocible y, a la vez, pretende ser una prenda con personalidad propia y distinguible del amplio y riquísimo panorama de las artes suntuarias.