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Salida de la Virgen de Gracia y Amparo del templo de Omnium Sanctorum. / El Correo
Omnium Sanctorum es un término que proviene del latín cuya traducción al castellano sería «De todos los santos». En pleno corazón de la calle Feria, entre la Alameda de Hércules y San Luis, se consagró, con esa denominación, uno de los templos más antiguos de la ciudad. Se trata de una parroquia de las denominadas gótico-mudéjares de Sevilla, que combina la tradición constructiva islámica con el arte gótico que aportaron los conquistadores cristianos llegados desde Castilla. La titular de la parroquia es una bella imagen de Roque Balduque que tiene como advocación Reina de todos los Santos, gubiada en 1554. Es una de las hermandades de gloria más señeras de la ciudad y su procesión constituye una cita ineludible del mes de noviembre. Construida en el emplazamiento de una antigua mezquita almohade, este templo, Bien de Interés Cultural (BIC), que se levantó a mediados del siglo XIII, alberga en su interior a otras dos corporaciones de penitencia: la hermandad de los Javieres, que se trasladó hasta esta parroquia en 1977 desde la vecina iglesia jesuita de la calle Jesús del Gran Poder; y la hermandad del Carmen Doloroso. La cofradía del Miércoles Santo radica en Omnium Sanctorum desde 1987. Un año más tarde, la dolorosa de advocación marinera procesionaría por primera vez. Levantado en 1249, es uno de los templos que mejor conservan el aspecto medieval de las construcciones religiosas de aquella época, aunque de dicho periodo apenas se conservan los muros y la fachada principal a los pies de la parroquia. Su portentosa torre, de base cuadrada y situada a los pies de la nave del Evangelio, está realizada en ladrillo y conserva algunos de los huecos originales, con los característicos arcos polilobulados bajo alfiz. Se levantó a finales del siglo XIV o principios del XV y tiene en sus paramentos interesantes paños de sebbka similares a los de la Giralda, en la que se inspira, a base de pequeños arcos ciegos entrelazados. El arco ojival dentado de su fachada principal hace que las salidas de ambas cofradías de penitencia no estén exentas de dificultad, sobre todo, en lo que se refiere a los pasos de palio. Pero al mismo tiempo, al igual que sucede en San Esteban o en San Julián, propicia cada Semana Santa uno de los momentos más esperados durante las estaciones de penitencia de una y otra a la Santa Iglesia Catedral. La hermandad del Carmen de Calatrava también pertenece a esta parroquia, que acoge en su interior un crucificado de Andrés de Ocampo datado en 1592.